UAM/Economía
Oaxaca, México.- La tasa de desempleo abierto nacional está subestimada, ya que es tres veces superior a lo establecido, es decir, se ubica en cerca de 20.2 por ciento y no en 6.5 por ciento como señalan los resultados correspondientes a la encuesta de septiembre de 2009, informó el doctor Roberto Gutiérrez Rodríguez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El académico del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco indicó que el sistema de levantamiento y procesamiento de las estadísticas laborales en México está diseñado para ofrecer una visión optimista del mercado laboral, problema que se acrecentó a partir de la modificación de las encuestas de empleo en 2005.
[caption id="attachment_5283" align="alignleft" width="300" caption="El desempleo en México 20 por ciento más que lo que dicen las estad´siticas oficiales"][/caption]
Durante el Simposio Internacional XI Años de Estudios Sociales en la UAM-I, realizado en la Unidad Iztapalapa, el docente precisó que si se realizaran las correcciones estadísticas y se reconociera como desocupada a la Población No Económicamente Activa (PNEA) disponible, que es de 5.4 millones, además de los 2.9 millones de “trabajadores no remunerados” y los 1.9 millones de desocupados reconocidos, el nivel de desempleo habría sido de 10.2 millones de personas en el último trimestre de 2008.
En la ponencia “La recesión de la economía mexicana y la medición de la tasa de desocupación en el preámbulo de una eventual reforma laboral”, subrayó que si la cifra anterior se divide entre la Población Económicamente Activa (PEA) ajustada a 50.6 millones –45.2 millones reconocidos por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) más 5.4 millones de PNEA disponible– se llega a una tasa de desocupación nacional de 20.2 por ciento.
En materia de estadística laboral el INEGI no ha unificado sus criterios con los de sus socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque haya argumentado que los cambios realizados en 2005 derivaban de la necesidad de cubrir los compromisos de homologación estadística con dichos organismos.
Las modificaciones que se realizaron a las estadísticas laborales –por acuerdo del INEGI y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)– sustituyendo las encuestas nacionales de Empleo (ENE) y de Empleo Urbano (ENEU) por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que se agrupa en el concepto de “ocupación”, que involucra autoempleo y trabajo familiar, mientras que las anteriores se centraban en el empleo, como hacen los países de la OCDE, apuntó.
El experto en macroeconomía y comercio internacional mencionó otras diferencias importantes en estas estadísticas: se fija la edad mínima para trabajar en 14 y no en 15 años como en general hace la OCDE; no se pone límite a la edad máxima para mantenerse en el mercado laboral, que en los padrones de esa organización internacional es de 64 años; se limita el tiempo mínimo de trabajo semanal necesario para no considerar desocupada a una persona en apenas una hora, mientras que en esa instancia es de 15 y en Estados Unidos de 16 horas.
Además, el economista demostró con cifras que en los últimos cinco años las autoridades laborales han estado pasando población en edad de trabajar del rubro de PEA al de PNEA en forma sistemática, un subterfugio muy conocido cuando de lo que se trata es de reducir artificialmente la tasa de desempleo abierto.
En esto México es “campeón”, pues siendo el país más subdesarrollado de la OCDE también es el de menor desempleo. A nivel de América Latina y el Caribe muestra la paradoja de que, siendo uno de los tres que menos han crecido en los últimos ocho años, es el que tiene la tasa más baja de desempleo, para cualquier marco teórico que se busque: keynesiano o neoclásico.
El criterio de una hora mínima de labor semanal, así sea de tipo familiar no remunerado, para que al encuestado se le considere ocupado, es el punto estadístico más controversial, sobre todo si al personal que cae en este supuesto se agregan aquellos que manifiestan tener una promesa de trabajo futuro. Con esta pauta se encubre a millones de desempleados, en particular en áreas rurales, que se emplean en puestos marginales o de ayuda familiar.
Por otra parte, la única referencia del INEGI para calcular la tasa de desocupación/desempleo abierto son las encuestas en hogares, mientras que en la OCDE las tendencias arrojadas por éstas se confrontan con el número de personas que solicitan el seguro de desempleo, pero México es el único país de esa organización que no lo tiene
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