UNAM/Género
Oaxaca, México.- Aunque en los últimos años se han registrado avances importantes en materia de equidad de género en México, aún persisten rezagos; por ello, parte de la tarea de la Universidad Nacional y de todos los centros de estudio, es asegurar la institucionalización de las acciones, los programas y las políticas públicas en este sentido, señaló el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Al inaugurar la Reunión Nacional de Universidades Públicas “Caminos para la equidad de género en las instituciones de educación superior”, informó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Juventud, en 2005, el 20 por ciento de los jóvenes en el país no estudiaba ni trabajaba, de los que más del 80 por ciento eran mujeres.
Frente a representantes de 29 instituciones de educación superior, Narro Robles reconoció que ha habido mejorías; el porcentaje de mujeres en bachillerato y licenciatura son mayoría, e incluso en el posgrado, en donde ha venido cambiando la relación; sin embargo, esto no es un asunto exclusivamente cuantitativo.
En la Unidad de Seminarios Ignacio Chávez, refirió que hay muchos aspectos sobre la equidad de género que se deben mejorar. Empero, en medio de la crisis económica lo que no podemos hacer es regatear apoyos a la educación y a la investigación. “Ahí están parte de las palancas para salir adelante en nuestro país”.
[caption id="attachment_21168" align="alignleft" width="300" caption="El rector de la UNAM, José Narro Robles"][/caption]
El rector pidió al subsecretario Tuirán apoyar la equidad de género en las universidades y, en especial, el fortalecimiento de la educación superior pública del país, porque se trata de una
de las áreas indispensables en la vida nacional.
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, Maricela Contreras Julián, consideró que aunque en los últimos años ha habido una especie de “feminización de la matrícula escolar”, no implica la igualdad de género. Por ello, las universidades deben convertirse en motores de la transformación social, donde la justicia, la libertad de decidir, el respeto a los derechos y la no discriminación sean valores que mujeres y hombres disfruten.
Aunque más mujeres acceden hoy día a la educación, representan los mayores índices dentro de la población que vive en pobreza. Por ejemplo, de los 12 millones que habitan en el campo, sólo 600 mil cuentan con un título de propiedad o posesión de tierras; de los poco más de 700 mil empleos que se perderán este año, más de la mitad será cargado a ellas.
La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Rocío García Gaytán, reiteró que si bien se han logrado avances en investigación científica y tecnológica en las universidades, no se ha traducido en la disminución de brechas de género.
Cifras del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de 2009, revelan que del total de candidatos en los tres niveles, las mujeres alcanzan el 32.9 por ciento, contra el 67.1 de los hombres. Pero la mayor disparidad se da en el nivel III, en el que ellas alcanzan sólo un 18.8 y los varones 81.2. Ello se debe a que las mujeres interrumpen su ascenso por razones de matrimonio y maternidad.
A su vez, el subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, refirió que según la Encuesta Nacional de Estudiantes de Educación Superior de 2008, si bien la matrícula femenina es paritaria o incluso ligeramente mayor en licenciatura y maestría, sigue siendo menor en el doctorado. De tener las mujeres una presencia de alrededor del 52 por ciento en maestría, ésta disminuye a 44 por ciento en el doctorado; además, únicamente hay una de ellas por cada tres integrantes del SNI.
Asimismo, una de cada cinco mujeres menores de 50 años con estudios superiores concluidos no trabaja, en contraste con el tres por ciento de los varones; más de una tercera parte de las profesionistas laboran en ocupaciones de tiempo parcial, contra 19 por ciento de los hombres, y alrededor del 30 por ciento de las profesionistas ocupadas obtienen ingresos de hasta tres salarios mínimos, contra 22 de los hombres.
Por último, la directora del Programa Universitario de Estudios de Género, Marisa Belausteguigoitia, dijo que el sector femenil sigue ocupándose de la reproducción de la vida, del suministro de energía, de la reparación afectiva y calórica de su familia, en primer lugar, y en segundo, de la generación del trabajo académico.
En la UNAM, no sólo se trata de originar un conocimiento científico y humanístico de excelencia, sino de propiciar que ese saber surja en el seno de ambientes que impulsen la equidad de aquellos sujetos que lo producen. Este saber ha de contribuir al mejor diseño e instrumentación de políticas públicas benéficas para la sociedad.
Al encuentro, organizado por esta casa de estudios, la Cámara de Diputados y el INMUJERES, asistieron la secretaria de Desarrollo Institucional, Rosaura Ruiz Gutiérrez, y la coordinadora de Humanidades, Estela Morales Campos.
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