UNAM/Ciencias Políticas
Oaxaca, México.- A un año del triunfo de Barack Obama, la mera presencia de un presidente negro marca ya un cambio en la tendencia e ideología estadounidense, señaló Luis Acevedo, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Sin embargo, el cierre de la prisión de Guantánamo, la clausura de prisiones de la CIA en el extranjero, el levantamiento del embargo a Cuba o la persecución judicial de los sospechosos de tortura aún son asignaturas pendientes de la nueva administración y, para muchos, apenas los primeros elementos de lo que será una larga lista de promesas incumplidas.
[caption id="attachment_5679" align="alignleft" width="300" caption="Barak el compromiso global del cambio/Foto AP Chris Carlson"][/caption]
“El cambio fue más de discurso, pero los problemas de fondo siguen iguales”, apuntó Silvia Soriano Hernández, secretaria académica del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la Universidad Nacional.
Al respecto, Silvia Soriano agregó que “hay una pequeña diferencia entre que sean demócratas o republicanos quienes están en el poder, pero no mucha. Recordemos que John F. Kennedy también generó muchas expectativas de cambio y finalmente fue el que organizó la invasión a Cuba, con el desembarco en Bahía de Cochinos. Yo creo que los años que le restan a Barack Obama estarán marcados por la continuidad de este tipo de políticas”.
Sin embargo, apuntó Acevedo, “hay que hacer notar que lo que cambia son las maneras de hacer las cosas y no las estructuras de poder de Estados Unidos; lo que se ha apreciado es una serie de modificaciones internas, porque hacia el exterior no hay cambios colaterales en la forma de gobierno de la Unión Americana: éste sigue manteniendo una actitud colonialista y su forma de hacer valer de manera vertical su poder”.
“Las campañas bélicas, el deterioro del poder de compra de los estadounidenses y las torpezas de los regímenes estadounidenses plantearon la necesidad de establecer un cambio radical en las expectativas de vida del pueblo estadounidense”, apuntó Acevedo.
Sin embargo, Obama confronta un escenario complicado para echar a andar reformas, ya que enfrenta una severa oposición por parte del Congreso, el Pentágono e incluso asociaciones como las de los cubanos de Miami.
“El problema es que Estados Unidos sigue siendo un país sectario, que no permite el triunfo sencillo ni la consolidación de los avances de la sociedad, sino que requiere siempre de algún tipo de control”.