UAM/Economía     Oaxaca, México.- La crisis que se ha desplegado desde el año 2008 con seguridad cubrirá todo el 2010; su profundidad y extensión empiezan ya a recordar la Gran Depresión de 1929, debido a que afecta al mundo entero, por ser globalmente sincronizada, resalta el doctor José Valenzuela Feijóo, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).     El docente del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa asegura que la crisis actual, inicialmente financiera, tiene todos los visos de ser un conflicto terminal del patrón neoliberal que ha imperado en las últimas décadas.   El miembro del Sistema Nacional de Investigadores sostiene que un ciclo perverso o mal comportado es el más claro síntoma de una crisis del neoliberalismo, y lo que este fenómeno demuestra es que el sistema está reclamando un cambio mayor de orden estructural, para asumir una conducta dinámica.   [caption id="attachment_27352" align="alignleft" width="191" caption="Desempleo y pobreza afectación a la población en 2010"][/caption] Lo anterior significa que debería abrirse un periodo de transición, desde el patrón de acumulación vigente, a otro que sea capaz de resolver las contradicciones que precipitan la crisis actual.     Dicho esquema de acumulación implica cambios en los modos de producción, distribución y utilización del excedente económico; en las formas de la relación externa de la economía; en la esfera política (al interior del bloque de poder, desplazamiento de la fracción dirigente hegemónica por otra capaz de encabezar el nuevo estilo), y en los mecanismos de dominación.   Tales variaciones, aunque preserven la matriz básica del sistema, son de orden considerable y suelen implicar turbulencias políticas superiores. El cambio está definido por los problemas estructurales que el patrón no ha resuelto.     Por ejemplo, si una dificultad grave del viejo esquema era una pésima distribución del ingreso (tanto que termina por ser disfuncional al mismo capitalismo), el modelo de reemplazo, para poder funcionar y consolidarse debe ser capaz de resolver tal conflicto.   En el artículo Estados Unidos: una crisis de orden estructural, publicado en la revista electrónica Redpol –órgano de difusión del Departamento de Administración de la Unidad Azcapotzalco– el académico asevera que los problemas que precipitaron la actual crisis en ese país son de orden estructural.   Esa nación debería reducir la cuota del excedente respecto al ingreso nacional, es decir, bajar la tasa de plusvalía y mejorar la distribución del ingreso; elevar el nivel de la inversión productiva, lo cual a su vez exige impulsar la intervención estatal y asegurar la emergencia de un paquete de grandes innovaciones tecnológicas, capaces de arrastrar a la inversión privada y, por ende, al crecimiento.   De acuerdo con el especialista, Estados Unidos debe desahuciar el estilo neoliberal y avanzar a un nuevo tipo de capitalismo, que conjugue una mejor distribución del ingreso, el impulso al sector industrial productivo y el control-restricción del capital financiero.   Además de apostar a la mejoría de su saldo externo (algo que provocará serios diferendos con otras potencias y con países periféricos en ascenso).Todo esto, en el marco de una original y fuerte intervención estatal y del correspondiente cambio o desplazamiento de la fuerza dirigente y hegemónica en el seno del bloque de poder.   Valenzuela Feijóo pronostica que los tiempos venideros serán turbulentos; en la historia ningún cambio estructural o de orden mayor se ha hecho con suavidad, ya que el conflicto y la violencia, desde siempre, han sido las promotoras de lo nuevo en la historia, pero se trata de que opere en favor del progreso, tanto en el centro como en la periferia del sistema