Por Dolores Magallón
Oaxaca, México.- En la sociedad globalizada actual se registra un aumento de la violencia en todos sus aspectos y una disminución de respuestas a las necesidades del humano, sobre todo para la infancia, periodo de mayor vulnerabilidad, advirtió la maestra María Elena Sánchez Azuara, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Las experiencias básicas del individuo para la vida, las que construyen a un sujeto y le permiten desarrollarse con seguridad y asertividad, no ocupan un primer plano en la sociedad actual; en cambio, la violencia se apropia de un espacio significativo en la vida de niños y adolescentes.
La académica del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa ejemplificó que los video-juegos son un entretenimiento en el que se naturaliza la violencia, ya que después de destruir al “otro”, se le puede volver a “reconstruir” para iniciar una nueva demostración de poder.
En este contexto, dijo la especialista en Psicología social, se desarrollan fenómenos como el bullying, término utilizado para identificar el hostigamiento, acoso, victimización o intimidación que un niño, preadolescente o adolescente sufre por parte de sus pares escolares y que se presenta de diversas formas como el ataque verbal, físico o psicológico.
Estudios del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) señalan que un porcentaje cercano a 20 por ciento de los alumnos de escuelas primarias y secundarias del país ha sufrido violencia física, burlas o amenazas por parte de alguno de sus compañeros o de un grupo de estudiantes.
La experta reconoció que en el análisis de esta conducta, en la que un infante o adolescente ejerce poder y dominio sobre otro al que percibe débil, es importante considerar que las carencias de cuidado por parte de los adultos tienen efectos a nivel afectivo y en todos los sistemas del organismo humano, como el neuroendocrino.
Explicó que los circuitos cerebrales, por ejemplo, se desarrollan de acuerdo con las experiencias que se viven y éstas activan determinadas condiciones neuronales; si las prácticas son negativas, como la de sufrir la violencia como única forma de relación con el otro, se producen alteraciones en todas las funciones.
[caption id="attachment_14624" align="aligncenter" width="300" caption="Los jóvenes quienes padecen faltas de políticas pública para su atención integral y rptección contra la violencia"][/caption]
Al hablar sobre el perfil del hostigador, indicó que ejercer poder, dominio y liderazgo de grupo le produce satisfacción, somete al que percibe más débil, enfatiza sus impotencias, acosa de diversas formas y la agresión puede ser muy violenta en ciertos casos.
Aclaró que la conducta del acosador no deriva en todos los casos de vivir violencia intrafamiliar, existen formas de violencia simbólica que no son físicas, pero que afectan al niño, como la falta de respuesta a sus necesidades emocionales.
Los padres, pormenorizó, pueden cubrir todos los satisfactores materiales y de consumo del niño y el joven adolescente, pero los abandonan manteniéndoles frente a una televisión o video juego y no les escuchan.
En lo que respecta al agredido, no tiene recursos para enfrentar esa situación, no puede expresar lo que está sintiendo, muchas veces ni siquiera identifica sus emociones, se siente mal, pero negará la situación por la que está pasando, porque ello significa una desvalorización grande de sí mismo y sólo desea huir de esa realidad, por lo que un indicio de que sufre acoso y maltrato por otros alumnos del plantel educativo será negarse a ir a la escuela.
Tanto las víctimas, como los agresores tienen carencias en cuanto a la vivencia de experiencias básicas y la posesión de recursos para manejar situaciones de la vida, la diferencia es que hay quienes las enfrentan con violencia y otros con sumisión o huyendo de ellas.
Las consecuencias de padecer en forma directa o indirecta el bullying pueden ser graves y afectar la salud del niño con enfermedades que antes eran propias de adultos, como los padecimientos gastrointestinales derivados de estrés crónico, y que hoy se presentan con mayor frecuencia en niños y adolescentes.
Enfatizó que el sistema escolarizado debe tomar conciencia de este fenómeno y privilegiar las necesidades de los niños, así como dar apertura a las diferentes formas de expresión de las emociones, que en ocasiones no son permitidas en el sistema educativo. Equívocamente se piensa que lo preponderante es aprender información y no experiencias de vida.
“Debemos tomar en cuenta que todas las funciones del humano están relacionadas, comprender que el desarrollo del niño debe ser integral o se alterarán algunas de sus funciones, sus actitudes y los roles que asume, así como su salud física, su capacidad vital, su ímpetu y sus recursos para poder enfrentar las diferentes situaciones de la vida”. [caption id="attachment_14623" align="aligncenter" width="300" caption="Los niños vulnerables en su integridad f´sica y psicológica en las sociedades modernas"][/caption]