Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca, México.- Existe una tendencia en muchos países de Latinoamérica de ir coartando los derechos y la libertad de expresión y hostigamiento contra el periodismo, afirmo Jon Lee Anderson, uno de los más reconocidos periodistas de guerra y escritor de las más importantes biografías de personajes de la historia contemporánea.
Lee Anderson quien es invitado especial en la Cátedra “Aura Estrada con sus colegas Francisco Goldman y Alma Guillermo Prieto en el marco a la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2009 habló sobre los riesgos del ejercicio periodístico en el continente.
Quien es considerado como el “heredero de Kapuscinski", expuso que las agresiones a periodistas y no se registra de un solo lado, porque sucede además, en las izquierdas populares “como el régimen de Hugo Chávez en Venezuela y el reflejo opuesto en la región, como lo hace también Álvaro Uribe en Colombia”.
Esta tendencia, señalo “sucede en todo el hemisferio para volver a estados más autoritarios, con presidencias autoritarias”.
En la actualidad, dijo, existe un periodismo que es está siendo demasiado golpeado en el mundo, y en muchos países nunca se ha levantado hacer el periodismo independiente, agregando a esto, el riesgo en que viven mucho colegas latinoamericanos, es una situación desesperante.
En ese sentido denunció como en América Latina un mandatario de un país, condena por nombre y apellido a un periodista como lo ha “hecho Chávez o Uribe cada uno en su forma de gobierno cohíbe a la prensa”.
Son muy pocos los periodistas que se atreven, naturalmente a denunciar a los hombres más fuertes de sus países y sus mandatarios, los cuales tiene a su disposición ejércitos y servicios secretos, “es muy arriesgado”.
Por ello, expuso, que en términos reales, “no ha cambiado nada contra los periodistas cuando en El Salvador durante los años 80’s, éramos considerados la subversión por parte de los gobiernos y los militares patrocinados por mi propio gobierno y mataban a los periodistas cuando podían”.
Los calificaban de subversivos aun cuando trabajaran en medios de comunicación convencionales, nada contestatarios.
Por eso creo, dijo Lee Anderson, “la situación del periodismo en la región ha ido de mal en peor”.
Consejos para no perder la vida en el intento
Jon Lee Anderson, sin embargo, no dejo pasar la oportunidad para discernir entre ética y periodismo, tras la experiencia adquirida en su estancia en diversos países de América Latina que lo llevó a especializarse en temas políticos de la región y a escribir las biografías de personajes como Augusto Pinochet, Fidel Castro o el escritor Gabriel García Márquez y la de Ernesto Guevara de la Serna, uno de los perfiles más importantes del revolucionario argentino Che Guevara: una vida revolucionaria.
Lo más difícil de ser periodista en una situación de conflicto, sobre todo si es su propio país, es mantener la ética que el lo primero que se pierde junto con la verdad”.
Ello, explicó, porque la información se utiliza como instrumento bélico, “de ahí que la primera victima en una guerra es la verdad”.
De ahí que recomendó a los periodistas en no convertirse en informador de un bando ó el otro, porque es quizás el desafío mayor que tienen la mayoría de los periodistas en el mundo, sobre todo cuando el conflicto tiene como escenario su propio país, porque el riego aumenta al confundirlos como actores de ese conflicto.
“En general los que libran las guerras no quieren que la información independiente y equilibrada”.
Por eso comentó que también es difícil que un periodista logre la imparcialidad, es decir, “la búsqueda de la objetividad, es una utopia que ninguno logramos. Sin embargo, señalo hay que intentar hacerlo por más difícil que esto sea”.
Para Lee Anderson, la ética que ha de regir la labor del periodista en todo el mundo, si se puede abogar por una universalidad “será el de recordar siempre que nuestro oficio no es escribir ante el conflicto, ni para el dueño de su medio, ni mucho menos a los perjuicio o nacionalismo de uno mismo, sino que su deber último, es escribir para el gran público”.
“De ahí que se deba mantener una posición relativamente ecuánime, en la que el periodista sale ileso, sobrevive y todavía al final, puede mirarse al espejo”.
Jon Lee Anderson, dijo con modestia, que lo único que podría ofrecer como consejo a sus colegas latinoamericanos, es justamente recordar que estamos aquí para informar la realidad como se nos presenta e informarla con ética a nuestro gran público”.