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Oaxaca, México.- Las moscas son uno de los insectos más desagradables para el hombre. Sin embargo, un proyecto de investigación científica que se desarrolla el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) prevé emplearlas en la elaboración de alimento para aves, reptiles y peces debido al alto grado de proteína en estado larvario que presentan.
Para darle un aprovechamiento integral a ese insecto que se reproduce a gran escala (una mosca pone de 800 a mil huevecillos en un intervalo de una semana), el ITO desarrolló un paquete tecnológico para el manejo de los estados biológicos de la mosca común.
De acuerdo con el ingeniero Víctor Manuel Aquino Gómez, titular de la investigación, en el laboratorio de reproducción masiva de la mosca común han producido entre una y dos toneladas de larva a la semana, que transformada en harina es empleada en alimento para pollo de la clase broiler.
En las granjas de pollo que participan en el proyecto han comprobaron que una vez que se alimenta a las aves con la harina a base de larva de mosca la calidad de la carne no disminuye. Un resultado similar ocurrió en los criaderos de codorniz ecológica, en donde se obtuvo carne con alta jugosidad, los huevos de estas aves aumentaron de tamaño (a 18 gramos), a diferencia de las codornices alimentadas con insumos ordinarios, en los que sus huevos no son mayores a 10 gramos.
La harina también ha servido de alimento para truchas y los criaderos de este pez se han visto beneficiados por los buenos resultados obtenidos.
Otra aplicación de este desarrollo tecnológico es la reproducción de los enemigos naturales (parásitos) de la mosca, con el objetivo de liberarlos y aminorar la población del insecto en las granjas porcinas de manera “natural”, sin el uso de insecticidas o productos químicos.
Ello derivó a la obtención de apoyo financiero por parte de la Fundación Produce Puebla AC, pues ese estado se considera zona productora de cerdo, pollo y leche, por lo que se interesaron en el desarrollo del IT de Oaxaca.
Con ese respaldo se validó la eficacia de los parásitos para aminorar la reproducción de mosca casera y de las moscardas que se desarrollan en las áreas de confinamiento de cerdos y fosas de almacenamiento de porcinos muertos.
Actualmente, en las granjas porcinas, explicó el ingeniero Aquino Gómez, para combatir las moscas se usan insecticidas (adulticidas y larvicidas) con el fin de matarlas, lo que ha ocasionado una alta resistencia del insecto al veneno.
“La mosca y la larva se volvieron resistentes a los insecticidas, lo más grave es que contaminan el subsuelo y los mantos freáticos. Nuestro desarrollo biológico, es una opción para el control de esos insectos”, expuso.
Lo que hicieron los investigadores en las granjas porcícolas de Tehuacán, Puebla fue liberar cien litros de pupa (larva) parasitada, que son aproximadamente 40 millones de parásitos al mes, que no perjudica a los cerdos ni al humano.
“Lo que buscamos con el desarrollo biológico es el equilibrio ecológico, no pretendemos eliminar la mosca porque no conviene, ya que el insecto hace su trabajo en los cerdos que mueren, los consume y los degrada”, explicó.
Por el momento hay dos maneras de aplicar este desarrollo tecnológico para controlar la mosca, uno es adaptar la tecnología para instalación de laboratorios en las asociaciones productoras de cerdo y generar el parásito; la otra es adquirir la pupa parasitada en su presentación de un litro que trae 40 mil pupas de parásitos, colocarla en el estiércol que se genera en las granjas y contrarrestar la sobre población de la mosca.
En Oaxaca, el Instituto Tecnológico aplicó el desarrollo biológico en el basurero municipal, liberando parásitos en el centro de acopio de la basura y lograron disminuir la población de moscas.
Cabe destacar que ese trabajo se desarrolló de una manera conjunta con los pepenadores y la dirección de ecología municipal, con lo que se obtuvo resultados con gran efectividad.