Por Fortino TORRENTERA O.
Oaxaca. México. Hace algunos años, Carlos Latapí recorrió el Istmo de Tehuantepec, que como en otras regiones del mundo, quedó admirado por la riqueza de su colorido, por lo que su arte con la fotografía ha fundido en una muestra a la cultura zapoteca con otras ancestrales.
Del 20 al 29 de agosto en la Fundación Sebastián en al Ciudad de México, el artistas presentará “México Fusión”, una muestra fotográfica que sin duda creará vínculos entre la cultura de México y el Mundo,
En estas imágenes combina el maquillaje “kabuki” japonés y los trajes artesanales del Istmo de Tehuantepec, lo que significa un recorrido visual donde las imágenes se relacionan con símbolos culturales destacados de Japón, para crear nuevos vínculos entre México y el mundo.
[caption id="attachment_18750" align="aligncenter" width="940" caption="La fusiòn de culturas, presente en las imágenes de Latapí."][/caption]
Se trata de una muestra compuesta de 27 gráficas de gran formato, el también llamado “Fotógrafo de los artistas”, quien retrata del maquillaje “kabuki” del teatro japonés que lo caracteriza por su vanguardismo, que se caracteriza por ser aplicado sobre un fondo blanco y con intensos colores, como los que caracteriza a los trajes regionales del Istmo.
Resulta dramática la fusión de estilo de maquillaje oriental cuando se vincula con el arte plumario prehispánico y el colorido de la vestimenta artesanal propia del Istmo de Tehuantepec y la región que comprenden también Chiapas, Tabasco y Veracruz.
Esta fusión, según el autor con más de 20 años de experiencia en el arte fotográfico, parte de la observación que todas las culturas en algún momento de la vida se juntan y en este caso Japón y México coinciden en el colorido aplicado en distintos rubros.
Para la realización de esta muestra, el artista debió trabajar dos años y medio y para ello empleó una modelo regiomontana, Pilar Reyes. Ambos dedicaron largas horas a este trabajo que recoge la esencia de cada una de las culturas que mezcla.
En cada una de las imágenes, el fotógrafo recupera la sensibilidad de la cultura japonesa con todo el colorido de la mexicana, destacando en las imágenes esa gama policromática que distingue a la cultura zapoteca.