UAM/Ciencias Sociales   Oaxaca, México.- A pesar de la existencia de diversos movimientos sociales en el país, se tiende a dar cuenta de ellos casi siempre desde una perspectiva estereotipada, que lejos de ayudar a comprenderlos, infunde temor entre los distintos grupos sociales, de gobierno y empresariales.   La doctora Juana Juárez Romero, jefa del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), apuntó lo anterior durante el Seminario Perspectivas de la Acción Colectiva Procesos y Análisis, realizado en la Unidad Iztapalapa.   Entre la gama de movimientos –que pueden ir desde la turba hasta un acto revolucionario– se requiere de manera urgente un análisis para evitar no sólo el temor sino la descalificación, aseveró la docente.   [caption id="attachment_36863" align="alignleft" width="300" caption="Los movimientos sociales causa resquemor en la sociedad por su manipulación de líderes y de medios de comunicación"][/caption] En gran medida esta visión se debe a la manipulación que existe en el manejo de la información, que redimensiona las acciones y la parte irracional de los movimientos sociales, ocultando o minimizando casi siempre las situaciones que los originan.   La especialista en Psicología política e identidades colectivas cuestionó que aunque se efectúen movilizaciones sociales, no se concreten transformaciones importantes en las relaciones entre los diversos grupos.   “Resulta interesante observar que es tan ineficiente o nula la conciencia social de quienes participan y llevan a cabo una movilización, como ineficaz ha sido el desempeño del Estado en la solución de los problemas”, acotó.   En la actividad coordinada por el Área de Acción Colectiva e Identidades Emergentes, la maestra Angélica Bautista López, profesora-investigadora del Departamento de Sociología, subrayó que la construcción que ocurre en el proceso de transformación social es intersubjetiva y tiene una afectividad colectiva central.   Los actores sociales que proponen dicho proceso son los públicos (personas que observan, escuchan o siguen algo) y la coexistencia de diferentes marcos interpretativos y cosmovisiones, que remiten a lógicas distintas presentes en la relacionalidad humana.   En este sentido, añadió, el público es convocante, y surge y se distingue en oposición a otro, por lo que para su estudio se propone el análisis de la vida cotidiana desde la identificación de las contradicciones en las disputas.   Por ello será necesario primero identificar las creencias y valores que se ubican al interior de las discusiones, así como las transformaciones que se dan cita en las prácticas culturales de la vida social como la familia, la escuela, la calle y el trabajo.   El doctor Ricardo Tirado Segura, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó que la asociación es un arreglo social propio de la modernidad y una de las instituciones que implica libertades de pensamiento, expresión de las ideas, reunión y protesta pública, además de que constituye una pieza central de la sociedad civil.   En la conferencia magistral Análisis y evaluación del desempeño de las asociaciones civiles estableció que el derecho de libre asociación fue un tanto tardío, ya que surgió hasta el Siglo XIX con los sindicatos, las cámaras empresariales y los partidos políticos.   La asociación es un arreglo con lógica social, política y organizativa propias, por ello debe tomarse en cuenta que a diferentes tipos de agrupación corresponden distintas formas de evaluar, advirtió.   Como indicadores del desempeño deben considerarse los resultados traducidos en rendimientos, productos e impactos, y las acciones para proteger del entorno a la comunidad.   Un aspecto importante en estos indicadores es el desempeño organizativo, que son las acciones para producir la cooperación interna entre los miembros para su buen funcionamiento.