José María DE LA FUENTE/Conaculta

 

Oaxaca, México.- Para el novelista y ensayista español Fernando Savater, la lectura representa ante todo un acto de intimidad entre dos sujetos que pertenecen al mundo simbólico; un acto de intimidad que desafía al tiempo y a la distancia.

         

Poco antes, al iniciar la ponencia magistral Agonía y resurrección del libro, última conferencia del Congreso Internacional del Mundo del Libro, con la que el Fondo de Cultura Económica celebra su 75 aniversario, definió al libro como una realidad singular, como un atributo de la humanidad.

         

Y citó a Jorge Luis Borges, quien a su juicio expresó esta idea con gran claridad: “de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es sin duda el libro, los demás son extensiones de su cuerpo: de la vista el microscopio y el telescopio, de la voz el teléfono, del brazo el arado y la espada, pero el libro, lo es de la imaginación y la memoria”.

         

[caption id="attachment_26800" align="alignleft" width="300" caption="El escritor Fernado Salvater en México"][/caption]

Comentó que para muchos, también es una forma de relacionarse con los muertos, aunque aclaró que también leemos a nuestros contemporáneos. Pero consideró que la singularidad del hecho de que no simplemente rindamos culto a los muertos, los enterremos, los veneremos y les levantemos monumentos, radica en que todavía podamos convocarles y entrar en relación íntima con ellos; en una relación que va más allá de la descripción fotográfica de lo real, para compartir lo que alguien ha sentido como real desde su intimidad.

 

         

El escritor externó su acuerdo con algunos autores como Proust, quien decía que “la lectura es amistad sin frivolidad”. Y completó: “es una amistad profunda que va de una intimidad a otra. Antes, la conversación era un arte desdeñable comparada con la lectura”.

         

Si bien destacó las muchas virtudes que como ávido lector encuentra en el libro, también llamó a la tranquilidad frente a la amenaza que para muchos, representan las nuevas tecnologías. En ese contexto, recordó que personajes cultísimos como Aristóteles y Séneca, no conocieron lo que es un libro, de manera que tenemos que no hay por qué escandalizarse si futuros eruditos, escritores o creadores no llegasen a tenerlo.

         

“Si grandes pensadores, creadores y literatos del pasado carecieron de él, es perfectamente posible que sin perder la creación ni la relación lector-escritor, haya un momento en que los futuros creadores utilicen otros soportes que no sean propiamente libros”, destacó.

         

[caption id="attachment_26801" align="alignleft" width="300" caption="Fernando Salvater celebración del Fondo de Cultura Económico en sus 75 años"][/caption]

En una parte de la charla, Savater evocó a Montaigne, para quien la lectura era un generador de alegría y placer. “Nuestro inconsciente recuerda lo que hemos leído; estamos hechos de libros, de personajes, de situaciones. La lectura nos transforma, no hace falta que la recordemos, probablemente todos hemos olvidado mucho más de lo que recordamos, de cuanto hemos leído”

 

         

Asimismo, consideró a la lectura como un acto creador y no pasivo, pues la lectura más ingenua es un ejercicio de reflexión, un conato de pensamiento, en tanto que las imágenes, incluso las mejores no tienen por qué serlo.

         

En relación con el futuro del libro, manifestó que muy probablemente va a sufrir transformaciones. Una de ellas, que se reduzca su número en las bibliotecas personales como resultado de una selección de los que nos parezcan más valiosos, tanto estéticamente como en contenido. Mientras tanto, las enciclopedias y revistas especializadas, migrarían a Internet

         

“Nuestra biblioteca –abundó– será un conjunto de joyas más similares a lo que somos, a lo que queremos y a lo que nos conforma. Dejará de ser producto de un mecanismo de acumulación, para privilegiar a aquellos en los que encontremos mayor cantidad de valores”.

         

Contrario a lo que muchos opinan, Savater no ve en la web a un enemigo del libro sino una posibilidad asombrosa para multiplicar la relación lector-escritor. Sin embargo, manifestó su preocupación por el futuro del escritor, si podrá continuar con su labor creativa y mantener el control sobre lo que quiere que aparezca, con el propósito de establecer una relación especial con su lector.

         

Resaltó que de perderse la posibilidad de ejercer los derechos de autor y de controlar el contenido de los textos que se ofrecen, es muy posible que la figura del escritor se desdibuje, desaparezca o pase a la clandestinidad. Ese es desde su punto de vista el riesgo real, generado por la idea de que la cultura debe ser gratuita.

         

“Como los discos, los libros y las películas se pueden conseguir a través de descargas de Internet, se ve a la cultura como algo ligado a la gratuidad. Es la misma actitud que tienen los depredadores de la naturaleza, quienes consideran tener derechos sobre los recursos porque surgen de manera natural, espontánea y por tanto no tienen propietario. Es una amenaza para la creación, una expresión de barbarie”, refirió.

         

Por último, Savater señaló que el mundo de la lectura es un mundo de libertad. Y resaltó que el libro no es un simple almacén sino una forma de liberación. “A través de los libros nos hemos liberado de la superstición, de los miedos, de los fantasmas internos y externos que nos acosan. La lectura es una multiplicación del alma, de sus vértigos y posibilidades, por lo tanto renunciar a ello es una forma de mutilarse”.