UNAM/ Medio Ambiente
Oaxaca, México.- Las políticas ambientales internacionales deben tener una perspectiva amplia y entender que los procesos y componentes de los ecosistemas no están limitados por fronteras, estableció Patricia Balvanera Levy.
[caption id="attachment_22451" align="alignleft" width="300" caption="La política ambiental México-Estados Unidos debe ser integral para la población de ambas naciones"][/caption]
La integrante del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM, con sede en Morelia, expuso que estas medidas deben considerar el funcionamiento del hábitat, sus elementos y beneficiar a los habitantes de zonas limítrofes, como quienes radican en la región que separa a México de Estados Unidos.
La experta explicó que estos entornos están constituidos por plantas, animales, bacterias y demás organismos, y por componentes abióticos, es decir, agua, nutrientes y energía.
Este delicado equilibrio entre los elementos y las interacciones son esenciales para el funcionamiento del planeta y el bienestar humano, porque a partir de ellos se obtienen bienes básicos y se regulan las condiciones ambientales.
Ante esta circunstancia, la universitaria e integrantes de la Universidad de Arizona estudiaron diversos ecosistemas y sus interacciones sociales para abordar algunos problemas transfronterizos entre México y la Unión Americana.
El objetivo fue ampliar la perspectiva ambiental en esa zona (tradicionalmente vista como una franja de 100 kilómetros por lado) y señalar aspectos preocupantes, como la construcción de un muro que afecta el proceso de migración natural de muchos animales.
Nuestra propuesta, apuntó Balvanera, considera a las especies, al funcionamiento hídrico y demás componentes del hábitat para proponer políticas que salvaguarden los recursos y promuevan el bienestar humano en ambos lados de la frontera. Este trabajo fue publicado recientemente en la revista Frontiers in Ecology and the Environment.
[caption id="attachment_22452" align="alignleft" width="300" caption="El muro divisorio levantado por EU tendrá consecuencias de tipo ambiental"][/caption]
El texto considera tres casos. El primero, se refiere al Canal Todo Americano que transporta agua del río Colorado a San Diego, atravesando por el Valle Agrícola Imperial, en California. En su trayecto, el afluente pasa por lugares donde el suelo es permeable, lo que hace que se infiltren 83.5 millones de metros cúbicos de agua al territorio mexicano cada año.
Por la demanda hídrica del Valle Imperial y la ciudad de San Diego, hay quienes presionan para que se “forre” el canal y éste ya no abastezca a México, iniciativa que ya se echó a andar. Sin embargo, esto tendrá consecuencias negativas, porque en Mexicali la actividad agrícola, industrial y urbana depende de ese líquido trasminado.
Otro problema es que en los tratados binacionales se considera el problema de las aguas superficiales, pero no el de las subterráneas. “Para proponer soluciones se debe tener una visión integral”, agregó la académica.
Por otro lado, se abordó el asunto de los murciélagos, cuyas poblaciones han disminuido debido al crecimiento urbano, la construcción de carreteras, el vandalismo en las cuevas y los mitos que persisten alrededor de estos animales.
Sin embargo, se ha demostrado que estos mamíferos voladores polinizan el agave y producen variabilidad genética, fenómeno que podría aprovecharse en las zonas productoras de tequila, donde las plantas son idénticas genéticamente porque se produjeron por estacas o “pies”, condición que las hace vulnerables a plagas. Este comportamiento etológico sería de gran utilidad en ambos lados de la frontera, por lo que ya hay iniciativas para proteger a esta fauna.
El último estudio fue el de la mariposa monarca, que migra desde Canadá hasta México, pasando por EU. Este fenómeno es sumamente importante, además de que promueve la actividad ecoturística en el país.
Esta especie se encuentra en peligro de extinción porque en Michoacán se talan sus áreas de reserva, y en los países del norte son víctimas de las prácticas agrícolas, el uso de transgénicos, pesticidas y herbicidas. Para solucionar el inconveniente, se han propuesto iniciativas de conservación y manejo adecuado de estos lepidópteros.
De ese modo, finalizó Balvanera, en las políticas internacionales hay que poner énfasis en las especies, pero también en sus ecosistemas, entender su funcionamiento, zonas y cómo se establece una liga entre las acciones ambientales que se emprenden en ambos lados de la frontera.