UNAM/Medio Ambiente
Oaxaca, México.- La sustentabilidad se recarga en tres “patas”: la económica, la social y la ambiental, y un desarrollo sustentable es aquel que busca el progreso de una región, de un país o de la humanidad en general, porque contempla el balance de estos elementos y el equilibrio al interior de cada uno, indicó la coordinadora del Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM, Mireya Imaz Gispert.
Éste, dijo, debe ser un desarrollo económicamente justo, socialmente equitativo y ambientalmente equilibrado, porque si uno de los tres factores no prospera, es fácil llegar a la conclusión de que se trata de un modelo condenado al fracaso.
“Por ejemplo, el desarrollo económico actual no es sostenible social, ambiental ni económicamente, porque resultó eficiente para algunos, pero no para todos”, apuntó.
La especialista subrayó que la meta es propiciar no algo mesurable, sino una idea de hacia dónde nos dirigimos; y esto no es algo a lo que se llegue en dos días ni que se diseñe en una pizarra, “es una tendencia a algo específico que busca que las variables económicas sean armónicas y al desarrollo social y ambiental, equitativos”.
[caption id="attachment_19132" align="alignleft" width="199" caption="La investigadora Mireya Imaz Gispert "][/caption]
Esto debe hacerse pensando en las generaciones futuras y en que éstas, tienen el derecho a vivir y disfrutar del planeta como hicimos nosotros; pero si ni siquiera somos capaces de dar eso a los jóvenes con los que coexistimos, será complicado que esto se adopte a futuro; “ése es el reto”, explicó.
Imaz Gispert precisó que pese a que este concepto se ha convertido en bandera de muchos actores políticos y sociales, nunca dicen qué están haciendo para remediar la situación. “Todos quisiéramos que el desarrollo fuera armónico, justo y equilibrado, pero si no sabemos cómo llegar a él, es difícil que lo entendamos”.
El verdadero significado del desarrollo sustentable es evidente en la academia, porque aunque tengan diferencias según la formación de los especialistas, se puede llegar a acuerdos y situaciones desde un punto de vista catedrático.
Sin embargo, a nivel de política pública no hay una “comprensión cabal”, o por lo menos parece que no se entiende este concepto; “un ejemplo es que dependencias de gobierno como la Secretaría de Medio Ambiente siguen siendo eso, una secretaría, cuando debería haber una vinculación transversal al quehacer de todas las instancias correspondientes”.
En este rubro, también se encuentran personas que saben muy bien en qué consiste el desarrollo sostenible, pero no lo aplican como modus operandi por la dinámica de sus centros de trabajo. “Si no se internacionaliza que el tema ambiental es un asunto de desarrollo, hablar de sustentabilidad es tan productivo como bordar en el vacío”.
Para concluir, llamó a la construcción de un desarrollo nacional, e indicó que la humanidad tiene futuro siempre y cuando sepa que enfrenta una crisis civilizatoria en la que no ha sabido hacer bien las cosas desde un punto de vista económico, social y ambiental; pero “una vez que se asuma eso, habrá conciencia de que se trata de un reto a solucionar”.