Artemisa MENDIZÁBAL S./Conaculta
Oaxaca, México.- De acuerdo con los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Prácticas y Consumos Culturales, el 3.3% del acceso a los libros a nivel nacional, está representado por los espacios que forman parte del Programa Nacional de Salas de Lectura, a cargo de la Dirección General de Publicaciones de Conaculta.
Así lo dio a conocer su coordinadora del programa, Socorro Venegas, al participar en el Foro Latinoamericano sobre Experiencias de Lectura que como parte Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe IBBY, se realizó este miércoles en la Biblioteca Vasconcelos, con la presencia de representantes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú, Uruguay, Venezuela y México.
Venegas refirió que el Programa Nacional de Salas de Lectura tiene ya 14 años de existencia y convoca a la sociedad civil para que gracias al esfuerzo voluntario, se creen estos espacios a los que aportan su tiempo, sus casas, puestos en el mercado, cajuela de automóviles y todos aquellos que su imaginación e ingenio les permita habilitar para ese fin.
[caption id="attachment_34820" align="alignleft" width="300" caption="Las salas de lectura en México"][/caption]
Tras afirmar que este año se obtuvieron los logros más interesantes en la vida del programa, informó que por primera vez se llevó a cabo una evaluación profunda que dio como fruto la posibilidad de contar con indicadores que ya se aplican, para establecer la ruta que se debe seguir hacia futuro.
Como resultado de este censo, Socorro Venegas señaló que se pudo establecer que actualmente se mantienen activas 3 mil 324 salas en todo el país; adicionalmente, se llevó a cabo un proceso de renovación de los acervos, para lo cual por primera ocasión, se editaron 100 títulos específicamente concebidos para sus usuarios, a partir del trabajo de un comité de selección integrado por los mediadores y los instructores del programa, quienes conocen las necesidades y demandas existentes en las comunidades.
Entre otros datos producto de la evaluación, la coordinadora del Programa Nacional de Salas de Lectura, mencionó que aunque aparentemente no existen estímulos visibles, para que alguien se convierta en mediados, los habitantes de las comunidades más pobres, apartadas y marginadas culturalmente, en un buen número de casos han preferido instalar salas de lectura por encima de la posibilidad de abrir un puesto de jugos u otro producto, que les dote de recursos para la sobrevivencia.
Asimismo, aludió que el 47% de las personas que están dentro del Programa Salas de Lectura se involucró en él con el ánimo de compartir la lectura con otros, para conversar, para socializar los libros en su comunidad; por otro lado, tres de cada diez personas desean promover la educación y la cultura, en su mayoría se trata de maestros y bibliotecarios; en tanto que el 10%, lo hace por la ausencia de bibliotecas en su comunidad.
Socorro Venegas indicó también, que se detectaron transformaciones en las comunidades, ya que se han dado a la tarea de organizar proyectos de mejora comunitaria que no solamente tienen que ver con la lectura. Como ejemplo mencionó que en Puebla, se eliminó un tiradero de basura que fue limpiado por la comunidad para crear una sala de lectura que al paso del tiempo, adquirió el carácter de biblioteca comunitaria y su acervo pasó de 100 a más de 3 mil títulos; además de se han creado grupos de lectura en voz alta y ha sido sede de festivales y ferias del libro.
Otra modificación importante, la ubicó en el programa de capacitación que fue revisado recientemente. Dijo que entre las demandas de los usuarios que han sido atendidas, figura la realización de talleres de escritura, así como de autogestión para obtener recursos para sostener las salas de lectura.
De esta suerte se tomó la decisión de invitar a tomar la capacitación, no sólo a los mediadores de cada sala sino también involucrar a los lectores en un proceso paralelo, a fin de generar procesos horizontales que den paso a la toma de decisiones colectivas y que ante el riesgo de cierre de una de ellas, sean los propios lectores quienes asuman el compromiso de mantenerla
De igual manera, Venegas manifestó que ha habido cambios en el proceso de comunicación, mismos que tienen que ver con la construcción de comunidades lectoras autónomas, en el sentido de capacitar para la autogestión y de esa manera, propiciar que sean las comunidades las que definan hacia donde quieren que vaya su sala.
Por último, puntualizó que hoy día, los niños y jóvenes se han convertido en los principales usuarios de las salas, por lo que la coordinación a su cargo debe responder a las necesidades que ellos expresan, en términos de capacitación y de acervos acordes con sus requerimientos.