Artemisa MEDIZÁBAL S/Conaculta
Oaxaca, México.- El historiador Miguel León Portilla hizo un llamado a la sociedad en general para que contribuya a la preservación del náhuatl, pues de no hacerlo estaríamos cometiendo un crimen y advirtió: al morir una lengua, la humanidad se empobrece.
El investigador y nahuatlato participó en la presentación de la Fundación Macuilxochtil Cinco Flores A.C., de la cual es consejero, y que preside el escritor en lenguas indígenas Natalio Hernández. También son consejeros de la asociación el escritor Carlos Montemayor, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, la actriz Luisa Huertas, el poeta y narrador Jorge Ruiz Dueñas, María Cristina García Cepeda, Esther Hernández Palacios y Lorena Salazar, entre otros.
Luego de hacer una radiografía del devenir histórico del náhuatl, León Portilla pidió "creer en las raíces de nuestra identidad que es el mundo indígena" y señaló que Macuilxochitl nace con el fin de apoyar el desarrollo y difusión de las lenguas y culturas originarias de México, desde una perspectiva intercultural, para lograr que trascienda más allá de la comunidad de hablantes nativos.
Refirió que esta lengua tiene una tradición que se remonta a la ´época teotihuacana y que se extendió no sólo por diversas regiones de nuestro país sino que se arraigó en territorio de Centroamérica y llegó hasta Costa Rica.
Tras afirmar que el náhuatl fue una lengua ecuménica, una lengua general antes de la llegada de los españoles y que así se mantuvo hasta el siglo XVII, resaltó que en la actualidad se habla en al menos 16 estados de México, en algunas regiones de Estados Unidos y muy probablemente también en Canadá, así como en El Salvador.
[caption id="attachment_30598" align="alignleft" width="300" caption="No conservar la lengua náhuatl, un crimen: Léon Portilla"][/caption]
León Portilla reiteró que las lenguas indígenas y en particular el náhuatl, constituyen nuestro legado y que si lo perdemos, perderemos nuestras raíces. Y concluyó: “El baluarte que tiene México frente a la globalización cultural, la que busca hacernos iguales a todos, son los pueblos indígenas que han resistido más de 500 años y mantienen vivas sus lenguas, así como sus raíces culturales”.
Por su parte, el escritor Carlos Montemayor señaló que “podemos celebrar a Macuilxochitl como parte de un largo proceso de desarrollo de las lenguas originarias del país y del continente desde hace muchas décadas. Esas tareas empezaron en la década de 1970, época en la que trabajé varios lustros con la lengua maya contemporánea. En esos años complejos se nos veía con desconfianza, cuando no con desprecio, pues se decía que a nadie importaban las lenguas, las revoluciones o las reivindicaciones culturales de los indios”.
En los últimos 30 años, abundó, las cosas han cambiado notablemente en cuanto al reconocimiento e interés por las culturas indígenas. Y calificó a la Fundación Macuilxochitl como “uno de los ramilletes más destacados de todas estas tareas que tienen décadas de haberse ejercido, crecido y nacido en nuestro país”.
Pero a decir de Montemayor, toda esta afluencia de las lenguas originarias de nuestro continente, no es resultado de la madurez de las sociedades maoyitarias sino de la cada vez más activa y madura conciencia, participación social, educativa y cultural de los propios pueblos, intelectuales y artistas de las lenguas indígenas, tanto en nuestro país como en el resto del continente.
“Celebro que después de 30 años de trabajo intenso, hoy pongamos en marcha un proyecto más especializado, no solamente en lo literario sino en lo musical, que forma parte de un nuevo México. Y si bien no ha logrado aún un gran aplauso, va logrando un lugar, un espacio y se hará acreedor de un aplauso que, más que engrandecer a nuestras lenguas, nos engrandecerá a quienes nos tardamos en brindárselo, pues aún estamos a tiempo de incorporarnos a ese vigoroso árbol con muchas raíces que son nuestras culturas”, concluyó.
En su oportunidad, Natalio Hernández, presidente de la nueva agrupación, manifestó que el antecedente de la Fundación Macuilxochitl se ubica en el trabajo desarrollado desde 2001 por Raquel Bronstein, autora del libro Tla’ oncah cuicatl oncah xochitl (Si hay cantos hay flores), de él mismo como escritor en náhuatl y traductor de las canciones, así como de Augusto Hernández, su productor musical.
Apuntó que los objetivos que se han planteado son los de contribuir al desarrollo y difusión de las lenguas y culturas originarias de nuestro país, en particular el náhuatl; impulsar la creación de coros infantiles que interpreten canciones en diferentes lenguas, así como incentivar la creatividad artística de los jóvenes de las comunidades, para que recuperen y difundan sus tradiciones, al promover la equidad lingüística y el diálogo intercultural entre las propias comunidades y con la sociedad nacional.
Para ello, cuentan con el coro intercultural Xochicuicahni, integrado por niños, y niñas hablantes de la lengua náhuatl de la comunidad de Lomas de Dorado, Ixhuatlán de Madero, Veracruz, así como jóvenes de la ciudad de México que sólo hablan español, quienes interpretan canciones en ambos idiomas.
Para cumplir con esas metas, Hernández invitó a que se hagan donativos que les permitan afianzar y consolidar los proyectos en marcha, con el fin de dignificar nuestras lenguas y lograr que México realmente sea una nación pluricultural y pluriétnica.