Ciudadania Express
Miércoles 05 de agosto, 2009. 10:00 am

Los Olmecas alinearon calendario y pirámides con el Sol

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UNAM/Astronomía

 

 Oaxaca, México.- Los olmecas, forjadores de la primera cultura que se formó en Mesoamérica entre los años 800 y 1200 antes de Cristo, ya conocían y utilizaban el sistema calendárico mesoamericano, como lo muestra la alineación de la Gran Pirámide de la ciudad de La Venta, en Tabasco.

 

Esto reveló el astrónomo Jesús Galindo Trejo, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, durante su conferencia Orientación calendárico-astronómica en el Preclásico: el caso de La Venta, ofrecida en el congreso El legado astronómico de nuestros ancestros.

 

Durante más de 20 años de investigación, el arqueoastrónomo ha comprobado con mediciones matemáticas que la mayoría de las grandes estructuras arquitectónicas de Mesoamérica no corresponden a eventos astronómicos como solsticios o equinoccios.

 

“Mientras otras culturas antiguas se rigieron por solsticios y equinoccios, en Mesoamérica lo fundamental fue la cuenta del tiempo, y sus fechas importantes indican la división del año solar en proporciones expresables por medio de los números que definen el calendario prehispánico”, dijo Galindo en su ponencia, presentada en el auditorio Paris Pismis del Instituto de Astronomía (IA).

 

La Venta, viendo al Sol

  [caption id="attachment_21323" align="alignleft" width="281"]La astronomía en la cultura olmeca La astronomía en la cultura olmeca[/caption]  

La Venta es uno de los cuatro sitios más representativos de la cultura olmeca, además de San Lorenzo, Tres Zapotes y Laguna de Cerros, ubicados en el sureste de Veracruz y el oeste de Tabasco.

     

 

En esa antigua ciudad sus pobladores desarrollaron la práctica de alineación solar para guiar la ubicación de edificios rituales y avenidas principales.

 

Su arquitectura tiene plataformas de distintos tamaños, alineados de norte a sur sobre un eje, que en conjunto conforman espacios públicos. En esa ciudad, se erigió la más antigua pirámide mesoamericana, de 34 metros de altura, cuya forma cónica ha sido interpretada por algunos estudiosos como la reproducción de un volcán.

 

“La pirámide principal se alinea a la salida solar el 9 de abril y el 2 de septiembre. Esas fechas son equidistantes del día del solsticio por 73 días. Se trata de dos fechas que dividen el año solar en dos”, explicó Jesús Galindo.

 

En tanto, el paso central del Sol en la Gran Pirámide de La Venta ocurre el 12 de mayo y el 31 de julio.

 

“Esta familia de orientaciones permite calibrar el periódico sinódico de Venus, que está registrado en el Códice Dresden”, documentó el investigador.

 

Entre sus conclusiones, Galindo destacó que los pobladores de La Venta conocieron y usaron el calendario mesoamericano para dar a su pirámide principal un valor simbólico de la mayor jerarquía ritual.

 

“La posición geográfica de La Venta pudo haber sido determinada por medio de los días de paso central del Sol. Esto demuestra que la práctica de alineación calendárico-astronómica de estructuras arquitectónicas empezó en Mesoamérica probablemente desde épocas muy tempranas y prevaleció por cerca de tres milenios”, destacó Galindo.

 

Además de los ciclos del calendario, los olmecas también realizaron estudios de planetas y con ellas hicieron contribuciones al ritual juego de pelota. Sin embargo, su cultura se extinguió, superada o integrada por los zapotecas en Oaxaca y la naciente civilización maya en el sureste de México.

 

 

 

 

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