UAM/Medio Ambiente
Oaxaca, México.- El país ocupa el segundo lugar en ecocidio –después de Colombia con la situación del Río Magdalena– con la pérdida anual de ocho mil hectáreas de manglares, cifra que va en aumento debido a la destrucción de 12 mil hectáreas por la construcción de la presa hidroeléctrica Aguamilpa en Nayarit, informó el doctor Francisco Javier Flores Verdugo, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, Unidad Mazatlán.
En el marco de la X Semana de Hidrobiología, organizada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en honor al doctor Francisco Contreras Espinosa, reconocido especialista en el estudio de los ecosistemas estuarino-lagunares, quien fuera profesor-investigador del Departamento de Hidrobiología y fundador del Centro de Documentación Ecosistemas Litorales Mexicanos de esta casa de estudios.
[caption id="attachment_34696" align="alignleft" width="300" caption="La desaparición de manglares, una muestra de ecocio en México"][/caption]
Flores Verdugo refirió que en el país hay entre cuatro y seis especies de manglares de las más de 50 que existen en el mundo, que contribuyen a la recarga del acuífero, control de inundaciones, estabilización de la línea costera y la exportación de biomasa y son considerados también los “riñones” del medio ambiente, recursos de vida silvestre y forestales, debido a que son una importante fuente de abastecimiento de agua.
Sin embargo, el empleo más relevante de estos ecosistemas es el recreativo y del turismo, que aporta la mayor fuente económica, seguido de la pesca comercial.
No obstante su alcance social y ecológico, son varias las problemáticas que ponen en riesgo a estos sistemas de agua, entre ellas los rellenos clandestinos, el azolvamiento de las lagunas costeras, la construcción de carreteras que favorece el bloqueo de arterias de alimentación, la apertura de cauces artificiales que propician el flujo de agua del mar al manglar, entre otros.
[caption id="attachment_34697" align="alignright" width="300" caption="Mapa del ecocidio mundial"][/caption]
Para la conservación de estas formaciones vegetales, apuntó el investigador, es necesario que los especialistas dejen de lado las innumerables reuniones para exponer los conflictos y pongan en marcha acciones concretas encaminadas a recuperarlas.
El especialista en Oceanografía Sociológica señaló que entre dichos ecosistemas, clasificados por la Convención de Ramsar resaltan: los bajos de marea, marismas, pantanos de agua dulce, nenúfares, tulares y pantanos dulce-acuícolas boscosos, lagos volcánicos, lagunas hipersalinas; humedales artificiales como las granjas camaroneras y las salineras; las presas y los cenotes.
En esta actividad realizada en la Unidad Iztapalapa, el doctor Miguel Ángel Alatorre Mendieta, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, habló sobre la construcción de un sistema de recambio de agua que permita recuperar la Laguna Nichupté, ubicada en Cancún, Quintana Roo.
Entre las problemáticas de dicho cuerpo de agua destacan: el bajo intercambio del recurso lagunar con el Mar Caribe, afectando la parte norte de la cuenca; la baja circulación interior debido sobre todo al viento, y el efecto de la lluvia y de flujo subterráneo que deja de sentirse en los declives de salinidad y temperatura.
En consecuencia, agregó, de cinco salidas de agua con las que contaba la Laguna Nichupté, en la actualidad quedan dos pequeñas, lo que ocasiona el estancamiento del agua y, por ende, la contaminación, afectando de manera severa a la Laguna Bojórquez, que forma parte de la primera.
Para mejorar la calidad del agua el especialista en ingeniería Hidráulica propone colocar en ese cuerpo de agua un sistema que le envíe el recurso del mar y que de ahí se distribuya a Nichupté, con el fin de recuperarlo en forma natural, en un tiempo estimado de tres meses, a partir de la disolución del vital líquido contaminado.