Isidoro YESCAS M.
Oaxaca, México.- Con el sospechoso silencio de la mayoría de las organizaciones ambientalistas y líderes vecinales de la colonia Reforma y la anuencia de las autoridades municipales de la ciudad capital, la empresa comercial Chedraui ha anunciado la construcción de un centro comercial ecológico, en el mismo terreno en donde hace un año trabajadores a su servicio acabaron con la vida de mas de 200 árboles.
Fue, si se recuerda, el 8 de julio del 2008 la fecha que marcó el fin de uno los escasos pulmones verdes que aún se conservaban en la colonia Reforma. De tal hecho arbitrario e ilegal protestaron entonces decenas de organizaciones ambientalistas y los vecinos de la colonia Reforma quienes por esta vía consiguieron momentáneamente evitar la construcción del centro comercial y que la empresa Chedraui fuera sancionada económicamente por el ayuntamiento de la ciudad capital.
[caption id="attachment_30401" align="alignleft" width="300" caption="¡Borrón y cuenta nueva?"][/caption]
Obligado por las circunstancias, el presidente municipal, José Antonio Hernández Fraguas, se convirtió entonces en el mas convencido ambientalista, a tal grado que no faltaron quienes creyeron que el destino de este terreno sería un parque recreativo o un espacio cultural, menos que los autores del ecocidio utilizarían todo su poder económico y sus relaciones políticas para concluir su obra iniciada meses antes, pero ahora transformados en fans de Al Gore y, por lo mismo, dispuestos a expiar sus pecados capitales con un proyecto ecológico que, por lo visto, terminó por doblar a unos y convencer a otros, cañonazos económicos de por medio.
Un edificio “verde”, con estacionamientos subterráneos, celdas solares, reuso de aguas pluviales, tratamiento de aguas residuales, techos verdes, composta, parque familiar y espacios culturales. Todo con una inversión de 220 millones. Todo para acordar un borrón y cuenta nueva y la generación de 400 empleos.
Pero la generosidad de Chedraui es un engaño porque mediante argucias legaloides evadieron el pago de la multa de 10 millones de pesos impuesta por el Ayuntamiento, lo que significa que no reconocieron haber violado ninguna disposición legal y administrativa ni tampoco tener responsabilidad alguna en el derribo de tres centenarios huanacastles y decenas de pirules, sauces, robles y palmeras. Es también un engaño porque ningún proyecto comercial pretendidamente ecológico reparará el daño irreversible causado a la naturaleza.
Hoy, la mayoría de las organizaciones y personajes que hace mas de un año se indignaron ante este atropello al patrimonio natural de los oaxaqueños, que inclusive llamaron a boicotear las ventas de esta empresa comercial, no han reaparecido públicamente para refrendar sus posicionamientos y compromisos de entonces. Sin embargo, persiste la resistencia, menguada, pero resistencia al fin, como la de don Alfredo Woorlich Ramírez, presidente de la Asociación Civil de la colonia Reforma . O la de los pequeños comerciantes que con el paso del tiempo tendrán que dedicarse a otra cosa porque serán arrasados por la nueva ola “verde” del capital veracruzano.
Porque ya es un hecho casi consumado que Chedraui abrirá en seis meses una nueva sucursal, en el mismo lugar en donde en forma subrepticia, amparados en la oscuridad de la noche, ordenaron la muerte súbita de decenas de árboles, tal como lo hicieron en la calzada Madero, tal como lo siguen y lo seguirán haciendo en otras ciudades del país mientras no tengamos autoridades municipales, estatales y federales responsables, honestas y comprometidas con su entorno social y ecológico y receptivas a las demandas ciudadanas.