Por Guadalupe Sosa Ramón/Cimac
Oaxaca, México.- Silvia Navarrete es una de las pianistas mexicanas más representativas y destacadas del país, ha sido aclamada por su capacidad técnica, el profundo conocimiento de las obras que interpreta y su sensibilidad.
Como solista, se ha presentado con las principales orquestas de México, bajo la dirección de los más prestigiados directores. También se ha presentado con los Virtuosos de Moscú, la Orquesta de Cámara de Leningrado, la Filarmónica de Shanghái y las Orquestas Sinfónicas Nacionales de China y Argentina, al lado de directores como Vladimir Spivakov, Ravil Martinov y Lalo Shifrin.
Hoy en día imparte clases de piano en el Conservatorio Nacional de Música de México, en el Distrito Federal, tarea que disfruta plenamente. “Me satisface mucho devolver a la música lo que me dio. Me gusta compartir con mis alumnas y alumnos, jóvenes con mucho talento, lo que con mucho esfuerzo aprendí”, relata en entrevista con Cimacnoticias.
SILVIA Y EL PIANO
Silvia se vio involucrada con el piano desde muy pequeña. “A mi papá le pagaron una deuda con un piano cuando yo tenía cuatro años, era como tener un gran juguete, un juguete con el que me acompañé toda mi vida”.
-- ¿Si no se hubiese dedicado al piano, qué sería hoy, Silvia?
-- Seguramente hubiera sido actriz, soy muy exhibicionista-- responde entre risas y cuenta que de los ocho a los 13 años se dedicó a hacer comerciales en Televicentro.
“No tenía acceso a otros instrumentos, pero si se hubiera dado esa posibilidad me hubiera decidido por el violín. La música llegó a mí a una edad muy temprana, desarrollé muy bien el oído, la elección por el piano fue más comprensible. Entendí primero el sonido de las teclas antes que las palabras, era mucho más claro para mí, muy obvio y lógico”. [caption id="attachment_14237" align="aligncenter" width="283" caption="A los ocho años, recibe el premio del programa Estrellas Infantiles"][/caption]
-- ¿Cuál ha sido su mayor experiencia como pianista?
-- ¡Qué difícil! Creo que mi momento más satisfactorio y pleno fue cuando toqué con los Virtuosos de Moscú en Francia, era un concierto de Mozart y fue como probar un pedacito del cielo, la plenitud absoluta.
-- ¿Existen diferencias de género en la música?
Para muchos existe la diferencia entre hombres y mujeres al crear, interpretar o dirigir una obra, y se basan en la idea de que hombres y mujeres tienen una manera distinta de ver, percibir y actuar en el mundo. “En cuanto al género, las mujeres sí tenemos ciertas características que nos hacen entender cómo expresar, de una forma más fluida, las emociones en la música. Las mujeres tenemos una sabia dosis de la expresión de la emoción.
“En relación con la fuerza, muchas personas que no me conocen, al escucharme han pensado que soy hombre. No hay diferencia entre un hombre o una mujer en el tema de la fuerza, es extraordinario, las barreras se borran. Podría decir que veo la música más allá del género”. MUJERES Y MÚSICA
Silvia admira a muchas mujeres en la música por su gran talento y por la lucha que emprendieron para sobresalir como artistas o defender sus vidas.
“Guadalupe Olmedo –dice Silvia-- fue la primera mujer en obtener un título de la Sociedad Filarmónica, en la época de la República restaurada de Benito Juárez. Tengo dos obras grabadas de ella, obras muy bellas, admiro su talento y perseverancia en un mundo hostil para las mujeres que se destacaban como profesionales”.
Y enseguida recuerda a esas mujeres virtuosas que rompieron con los esquemas de su tiempo como Teresa Carreño, pianista venezolana, también afamada de aquella época, quien se casó cuatro veces en pleno siglo XIX y desafió las críticas de la sociedad que veían con malos ojos a una mujer que optaba por rehacer su vida amorosa.
“Admiro a estas mujeres porque en esa época tenías que luchar contra la oposición masculina, contra toda la cuestión de género que confinaba a las mujeres en su casa y al cuidado de los hijos, ellas salieron adelante y de una forma absolutamente exitosa”,
afirma. DISCRIMINACIÓN, MISOGINIA Y ARTE
Silvia señala que aunque ya no es común la discriminación de género en el mundo de la música clásica, todavía hay casos donde ocurre. Por ejemplo, en la Orquesta Filarmónica de Berlín, de Alemania, hasta hace poco no había mujeres. Y no hay mujeres en la Orquesta de Cámara de los Virtuosos de Moscú.
“Yo le pregunté al director de la Cámara de Virtuosos de Moscú por qué no había mujeres y él me respondió que su belleza causaba problemas porque todos querían estar con ellas y si eran feas “¿para qué las queremos?” lo que me pareció un comentario misógino”, cuenta la pianista.
Silvia Navarrete recuerda que cuando era estudiante tuvo problemas en la elección de su profesión. Ella quería estudiar dirección, pero eso no fue posible, no por cuestiones de género, sino porque no había clases de dirección en el Conservatorio Nacional de Música.
-- Además, era muy difícil en esa época enfrentarse a una orquesta de hombres como líder, era muy difícil. Y lo lamento, a mí me hubiera gustado ser directora. Hoy en día ya hay directoras extraordinarias con las que he trabajado como Joann Falletta, una directora americana muy talentosa y también tenemos a una joven mexicana, Alondra de la Parra, de 28 años, que está teniendo un gran éxito en Nueva York con la Orquesta de las Américas.
En el plano profesional, la pianista mexicana nunca tuvo problemas para destacarse ya que el piano ha sido los instrumentos de mayor acceso para las mujeres, en gran parte por herencia del siglo XIX.
-- En aquélla época, una mujer tocando el piano era como una gracia, nunca fue mal visto, aunque una vez un profesor de Viena me hizo algún comentario quizá discriminatorio: “estás tocando como mujer”, me dijo.
Me confundió al momento, ya que según él, estaba tocando como mecanógrafa, entendí que tenía mucha expresión en lo que estaba haciendo, y después simplemente me reí.
HOSTIGAMIENTO Y DISCRIMINACIÓN LABORAL
“Un problema que enfrenté con mucha rabia y que se convirtió en un obstáculo en mi vida profesional fue el acoso sexual, que lamentablemente, me ocurrió varias veces”, relata la pianista a esta agencia.
“Me enojó e indignó bastante porque al momento de buscar conciertos y oportunidades para mostrarme y desarrollarme como pianista, recibía propuestas que no venían al caso por parte de personas que tenían el poder de contratarme, como funcionarios, directores y hasta colegas”, revela.
Eso habla muy mal de los hombres porque no hay respeto hacia las mujeres y piensan que, si eres bonita, es el único camino para destacarte como profesional y eso molesta mucho, dice. Y hasta hace muy poco, las mujeres tenían que demostrar a sus empleadores su situación de salud por medio de un certificado médico, ello incluía informar la situación de embarazo o no.
Otro incidente ocurrió, recuerda, cuando tenía unos meses como maestra de piano en el Conservatorio Nacional de Música y, al momento de cobrar por primera vez, se negaron a pagarme porque en mi certificado médico no señalaba si estaba embarazada o no. Realmente algo indignante.
“Finalmente, detalla, tuve que presentar el certificado, donde le precisé al médico que únicamente escribiera en mi constancia médica que estaba sana, si no me lo aceptaban en el trabajo, me iría a los periódicos. Estaba muy molesta, fue una situación injusta, anticonstitucional y que los mismos directivos tanto del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) como del Conservatorio Nacional de Música apoyaron.
Afortunadamente, reflexiona la pianista, eso ya no existe, ahora las mujeres como yo tienen el derecho de ir a trabajar sin demostrar que están o no embarazadas.