Por Alberto Rabilotta/Notimex
Oaxaca, México.- Desde antes que llegaran los españoles el agua fue un problema para el Valle de México. Los aztecas construían túneles para poder evacuar la "demasiada agua", pero con el tiempo "se convirtió en muy poca".
Así respondió el científico mexicano-canadiense Alfonso Rivera, director del estudio para evaluar la cantidad de agua en los acuíferos canadienses, a la pregunta sobre los problemas de agua en la Ciudad de México como parte de la problemática del agua en América del Norte.
Jefe de hidrogeología del departamento de Geología del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá, Alfonso Rivera recordó que la Ciudad de México está situada en una región elevada -dos mil 400 metros- y en una "zona endorreica", sin salida de superficie para el agua.
Los aztecas, dijo, construían túneles para evacuarla porque había demasiada y el problema actual del agua en el Valle de México es que hay muy poca, por una urbanización muy grande y esto ha creado una "problemática muy compleja".
Pero si la Ciudad de México es un caso particular y serio, los problemas del agua -en las ciudades y para las actividades agrícolas esenciales- se manifiestan en diverso grado de gravedad y urgencia en un creciente número de países, dicen otros expertos.
En el tercer informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, "El agua en un mundo en cambio", la UNESCO destacó que en momentos en que la demanda aumenta, algunos países están llegando al límite de la explotación de sus recursos hídricos.
Si Canadá tiene recursos aparentemente abundantes de agua, no es lo mismo para importantes regiones en Estados Unidos y México, los socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Respecto al TLCAN el doctor Rivera dijo a Notimex que ha habido consultas sobre el agua en América del Norte aunque este recurso "no forma parte directa del TLCAN".
Sin embargo, agregó, esto puede cambiar dada la problemática de diversidad y disponibilidad de los recursos de agua en los tres países, por lo que "el conocimiento científico y preciso de estos datos es imperativo y la colaboración entre los tres países es imprescindible".
Citó el caso del acuífero de Ogallala del Medio-Oeste de Estados Unidos, que está bajando muy rápidamente por la extracción de agua para la agricultura y donde "ya se está utilizando la reserva fósil, que a escala de tiempo humano no será recargada por las aguas de superficie".
Ese acuífero, que se alimentó de la última glaciación, tiene un "proceso muy lento" de recarga y el ritmo de bombeo para extraer el agua es probablemente más de mil veces superior al de la recarga con las aguas de superficie.
En Estados Unidos ya se dieron cuenta del gran problema que se creó hace un siglo, cuando se promovió el desarrollo agrícola del medio-oeste con ayuda para bombear el agua subterránea, dice el científico mexicano-canadiense.
"Si hubieran tenido entonces el conocimiento que se tiene ahora de los acuíferos es probable, dicen ellos mismos, que no habrían permitido tal desarrollo agrícola. Este es un ejemplo a posteriori de adonde puede llevarnos la ignorancia y falta de conocimiento sobre las aguas subterráneas", dijo Rivera.
En charla con Notimex explicó que su área es científica "y lo que nosotros tratamos de hacer es empujar, por así decir, la importancia del conocimiento científico para un mejor manejo y gestión del agua".
Después de decenios de falta de conciencia y de tratar mal el agua, el conocimiento científico es vital componente en la toma de conciencia sobre la importancia actual del líquido.
"He tenido la suerte de participar en los últimos foros mundiales sobre el agua y el que acaba de ser realizado en Estambul (Turquía), y he observado que tanto el sector público como el privado están tomando conciencia de la enorme importancia de tratar bien el agua".
En Canadá esto se manifiesta en la investigación para inventariar la cantidad de agua subterránea en todo el país, el "agua fósil" que proviene de las glaciaciones y la que se recarga por filtraciones de las precipitaciones, ríos y lagos.
"Calculando la superficie del territorio canadiense y considerando la recarga actual de cerca de 350 kilómetros cúbicos por año, llegamos a la conclusión de que hicieron falta entre 300 y 500 años para llenar los acuíferos canadienses con la cantidad de agua que llamamos fósil", dijo.
Y estimando que la tasa de recarga en esa época era inferior, quizás hicieron falta mucho mas años para "llenar" los acuíferos canadienses, dice el doctor Rivera.
Sobre la importancia de la colaboración científica en esta área, Alfonso Rivera citó la existente entre las universidades de Laval en la provincia de Quebec y de Toluca en el estado de México.
En esta colaboración y con el aporte del satélite canadiense Radarsat, se investigó la "subsidencia" -el movimiento de la superficie de la tierra respecto al nivel del mar- del Valle de Toluca.
"Con esta tecnología canadiense hicimos mediciones en el Valle de Toluca y validamos las imágenes del Radarsat que nos permiten verificar cómo se está hundiendo la ciudad de Toluca debido al bombeo en exceso del agua subterránea", apuntó.
Y vimos que el área que se está hundiendo más es donde hay más pozos que extraen agua para enviar a la Ciudad de México, concluyó el experto.