Oscar VALDIVIESO   Oaxaca, México.- Al conmemorarse este viernes 18 de diciembre, el Día Internacional del Migrante, estudios académicos revelan los severos efectos que para la vida social, económica y política ha traido la migración de oaxaqueños hacia los Estados Unidos.   [caption id="attachment_37639" align="alignleft" width="300" caption="La migración, fenómeno que viola derechos humanos de las personas"][/caption] Más allá de cifras, las cuales revelan que el fenómeno migratorio es la única salida de hombres y también de mujeres  en la búsqueda de mejores niveles de vida, las consecuencias son tan funestas que se comienza a resentir el desquebrajamiento  del tejido social comunitario y la desintegración de las familias.   A pesar de que el Día Internacional del Migrante, fue instituido en el año 2000 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para promover la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, las violaciones a estos se  registraran día a día de manera dramática tanto en la frontera norte como en la del sur.   La devastación provocada por la migración, en el entorno más cercano como lo es la región de los Valles Centrales, ha sido documentada por serios estudios realizador por investigadores oaxaqueños.   Estas investigaciones dan cuenta que la emigración a Estados Unidos ha desintegrado a las familias y a las estructuras sociales básicas de las comunidades de los valles centrales de la entidad y ha generado diversos problemas psicológicos, entre ellos violencia intrafamiliar, abandono de los adultos mayores y alteración en la educación de los menores, revela un estudio elaborado por la Asociación Oaxaqueña de Psicología.   [caption id="attachment_37640" align="alignright" width="300" caption="Familias, mujeres y hombres, ven en la migración una salida a sus condiciones de pobreza "][/caption] Los investigadores Jaime Ernesto Vargas Mendoza, Jorge Everardo Aguilar Morales, Laura Vásquez y Édgar Omar Aguilar Morales documentan desde 2004 la repercusión que tiene en la estructura social de la entidad la emigración a Estados Unidos.   Sus conclusiones señalan que en los Valles Centrales de Oaxaca el 80 por ciento de los hogares tiene familiares en aquel país, y la influencia es tal, que muchos de los pueblos anteponen el nombre de una ciudad norteamericana al propio. Un caso específico es el de Texas-Ocotlán.   Reafirmando esta investigación, Ximena Avellaneda Díaz, presidenta del Grupo de estudios sobre la mujer “Rosario Castellanos”, señaló que aumenta el número de mujeres oaxaqueñas que dejan las labores tradicionales, y se incorporan como mano de obra en el trabajo asalariado en el campo o que viajan; y precisó que una de las características del fenómeno migratorio es su creciente feminización.   Según el estudio de Avellaneda Díaz, dado a conocer por CIMAC, las causas que condicionan la migración de las mujeres son diversas y tienen que ver con el matrimonio, siguiendo al marido, y a los hijos o a los hermanos, la viudez y el abandono. Las oaxaqueñas emigran a los estados de Sinaloa, Sonora, Baja California Norte y Sur y desde luego los Estados Unidos, dijo.   [caption id="attachment_37641" align="alignleft" width="250" caption="Las mujeres padecen los efectos de la migración desde la desientegración familiar hasta la violencia de género"][/caption] Avellaneda Díaz reiteró que la migración constituye para estados como Oaxaca, válvulas de escape a la creciente situación de pobreza y marginación y es tomada como estrategia de sobrevivencia para aquellas regiones y familias donde la parcela ya no puede garantizar alimentación y sustento.   Del mismo modo, mencionó que la salida de las mujeres con sus familias de las comunidades ejercen profundos cambios en sus vidas, ya que su trabajo diario del cuidado y crianza de los hijos, preparación de alimentos y lavado de ropa, se adapta a los horarios y ritmos de la pesada jornada de trabajo en los campos agrícolas, generalmente sin la cooperación de los esposos y dependiendo solo del apoyo de sus vástagos.   “La salud de las mujeres jornaleras migrantes en general y la reproductiva en particular, está relacionada a las condiciones precarias con las cuales se desplaza a los campos agrícolas. Allí les esperan viviendas-barracas en condiciones de hacinamiento e insalubridad, donde la carencia de servicios no les permiten condiciones dignas de vida”.   En la última década se comprobó que las mujeres que migran interiormente o a Estados unidos tienen entre 25 y 35 años de edad y que su nivel escolar es muy bajo ya que cerca del 70% carece de instrucción y solo el 27% tienen primaria incompleta; son mujeres que desde muy jóvenes (7 u 8 años) viajaban por primera vez enrolándose en el trabajo agrícola y la mayoría de ellas viajó acompañada de los hijos.