UNAM/Economía

 

Oaxaca, México.- Con una balanza comercial tradicionalmente deficitaria, desde hace 25 ó 30 años, México no ha entendido que el comercio internacional no es un pacto de caballeros, sino una “guerra de guerrillas”, aseguró el director de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, Ruperto Patiño Manffer.

 

 

Al respecto, apuntó, no se han tomado las medidas legales en ese ámbito, con base en los propios acuerdos establecidos, que protejan a la industria nacional en aquellos sectores en los que es factible hacerlo, en los que se tienen ventajas y opciones de ser eficientes y competitivos.

 

 

[caption id="attachment_29126" align="alignleft" width="190" caption="Ruperto Patiño, director de la FD de la UNAM"][/caption]

En su intervención en el coloquio El comercio exterior y la gestión aduanal en el siglo XXI, explicó que se trata de una “guerra de guerrillas; los acuerdos internacionales tienen que ver con el comercio de mercancías, de servicios y de la propiedad intelectual”.

 

 

 

Aunque se pactan reglas del juego para ese intercambio, en realidad las empresas, apoyadas por sus gobiernos e instituciones financieras, buscan mayor penetración en otros mercados, y restringir y regular los productos provenientes del extranjero, subrayó.

 

 

Así es como los grandes actores del comercio internacional han tenido éxito como China, principal mercado de compra y venta de mercancías, con una balanza comercial superavitaria de miles de millones de dólares.

 

 

Se genera un plan de participación en el comercio y se utilizan al máximo las excepciones, las medidas compensatorias para proteger a la industria nacional en sectores donde se tienen ventajas comparativas y de producción de mercancías que puedan tener mejor desempeño en la exportación.

 

 

No obstante, acotó, México es un caso excepcional, porque “al menos los responsables del comercio internacional, no lo han entendido así, y hemos querido ser sólo un país que en el ámbito internacional sea reconocido por un cumplimiento puntual de las reglas, lo que nos deja en desventaja”.

 

 

En su oportunidad, el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), Arturo Oropeza García, reconoció que en la actualidad hay un abatimiento de paradigmas; es indispensable construir otros nuevos del comercio internacional y de la economía en general.

 

 

México ante la crisis global

 

 

 

Por su parte, el embajador Jorge Eduardo Navarrete López, informó que por la crisis, en las economías emergentes las pérdidas contables de los sistemas bancarios, incluyendo subsidiarias foráneas, podrían llegar a los 800 mil millones de dólares; es decir, la quinta parte del total mundial estimado.

 

 

[caption id="attachment_29127" align="alignright" width="300" caption="México debe impulsar el comercio exterior como fuente real de ingresos"][/caption]

Al dictar la conferencia México ante la crisis global, el académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CIICH), agregó que las necesidades de recapitalización, que en gran medida tendrán que ser satisfechas con recursos públicos, pueden llegar a 300 mil millones de dólares, según cálculos del Fondo Monetario Internacional.

 

 

 

 

 

La crisis que agobia a las economías del planeta ha alcanzado no sólo a los bancos y otras instituciones financieras, sino a un número creciente de empresas productivas y de servicios; así como a las unidades familiares: hogares, asalariados y consumidores.

 

 

Cada vez es más urgente restablecer la operación fluida de los mercados crediticios y reactivar las corrientes internacionales de capital; para ello, se requiere depurar los balances bancarios, mediante la eliminación de los activos deteriorados y la reestructuración de las instituciones, incluyendo su recapitalización. De no ser así, la carencia o insuficiencia de financiamientos continuará deteriorando la actividad económica.

 

 

Finalmente, el ex embajador de México en Reino Unido, Chile y Brasil, sostuvo que la actual crisis es considerada como el colapso del capitalismo neoliberal desregulado, que tras un cuarto de siglo de auge, parece haberse derrumbado sin remedio.