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Oaxaca, México.- Un busto de bronce del compositor y músico oaxaqueño Ignacio Fernández Esperón, "Tata Nacho", es uno de los tributos que mantiene vigente al autor de más 80 temas como "Adiós mi chaparrita" y "Carlota", a 115 años de su natalicio.
El Bosque de Chapultepec, en su área del Jardín de la Tercera Edad, alberga el Paseo de los Compositores, ornamentado con bustos de bronce de siete personalidades de la música mexicana, obras del escultor Octavio Ponzanelli, entre los que está Fernández Esperón.
Otros artistas allí representados son: Gonzalo Curiel (1904-1958), autor de "Vereda Tropical"; Juventino Rosas (1808-1894) creador del vals "Sobre las olas"; y Agustín Lara (1900-1970) uno de los más famoso compositores populares de nuestro país.
El legado musical de Fernández Esperón ha trascendido asimismo al lado de otros creadores populares como Tomás Méndez, Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez, Manuel Esperón y Chucho Monge; quedando sus composiciones en el cancionero mexicano en la voz de grandes artista como Lola Beltrán y Pedro Infante, por citar sólo algunos.
[caption id="attachment_7583" align="aligncenter" width="340" caption="1927: Guty Cárdenas con Luis Martínez Serrano, Tata Nacho, Alfonso Esparza Oteo y el Trío Garnica Ascencio/Foto sepiensa.org.mx"][/caption]
"Tata Nacho", como era conocido luego de haber perdido la dentadura en un accidente, nació en Tlacolula, Oaxaca, el 14 de febrero de 1894, y murió el 5 de junio de 1968, luego de destacarse asimismo como incansable luchador de los derechos de autor.
Desde chico mostró su inclinación por la música, toda vez que su familia gustaba de ésta y de realizar tertulias con regularidad. Su padre fue un distinguido médico y su madre una dama de la alta sociedad que cultivó las artes acústicas con especialidad en piano, lo cual inculcó a su hijo. Entre sus invitados siempre había poetas y escritores como Amado Nervo y Luis G. Urbina.
En 1913 falleció su padre, lo que cambió por completo el curso de su vida, pues tuvo que abandonar la carrera de ingeniero agrónomo que había iniciado por decisión de su madre y, junto con ésta instalaron un pequeño negocio que pronto prosperó.
Mientras trabajaba en una casa dedicada a reparar máquinas de escribir hizo amistad con el célebre pintor Ignacio Rosas, en cuyo estudio conoció a Miguel Lerdo de Tejada, Ernesto García Cabral y a la consagrada bailarina rusa Ana Pavlova, quien gustaba de reunirse con este pequeño, pero selecto grupo de artistas mexicanos.
Posteriormente, luego de haber estudiado piano en México, Fernández Esperón amplió sus conocimientos musicales (armonía, instrumentación y orquestación) con el compositor francés Edgar Varése, en Nueva York, en Estados Unidos.
En 1925, se trasladó a París, Francia, como parte del cuerpo consular mexicano. A su regreso al natal país, estrenó una revista musical de corte nacionalista, misma que representó a México en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, España, entre 1929 y 1930, y con la cual ganó Medalla de Oro.
[caption id="attachment_7584" align="aligncenter" width="280" caption="Uno de los tributos discográficos a la música de Tata Nacho"][/caption]
En 1939, Ignacio Fernández Esperón fundó, junto con Mario Talavera, Alfonso Esparza Oteo y otros compositores, el Sindicato Mexicano de Autores, Compositores y Editores de Música, del cual fue director de Asuntos Internacionales y presidente.
En la década de los años 40, "Tata Nacho" hizo su debut en la estación XEW, tras formar su famosa Rondalla. También creó por esa época junto con Alfonso Esparza Oteo y Fray Mario Talavera el Trío Veneno.
Más tarde fue nombrado director de la Orquesta Típica de la Ciudad de México, y en 1947 inició la transmisión del programa "Así es mi tierra", en dicha emisora.
"Tata Nacho" ganó las Palmas Académicas de Francia. Fue presidente de la Unión Latinoamericana de Sociedades de Autores y Compositores y miembro de la Academia de Artes, nombramiento que le fue dado por la Secretaría de Educación Pública.
Al morir en la Ciudad de México el 6 de junio de 1968, ocupaba el cargo de presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de Música (SACM), de la cual fue fundador.
Entre otras de sus canciones conocidas se encuentran: "La borrachita" y "Nunca, nunca, nunca".