Fortino TORRENTERA
Oaxaca. México. Es hoy en día uno de los escritores mexicanos más reconocidos por su exquisita narrativa, durante esta edición de la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2009, Juan Villoro habló sobre la novela.
Un tema escabroso pero que la literatura ha abordado sin mordaza, es el problema del narcotráfico, del uso y combate a la drogas, sobre lo cual dialogó.
[caption id="attachment_35391" align="aligncenter" width="300" caption="Durante su participación en la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2009, el escritor mexicano abordó la narrativa actual."]
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- ¿Cuál es la perspectiva de la literatura mexicana, como de otras expresiones artísticas frente al fenómeno global de “La guerra contra las drogas”?
Villoro.- La confusión en la que estamos viviendo actualmente, algunas de las pocas respuestas esclarecedoras vienen del arte, pero quisiera hablar de u proyecto plástico que vi hace un par de años en Culiacán de Rosa María Robles.
Como se sabe, la violencia en México ha llegado a una situación en la que hay asesinatos de autor, hay todo un alfabeto de la violencia que permite identificar a ciertos grupos por el tipo de asesinatos que comenten, tienen una firma de diseño, digámoslo así.
Por ello esta artista se interesó en el caso de Sinaloa, donde envuelven en cobijas a sus víctimas, los famosos “Encobijados” y decidió hacer una muestra sobre ello, yendo a la Procuraduría para entrar a la bodega donde localizó ocho cobijas manchadas de sangre que pidió prestadas y expuso.
Lo que resulta interesante es que le permiten el acceso a las cobijas, cuando son pruebas periciales y le permiten que se la lleve a la galería. Sacar las pruebas para ponerlas como objeto de arte ya es un proceso de desestabilización del sentido, cuando debían estar esas pruebas bajo custodia.
El título de la exposición es elocuente, “La alfombra roja”, pues sabemos que en Hollywood es la alfombra de las celebridades, por lo que ella logra hacer no una representación de la fama, sino de la infamia que perpetra el crimen organizado.
Debido a la polémica, las cobijas fueron recogidas y ella decidió comprar otras y rociarlas con su propia sangre, lo cual resulta una metáfora muy elocuente de lo que estamos viviendo, por un principio de defensa, de sobrevivencia pensamos que el problema de la violencia no era nuestro.
Pensábamos que la gente que está metida en eso pertenecía a otra realidad, a otro país, pero poco a poco el tema nos ha ido alcanzando. La sangre era ajena, de personas que nunca vemos y ahora vemos que la sangre es nuestra.
La expresión artística se pues una manera de ver el tránsito de lo que estamos viviendo y lo que está pasando en nuestro país.
A veces el arte da respuestas mucho más nítidas, más conmovedoras y más estremecedoras de lo que estamos que todos los discursos oficiales.
- ¿Que tanto influye el manejo de este fenómeno en la vida cotidiana donde incide la televisión?
No creo que tenga que ver con la televisión, entre otras cosas porque en ahí lo único que nosotros vemos es el discurso criminal; lo que presenciamos son saldos de sangre y nada más, no conocemos historias de las víctimas, ni de la gente que es afectada, menos lo que esta detrás, simplemente es un discurso mecánico.
El narco está golpeando dos veces, está golpeando en la realidad y en los medios, pues éstos últimos son una caja de resonancia indiscriminada si ofrecer un discurso común.
Los narcos han entendido mejor esto, por ello están subiendo materiales a Youtube con una producción muy cuidada sobre sus asesinatos, hay todo un trabajo de diseño.
Pero lo que no podemos es cerrar los ojos y creer que esto no existe, pues el arte tiene como compromiso que esa realidad trasciende y sea más profundidad.
Aunque en México no sólo se escribe de narco y violencia, sino que escribimos de muchísimas historias, pues justamente nuestra responsabilidad como escritores es narrar la realidad y los problemas que tenemos, pero también demostrar en cada línea que la literatura es una forma de la felicidad.
La literatura es una forma de placer en la que hay amor, hay pasiones, la gente se enamora, se ilusiona, sueña, en cualquier circunstancia; desde la segunda guerra mundial hay novelas que en medio de la desgracia infunden valores, que no aparecen en las noticias, que no las dice Televisa.
Y cito a la tía de Ibargüengoitia que decía “La vida quiso que fuera desgraciada, pero no me dio la gana”; nosotros en nuestros libros demostramos que hay problemas, pero no nos da la gana ser infelices.