De la REDACCIÓN
Oaxaca, México.- Al calificar de “insuficiente” la atención tanto del Gobierno Federal como de su Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), a los grupos más vulnerables del país, el presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la LXI Legislatura federal, Manuel García Corpus enfatizó que esta instancia, a pesar de los esfuerzos, contribución y experiencia de su titular, Luis Héctor Álvarez, “no tiene estrategia, modelo de desarrollo y menos aún, presencia para ejercer sus recursos”.
El legislador federal oaxaqueño de la fracción parlamentaria del PRI, agregó que consecuentemente no tiene el perfil de problemas que regionalmente y fuera de las propias regiones originarias confrontan. “La CDI no ha creado un modelo de trabajo para dar seguimiento a las actividades que realizan las diversas dependencias del orden federal quienes ejercen la famosa transversalidad en los recursos y acciones hacia el sector indígena de México”.
[caption id="attachment_34004" align="alignleft" width="298" caption="Sin presúestos ni estrategia para apoyar a los pueblos indígenas"][/caption]
En razón de ello, agregó que los integrantes de esta comisión legislativa, se han pronunciado por hacer un frente común para modificar la política presupuestal hacia los pueblos indígenas del país, derivado de los resultados insuficientes para encauzarles desde el Presupuesto de Egresos 2010, mayores recursos desde el gobierno Federal.
Lamentó que ante la descoordinación existente entre las instancias federales se inhibe el desarrollo de los indígenas y sus comunidades. Lo más lamentable es que los programas asignados a la institución y a los pueblos indígenas, no tengan una aplicación adecuada, con frecuencia se sabe que los recursos económicos tienen que ser regresados a la Federación por la incapacidad de contratistas o de las propias dependencias gubernamentales.
“Las habilidades de los servidores públicos no se suplen con la aplicación mecánica de las reglas de operación; estas medidas deben responder a estrategia regionales y ser consecuentes con la diversidad de condiciones en las que los pueblos indígenas demandan la aplicación de los apoyos”.
“Hay un número indefinido de organizaciones con los que se operan los programas, sin embargo cada programa tiene sus propias organizaciones y cada programa propicia la dispersión y la atomización de sujetos con los cuales establecer la interlocución. Estas organizaciones son constituidas para la justificación de la burocracia, no respetan a las estructuras ni a los sistemas normativos que sustentan a esas estructuras”, suscribió.
De nada sirve, añadió, el aumento significativo de presupuesto para distintos programas, cuando los Centros Coordinadores para el Desarrollo Indígena han quedado como unidades de operación de instrucciones de las delegaciones estatales o de los responsables de los programas de oficinas centrales, y siguen operando como hace 10 años y con una infraestructura cada vez más decadente. “La reestructuración atendió a las oficinas de la ciudad de México, y olvidó la estructura de base que imprimió a la institución un excepcional estilo de trabajo que se viene perdiendo vertiginosamente.
Por ello, propuso la conformación de un grupo técnico de trabajo para definir la integración de la Ley de Desarrollo para Pueblos y Comunidades Indígenas, la integración del ramo presupuestal respectivo; revisar y redefinir las reglas de operación de los programas para el 2010. “Los integrantes de la Comisión de Asuntos Indígenas daremos seguimiento a las propuestas planteadas por los grupos indígenas a efecto de mejorar el presupuesto que se asignará el año entrante a las comunidades indígenas del país.
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