Salvador JOSÉ
Oaxaca, México.- Quizá Oaxaca sea el único lugar en el orbe, donde un monopolio camionero haga y deshaga en una ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad. Esto no es poca cosa, tomando en cuenta que para elevar a tan notable rango se tienen que considerar varios factores: vestigios históricos o arqueológicos; cultura tangible: arquitectura antigua, cultura intangible o inmaterial: tradiciones, gastronomía, costumbres, etcétera. Con todos estos atributos cuenta nuestro estado, y principalmente la ciudad de Oaxaca.
Sin embargo, las páginas de la nota roja en los periódicos locales están saturadas de graficas que muestran los crímenes provocados por el pulpo camionero. En el seno familiar de extracto humilde, las lágrimas de impotencia brotan ante la indiferencia de las autoridades que tienen la obligación de poner cartas en el asunto.
Muchas son las aristas de este problema, pero sobre todo la sobre explotación de los que dueños camioneros hacen de los chóferes que muchas veces, tienen que trabajar más de quince horas, con las funestas consecuencias: desvelos, neurosis, y sobre todo el grave riesgo que ponen a la ciudadanía con sus carreras estúpidas con tal de ganar pasaje y unos pesos demás.
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