UAM/Investigación
Oaxaca, México.- En México desde el año 2006, el cáncer de mama (CaM) es la primera causa de muerte oncológica en mujeres en edad reproductiva; en 28 años este padecimiento se incrementó en 1.7 por ciento anual, mientras que el carcinoma cérvico-uterino descendió 1.2 por ciento, informó el doctor Rodolfo Méndez Vargas, subdirector de Extensión y Desarrollo Académico del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
En el marco del Simposio Cáncer de Mama: de lo básico a lo aplicado, que organizó la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el especialista indicó que esta situación exige una estricta vigilancia epidemiológica y la instrumentación de campañas de salud preventiva y detección temprana en población de alto riesgo.
En esta actividad, realizada en la Unidad Iztapalapa, Méndez Vargas alertó sobre la tendencia ascendente de los casos de CaM en México y la necesidad de situar este problema de salud como prioritario en la agenda de las políticas públicas y la investigación científica.
El tema del cáncer de mama no debe descuidarse, porque a futuro los costos económicos y sociales pueden alcanzar graves dimensiones por no crear conciencia, advirtió
[caption id="attachment_31246" align="alignleft" width="266" caption="Necesario que las mujeres realicen examens periodicos para preenir el cáncer de mama"][/caption]
México empieza a incrementar la incidencia en forma importante a partir de la década de los ochenta y presenta una tendencia sostenida al alza; se prevé una elevación de más de 16,500 casos por año para 2020.
En el país se registran 10 fallecimientos diarios por este mal; de cada 100 ingresos hospitalarios 30 son por tumores malignos en mama; Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Aguascalientes son los estados con tasas mayores de incidencia y de mortalidad.
El asunto que más preocupa a los especialistas del ámbito de la salud es precisamente la tendencia a la mortalidad, ya que el CaM se trata en estadios tardíos y sólo 10 por ciento de los casos se detecta en etapa 1.
Esto indica que deben acelerarse las campañas de prevención para lograr descubrirlo en forma temprana, con la promoción de la palpación de mama en búsqueda de tumoraciones y la realización de mastografías periódicas –cada seis meses o anual– para mujeres mayores de 40 años y de ecografía para menores de 25 años.
Debe actuarse rápidamente, puntualizó el experto en epidemiología, porque la estructura demográfica ha cambiado en México y la población en edad reproductiva y de la tercera edad va en aumento y ello conlleva un mayor riesgo para el incremento del CaM.
En el contexto mundial el cáncer de mama es la principal causa de muerte por situaciones oncológicas, 1.15 millones de mujeres son diagnosticadas anualmente; este mal es el origen de 1.6 por ciento de las defunciones en el orbe y se estima que existen 4.4 millones de mujeres con esta enfermedad.
Este padecimiento es más frecuente en países desarrollados –su tasa de morbilidad es de 67.8 por ciento frente a un promedio de 23.8 por ciento de las naciones menos desarrolladas–; sin embargo, en lugares en vías de desarrollo comienza a ser un problema de salud pública, por ejemplo, México tiene una media de 26.4 por ciento.
Entre los factores de riesgo destacan: a mayor edad, más peligro; principal incidencia en países más desarrollados; obesidad y consumo de alimentos ricos en grasas saturadas; menarquía (primera hemorragia menstrual) temprana, antes de los 11 años; menopausia tardía, después de los 54 años; antecedentes familiares de CaM; maternidad después de los 35 años e ingesta de medicamentos hormonales no controlados.
Los varones no se encuentran exentos de padecerlo y la incidencia también va en aumento, los factores de riesgo son padecer el Síndrome Klinefelter (trastorno cromosómico), obesidad, perturbaciones testiculares, cáncer de próstata, antecedentes familiares y consumir estrógenos, por lo que es importante realizar la autoexploración.
El doctor Pablo Damián Matsumura, del Departamento de Biología de la Reproducción de la Unidad Iztapalapa e integrante del Comité Organizador del Simposio, señaló que existe una controversia acerca del papel que tienen los andrógenos en la terapia antiestrogénica para el CaM –que bloquea el efecto de los estrógenos y favorece el de los andrógenos–, ya que algunos especialistas aseguran que estos últimos detienen el CaM, mientras que otros sugieren que lo aumenta.
Los investigadores han realizado pruebas a nivel molecular para comprobar cómo trabajan los andrógenos, logrando corroborar que algunos de los tratamientos pueden -bajo ciertas condiciones- exacerbar la progresión mediante la modificación de los patrones de síntesis de proteínas, que pueden dar cauce a la proliferación celular, generación de tumores y formación de metástasis.
El responsable del Laboratorio de Endocrinología Molecular subrayó que este proceso tiene validez, pero deben tomarse en cuenta las características bioquímicas de cada mujer a partir de estudios profundos individuales, y no aplicarse en forma generalizada e indiscriminada.
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