UAM/Salud
Oaxaca, México.- Ante la falta de infraestructura para practicar tratamientos de papanicolau a la población de mujeres mexicanas que estaría en posibilidad de estar infectada con Virus del Papiloma Humano (VPH), el sector salud se propone realizar pruebas de Ácido Desoxirribonucleico (ADN) para detectar la presencia del virus y sólo en aquellos casos que resulten positivos aplicar el procedimiento necesario.
[caption id="attachment_30821" align="alignleft" width="200" caption="Alejandro Mohar Betancourt"][/caption]
Así lo señaló el doctor Alejandro Mohar Betancourt, director general del Instituto Nacional de Cancerología, al dictar la conferencia magistral Cáncer cérvico-uterino en México: Perspectivas de manejo, el caso de la vacunación contra el Virus del Papiloma Humano, ofrecida en el Auditorio Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al exponer las acciones que el sector salud lleva a cabo con el fin de abatir los índices de este tipo de cáncer, el especialista –invitado por la Red de Académicos en la Salud de la UAM– indicó que con lo anterior es posible reducir el número de estudios de papanicolau e incrementar la opción de detectar lesiones de manera temprana.
Además, para las mujeres cuya cultura familiar no les permite acudir a realizarse esta prueba, se ha ideado “una auto-toma”, es decir, se les brinda un dispositivo para que ellas mismas obtengan una muestra cérvico vaginal, se aísla el ADN, se determina si es VPH positiva y sólo entonces se sigue el tratamiento.
El investigador agregó que una de las alternativas de los últimos años para combatir el padecimiento es la aplicación de la vacuna contra el VPH para el tipo 16 y 18, que son los causantes de más de 80 por ciento de los tumores malignos.
Con esta sustancia inyectable se estaría en posibilidades de cubrir 80 por ciento de infecciones potenciales y 80 por ciento de viables tumores de cáncer cérvico-uterino; “de ahí la enorme importancia de incorporarla a la salud pública”, apuntó.
Mohar Betancourt sostuvo que la vacuna tiene un nivel de efectividad de 90 a 95 por ciento en la prevención del VPH, lo que representa un alto grado de eficacia y hasta ahora no se han registrado efectos adversos.
“Es una sustancia efectiva y segura”; sin embargo, uno de los problemas lo representa el costo, ya que cada dosis cuesta alrededor de 120 dólares, lo que imposibilita la compra y distribución masiva, pues se trata “de la inyección más cara del mundo”.
A pesar de que se conoce el grado de efectividad, se ignora la duración de la protección, “porque no ha pasado suficiente tiempo y tendría que verificarse lo que suceda a los 15, 20 y 30 años; si estas mujeres mantuvieron el efecto o si deberá aplicarse una segunda dosis, para que el nivel de anticuerpos se mantenga”, resaltó.
Tras indicar que cada dos horas muere una mujer en México por cáncer cervical, el doctor Mohar Betancourt mencionó que es lamentable que a pesar de tratarse de un padecimiento que detectado a tiempo puede evitarse, la incidencia del mismo ha aumentado, principalmente en los estados del sureste del país, mientras que en los del norte –con excepción de algunos como Chihuahua– la ocurrencia va en decremento.
En el país se iniciará una vacunación contra el VPH –sobre todo en regiones de alta marginación, donde es difícil el acceso a pruebas de papanicolau– en niñas de 9 a 13 años, para que en el futuro logre reducirse el número de casos de papiloma y de cáncer cérvico-uterino.
Se trata, apuntó, de una sustancia para la población infantil, considerando que a largo plazo estas mujeres estarán protegidas contra el cáncer cérvico-uterino, porque en esa edad de la vida tienen una mayor respuesta inmunológica, “que esperamos las resguarde a lo largo de los años”.
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