El bailarín oaxaqueño Julio César Castellanos prepara espectáculo dancistico

Gilberto BLANCARTE/Conaculta     Oaxaca, México.- Arriba del escenario, un bailarín sufre diferentes transformaciones que ponen a prueba sus capacidades corporales, llevándolo al límite de su propio proceso creativo.        Tal es el fenómeno que el bailarín oaxaqueño Julio César Castellanos Caballero quiere mostrar y compartir con el público interpretando la coreografía “Huecos y llenaduras de un corazón maldito”.        [caption id="attachment_38720" align="alignleft" width="201" caption="El bailarin oaxaqueño, Julio César Castellanos"][/caption] Para la interpretación de la misma, el ejecutante de 32 años de edad se sometió a un intenso proceso de entrenamiento que lo denominó “El cuerpo del bailarín, todas sus metáforas”, y por el cual recibió apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) de Oaxaca del Conaculta a través de la Dirección General de Vinculación Cultural.        En entrevista, quien es integrante de la Compañía Estatal de Danza Contemporánea de Oaxaca, habla de los trabajos que realizó durante el año pasado para mejorar su calidad interpretativa, así como de las razones que lo llevaron a elegir la pieza en la que ha puesto en práctica los conocimientos adquiridos.        Castellanos comenta que la primera etapa del proceso consistió en el perfeccionamiento técnico, por lo que se rodeó de grandes maestros procedentes de diversas nacionalidades. Después, se enfocó a trabajar sobre el rol del intérprete sobre el escenario.        Tan pronto concluyó la preparación, se dio a la tarea de montar la citada pieza dancística, misma que se estrenó el 27 y 28 de octubre del año pasado en la capital oaxaqueña.        La coreografía que eligió para canalizar las enseñanzas adquiridas se titula “Huecos y llenaduras de un corazón maldito” y está basada en el legado de quienes, en el mundo de las letras, son llamados los poetas malditos: Baudelaire, Rimbaud, Verlaine y Mallarmé, catalogados como los principales representantes del Simbolismo, un movimiento que renovó la lírica en Francia a finales del siglo XIX; se caracterizaron por utilizar el verso libre y ser los primeros artistas decadentes y bohemios.        Si bien es una danza que aborda los temas universales del amor y el desamor, es una opción que exalta como pocas las transformaciones que puede sufrir un bailarín en el escenario.        -¿Por qué elegiste precisamente esta propuesta dancística?-        “Porque representaba un reto muy grande, ya que exigía moverme de diferente forma, de experimentar nuevos movimientos. Se trata de una obra que representa un parte aguas en mi carrera de nueve años como bailarín”.        -¿Tú necesitabas una coreografía como ésta para explotar lo aprendido durante el año de preparación al que te sometiste?-         “Así es. En la etapa en la que encuentro en este momento es muy importante para mí, porque me sometí a un proceso de entrenamiento muy complejo, en la que debo aparecer yo sólo en el escenario. Es una pieza que exige demasiado en los cincuenta minutos que dura, por fortuna adquirí las herramientas necesarias para confrontarla”.        -¿Cuáles fueron esas herramientas nuevas que obtuviste durante el proceso de entrenamiento?-        “Sobre todo los diferentes tipos de ritmo y movimiento que existe en la danza, necesarios para interpretar esta coreografía”.        Después de su estreno en octubre pasado, Castellanos tiene contemplado seguir presentándola este 2010 en diferentes foros, tanto de su tierra natal como de la República Mexicana, de tal forma que el público tenga la posibilidad de ver resultados palpables de su trabajo de entrenamiento.        Finalmente, el egresado de la escuela de Bellas Artes de Oaxaca comenta que más que un mensaje con esta pieza, sólo busca que el espectador se dé cuenta de las potencialidades corporales que posee un bailarín.