Fortino TORRENTERA O.
Oaxaca. México. Valió la pena la espera de casi dos horas para escuchar a Golem la banda klezmer-rock balcánico originaria de Brooklyn, que se rpesentó este sábado en el Café Central.
Aunque las cita fue a las 22:30, el concierto empezó poco después de la medianoche en medio de un público que esperó paciente a esta agrupación que rescata elementos tradicionales de la música judía y balcánica
[caption id="attachment_54793" align="alignleft" width="300" caption="Energía y virtuosismo reúne Golem en su propuesta musical."]
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Formado por Annette Ezequiel Kogan, voz y acordeón; Aaron Diskin, voz; Alicia Jo Rabins, violín; Curtis Hasselbring; trombón; Taylor Bergren-Chrisman, bajo y Tim Monaghan; batería, provocó la euforia de la asistencia.
Indiscutiblemente es de resaltarse el talento de cada uno de los integrantes, pero más aún el virtuosismo de su baterista que con precisión dio muestras del dominio de su instrumento.
Unas 10 piezas ofrecieron al público oaxaqueño que los hizo regresar dos veces al escenario para disfrutar de esta música que a partir de la tradición musical europea, incorporan jazz, rock, pero sobre todo géneros tradicionales judíos.
Llamó la atención una pieza titulada el Tren, pues como dijera el maestro Jean Jaques Milteau, éste se relaciona con la esencia del blues, sólo que Golem incorpora la esencia balcánica, plgada de alegría.
Annette Ezequiel en la voz y acordeón, mostró la fuerza expresiva y la armonía que posee este grupo que aunque vive en Nueva York asemejan una isla musical europea.
También hábil en el violín, Alicia Jo Rabins, dio muestras del virtuosismo que dialogaba con Curtis Hasselbring en el trombón y con el soporte de Taylor Bergren-Chrisman al bajo.
De igual forma, resultó sorprendente la energía de Aaron Diskin, vocalista cuyo estilo y voz que nos remitía al rock punk alemán e inglés. Apoderándose del escenario con su expresividad corporal.
Más tarde, en un intento de entrevista, al preguntarles si percibían entre su música y la esencia de este público latino un punto de encuentro en el ska, el vocalista se sintió indignado y tras responder con un rotundo “no”, se retiró del lugar.
Tanto la vocalista como la violinista, señalaron que este proyecto busca rescatar la esencia musical de la que provienen, en su mayoría judía, pero también de otras partes de Europa.
Es la reconciliación del presente con el pasado, definió Alicia Jo Rabins a su música, “En Brooklyn hay gente de todo el mundo, por eso buscamos una fusión de música mezclada con diferentes expresiones tradicionales”.
Por ello, señaló Annette Ezequiel, el propósito de la banda es que la música de nuestras raíces siga viva, más presente hoy para que regrese al gusto del público y descubra toda la riqueza que tiene.
Ahí reconocieron a Oaxaca como uno de los centros musicales más importantes de este país, especialmente en su tradición bandística, por lo que admitieron su intención de poder realizar algún proyecto.
“Una de las cosas que tenemos la intención es de trabajar con músicos mexicanos y ver si podemos hacer algo”. Al preguntarles si incluía la grabación de algún material, consideró que sería una experiencia enriquecedora.
Adelantaron que preparan su tercer disco, donde están trabajando una propuesta que será una sorpresa para México y dijeron que en sus dos anteriores materiales bajo el sello discográfico de Balkan Beat Box y Matisyahu -JDUB Records-, la respuesta del público ha sido motivante.
Esta una banda que se integró en 2001, proponiéndose un sonido atrevido y silvestre, con una reverencia a la tradición del viejo mundo. Punk, música balcánica y un derroche de energía que el resistente público oaxaqueño ovacionó.