Jornada de cine en el IAGO dedicada a los Hermanos Quay

Oaxaca. México. El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca ha programado para este miércoles y jueves la proyección de las películas de los Hermanos Quay, por la propuesta visual que hicieron al cine.   Estas proyecciones se realizarán en su espacio de Avenida Juárez 222 este miércoles 25 y jueves 26 de Agosto a las 20:30 horas con un acceso gratuito.     [caption id="attachment_70392" align="alignleft" width="300" caption="A manera de homenaje se proyectarán animaciones y una cinta de estos talentosos hermanos."][/caption] Para el miércoles,  se exhibirán diez animaciones de estos talentosos hermanos, entre ellas: “La calle de los cocodrilos”, basada en un relato de Bruno Schulz; “El peine”, “Dramolet” y “Cuentos de los bosques de Viena”, basada en textos y en la persona de Robert Walser.   El jueves se proyectará el largometraje, mezcla de acción viva y animación, “Instituto Benjamenta o este sueño que la gente llama vida humana”, basado en la novela de Robert Walser Jakob von Gunten.   Refiere un texto de Texto de Michael Brooke que los Hermanos Quay, “aunque nacidos en Filadelfia en 1947, y residentes en Londres desde finales de la década de 1970, los gemelos idénticos Timothy y Stephen Quay viven creativamente en un universo imaginario más cercano al este de Europa.   Sus principales influencias literarias son Franz Kafka, Robert Wlaser, Bruno Shulz;  son en cierta manera herederos del trabajo de animadores como Jan Svankmajer y Walerian Borowczyk. Su trabajo desafía cualquier intento de una explicación verbal, escapa a cualquier interpretación coherente. Incluso cuando se trata de adaptaciones de fuentes literarias, la narrativa es sustituida por los hipnóticos movimientos tanto de los sujetos como del punto de vista.    Una óptica meticulosamente calibrada, combinada con movimientos apenas sugeridos que parecen hacernos un guiño desde el rabillo del ojo; la luz cobra vida, las paredes crujen, las sábanas se acarician a sí mismas; la música tiene más peso que el diálogo, el cual queda reducido a un murmullo multilingüe; sus protagonistas, marionetas maltratadas por la edad y el mal uso, parecen tan vivas y son tan expresivas como cualquier criatura de carne y hueso.   La clave para acceder a la obra de los Quay, si tal cosa fuera posible, es ignorar cualquier noción de significado, en lugar de lo cual es necesario dejarse llevar por sus vibraciones internas, dejar que sus oníricas imágenes se impriman directamente en la mente del ojo”.