Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca. México. Invitado por el maestro Francisco Toledo, la presencia en Oaxaca del ceramista reconocido a nivel internacional, Gustavo Pérez, tiene un doble propósito, mostrar su más reciente producción y emprender un ambicioso proyecto.
[caption id="attachment_47987" align="alignleft" width="300" caption="La obra de Gustavo Pérez en la Galeria Quetzalli"]
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La obra de Gustavo Pérez ha alcanzado reconocimiento mundial por su trabajo en el torno, que es el elemento constructivo fundamental, que ahora se combina con la tradición de Oaxaca, en lo que pudiera ser un innovador proyecto de intercambio entre el artista y el ceramista.
Sobre ello, comenta al inaugurar la noche del viernes, una muestra de su obra más reciente en la Galería Quetzalli de esta capital, así como su participación en CaSa, donde surge el reto de concretar esta comunión estética-tradicional.
- ¿Cómo es que se da este proyecto de conjuntar el arte con la cerámica?
La intensión de Francisco (Toledo) de generar un cambio, un desarrollo, posibilidades nuevas en el trabajo de los artesanos de Oaxaca, por ello invitó a quienes estamos en la cerámica de una manera diferente.
Ello implica toda una complejidad pero que tiene un sentido diferente, sobre todo cuando se comparte esa idea, lo cual para mí ha sido una inquietud toda la vida.
[caption id="attachment_47988" align="alignright" width="300" caption="Gustavo Pérez y el compromiso social del artista"]
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Es parte de lo que concibo y he desarrollado a lo largo de estos 40 años de trabajo que ha tenido una utilidad y sentido para mi carrera individual, pueda ser útil para otros alfareros, especialmente en esta región del país que tienen esta labor tan difícil de la manufactura.
Se trata de intercambiar algo, porque finalmente es importante saber que no se está en la posición de dar, sino que también uno se enriquece, es una proceso de comunicación entre los alfareros. Yo me siento uno de ellos y se de lo que son capaces de hacer y espero que lo que hago les sea útil en algún sentido.
Por ello es importante poder compartir con Francisco (Toledo) esta idea que para él y para mí es evidente. Se tiene que hacer algo así, pues no se está completando todo lo que uno hace, pues no es solo conseguir un prestigio individual, proque eso es poca cosa.
Pareciera que todo el reconocimiento individual, es algo grande, pero no lo es tanto, es mucho más rico y profundo, tratar de que el trabajo tenga esta dimensión social.
Sé que es complejo y hay muchos que quieren considerar esto como alejado en el sentido esencial de lo que es la creación artística, pero muchos consideramos esa trascendencia social.
- ¿Dónde realizó las piezas que se presenta en la galeria Quetzalli?
No, todo esto está realizado en mi taller en las afueras de Xalapa. Esta producción es reciente, de 2010 y 2009; todo lo que se va a presentar el domingo en CaSa, es más amplio y se remonta a 18 años atrás.
- ¿Cómo describir su trabajo?
Trabajo como un alfarero, juego con el barro, investigo y hago lo que puedo, eso es todo, peor me divierto mucho con el trabajo, con los colores.
Juego mucho, creo que esa es la una obligación del artista, jugar y aprender.
- En ese sentido ¿qué opina de la cerámica en Oaxaca en cuanto a forma y color?
Cada pueblo tiene sus características propias que corresponden a una tradición y conocimiento técnico que hay que desarrollar y explotar más a fondo, eso es lo que tienen que hacer los artesanos.
Igual mi conocimiento técnico, tengo que emplearlo, explotarlo, desarrollarlo, trabajar con lo que sé. Espero poder transmitirles esa idea para que jueguen con sus capacidades técnicas, estoy seguro que lo sabrán aprovechar y que lo entienden muy bien.
La exposicón de Gustavo Pérez en la Galería Quetzalli, es apena una muestra de lo que el artista presentará en el Centro de las Artes de San Agustín, cuya magnificencia dejará sorprendidos a propios y extraños ante su juego con la ceramica que se extiende de las vasijas a el tapizado de muros.