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Viernes 27 de diciembre, 2024.
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“El Baño de Frida” es una exposición que muestra el espacio íntimo de Frida Kahlo, con fotografías que tomó Graciela Iturbide en el 2006. Vestidos, medicinas, maquillajes y corsés, entre muchos objetos, que por orden de Diego Rivera estuvieron bajo llave 50 años en las cuatro paredes de un baño, son testimonios en detalle la vida de la pintora.
Con el propósito de que Iturbide realizara, un registro fotográfico en color sobre lo que guardó el baño de Frida en todo esos años, la recientemente galardonada Premio de Ciencias y Artes concretó una serie que más tarde sería objeto de una exposición y una publicación que llevaría por título El ropero de Frida.
Una vez concluido ese trabajo Iturbide pidió autorización a Carlos Phillips Olmedo e Hilda Trujillo, directivos del Museo Frida Kahlo, de volver a ese baño e interpretar libremente cada unos de los objetos que ahí se encontraban, los cuales fotografió en la técnica que más disfruta trabajar: el blanco y negro.
Estas imágenes conformarían un nuevo proyecto, el cual lleva por nombre El baño de Frida Kahlo. “Producir esta imágenes fue muy fuerte. Yo no me considero fridómana, pero admiro mucha de su obra, fue una mujer maravillosa y agradecí la oportunidad de fotografiar estos objetos.
De entrada fue muy impactante porque, obviamente, el baño olía fuerte, había batas de hospital, muletas, carteles de Stalin y Lenin así como uno que tenía que ver con el aborto, entre otros objetos, los cuales me ayudaron a entender el dolor de Frida, pero sobre todo su valor para seguir trabajando a pesar de estar enferma…. Fotografié todo lo que para mí tenía que ver con el dolor de Frida, objetos que tenía que usar para su espalda, las lavativas, una bolsa para el agua caliente para el dolor”, dice Graciela Iturbide.
“Remembranzas de lo cotidiano” +La visión de George Miller+ pertenece al Museo Archivo de la Fotografía, en colaboración con George Miller y su hija Frances Miller, hicieron posible la realización de esta retrospectiva que rescata un archivo invaluable integrado por alrededor de 3 mil fotografías, de un artista considerado a la altura de Nacho López, Héctor García y Manuel Álvarez Bravo.
La importancia del trabajo de Miller radica en la transición que ha tenido la ciudad, de los ritmos lentos de la vida campesina a los primeros rascacielos, el vértigo urbano y el desdén por los grupos étnicos que se concentran en la ciudad.
En el conjunto de imágenes se observa de muchas formas el tránsito del campo a la ciudad y viceversa: los tipos populares, la enorme dignidad de la pobreza rural, los ritmos lentos de la vida campesina, la gente y los ámbitos comunes, al lado y conviviendo con los primeros rascacielos y la cotidianidad de los hombres imbuidos en el vértigo urbano y atentos a la moda.
La mirada de de Miller narra y explica la historia reciente de México al privilegiar los detalles, pues al identificar sucesos nimios, u otros que no lo fueron tanto, les daba importancia y los dotaba de celebridad.
Hoy pocos estudiosos de la fotografía saben quién es Miller, pues siempre trabajó de manera solitaria; nunca buscó el reconocimiento. Sin embargo, su archivo guarda múltiples sorpresas. Se trata de fotografías realizadas desde la alegría, la ingenuidad, la admiración y el respeto. Su trabajo buscó las sugerencias, el testimonio, la experimentación y se admiró ante una realidad de suyo sorprendente. (Xavier Guzmán. La historia reciente de México en la visión de George Miller”, en George Miller Fotógrafo.)Te podría interesar...
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