Reúne “Nómadas” visiones de ocho artista en la Quetzalli

Fortino TORRENTERA O.   Oaxaca. México. “El conocimiento es nómada”, se lee en una de las páginas del pequeño libro de Berenice Brena que conforma con otros siete artistas el Proyecto Interdisciplinario de Arte “Nómadas” que se inaugura este jueves a las 19:00 horas en la Bodega Quetzalli.   María Saldaña, responsable de ese espacio comenta que la idea surge de reunir a los artistas más jóvenes de esa galería y con propuestas interesantes, por lo que después de un largo consenso se abordó el tema del nomadismo.     [caption id="attachment_80089" align="alignleft" width="300" caption="Cristina Luna, Ricardo Pinto, Emilia Sandoval, Berenice Torres y Hugo Pérez Gallegos, integran “Nómadas”."][/caption] La premisa, explica, fue trabajar con un medio distinto al que habitualmente trabaja cada uno de ellos, por lo que ahora coincidieron en trabajar sobre la misma temática con formas nuevas.   Ese principio nómada también lo tiene la galería, comenta Saldaña, pues ha sido su política la itinerancia de sus colecciones, como en el caso de esta muestra que ya se exhibió en el Museo Mural Diego Rivera hace dos meses y la idea es que siga viajando.   “Nómadas” forma parte de las actividades que se realizan en el marco de la Feria Internacional del Libro cuyo tema “centro y periferia” coincide muy bien con el concepto de esta muestra, por lo que se hizo la invitación.   Esta muestra está formada por piezas de artistas nómadas, Jesús Lugo, Cristina Luna, Hugo Pérez Gallegos, Ricardo Pinto, Heriberto Quesnel, Emilia Sandoval, Berenice Torres; todos de distintos estados y Manuel de los Ángeles Sosa de Oaxaca.   Un muro impreso con los dedos Comenta Berenice Torres que su obra se llama “Muro”, que son una serie de grabados hechos de manera directa de lajas de pizarra que abunda en Oaxaca, que entintadas se imprimen sobre tela con las yemas de los dedos.   Cada uno de estos grabados integran una línea que se sobreponen, creando un doble efecto con su transparencia, formando finalmente esa idea de un muro.   “La piedra como un elemento que es estático y a la vez el inicio del movimiento, al tiempo de marcar camino, crear una vereda”, explica la grabadora, Berenice Torres.   Otra pieza tiene que ver con el libro “El extranjero” de Albert Camus que casualmente leía y donde la obra está compuesta por barquitos de papel con páginas de esa obra, dando esa idea nómada y debajo de cada barquito hay un pequeño mapa que conforma el nomadismo en Oaxaca de la autora.   Finalmente, su intervención también integra un pequeño libro donde resume sus pensamientos sobre el nomadismo, del cual considera que uno no termina formando parte del lugar que habita, se termina siendo extranjero aunque uno sea mexicano.   Desechos industriales, signos migrantes La pieza que exhibe Emilia Sandoval se llama “Rutas migratorias” hecha a partir de residuos, materiales con los que la artista ha trabajado recientemente.   Una parte de los residuos son suajes para cortar cartón y la otra parte son unas papeletas migratorias que estaban en la basura que son papeletas que piden para entrar a Estados Unidos.   “Estos papeles migratorios, son rutas, puntos de alerta que se ven por ahí, donde cada uno forma una historia y es como abordo el tema de la migración”, detalla la artista   En el caso de la pieza donde emplea los suajes, lo relaciona con el hecho de que en el norte la forma más común de empleo es en las maquiladoras, por ello esas cuchillas forman parte de esa historia”.   Una critica al turismo “carroñero” Hugo Pérez Gallegos ´presenta una video instalación que busca plasmar un momento que vivimos en Oaxaca que está cambiando un poco las formas de pensar.   “Yo le apuesto principalmente a tomar como elementos imágenes por internet que voy armando. Por ejemplo, ver a turistas que van a ver cómo se derriten los glaciares, en esa visión futurista de regresar al paraíso perdido”, explica el artista.   La video instalación a muro, admite, es una continuación a su trabajo en gran formato en pintura y acercar el uso de la sombra con el proyector, dando una impresión de ser dibujo.   Son imágenes de internet que armo de manera abstracta, por lo que el espectador va observando y dándole forma a lo que va apareciendo con signos que reflejan “que no importa nada, todos seguimos aquí”.   Esta instalación la conforman imágenes de un tsunami, de la desglaciación y del Huracán Catrina, lo cual vincula el artista a la promoción de viajes de placer que acuden a ver cómo se destruye en entorno.   Resulta paradójico que en aras de una conciencia se viaje a ver el espectáculo de la destrucción por el cambio climático en aviones que contaminan y gastan combustible que es una forma de nomadismo, comparte el autor.   En ese sentido, señaló que el punto de coincidencia de esta muestra es compartir la visión individual del nomadismo desde la diversidad, pero es ante todo un intercambio de ideas.   El sol en movimiento Ricardo Pinto, descubrió en un haz de luz que entraba por su estudio, el nomadismo del sol y al intentar dibujar su contorno, éste se había movido en un par de segundos.   A partir de ello, este artista registró el movimiento del astro rey sobre superficies    que captó en imagen digital. “”mi proyecto gira alrededor de un personaje que es el sol y la relación en la tierra con las sombras y sus habitantes, en una especie de nomadismo psíquico”.   El artista registra el minucioso movimiento diario del sol durante el día sobre una escalera, trazando cada 15 minutos su paso, formando un diseño interesante.   Son cuatro imágenes tratadas con este proceso de registro, además de una pieza que es parte de ese registro continuo y una pantalla de madera para generar la sombra.   Al tratar con aspectos muy elementales con la luz y la sombra, tienes relación con conocimientos de culturas ancestrales, pero no es el propósito, sino es más simple, el registro del paso del sol en el día y la continuación a este proyecto, es registrar las sombras durante el día de las estatuas de los héroes nacionales.   Visiones sobre el nomadismo Cristina Luna presenta un video caminando, motivando la reflexión de que seguimos siendo nómadas, desde una visión muy interna e íntima.   Un personaje central es su perra, considerando que fue uno de los animales que acompañó desde los inicios a los nómadas, incluso antes que el caballo.   “Es mi propia experiencia de lo que podría entender lo que es ser nómada en un contexto muy cotidiano, combinando con otros aspectos como el transporte urbano.   Este video lo editó y la idea es que los asistentes con en una hoja escriban alguna reflexión o compartan su propia experiencia, de tal forma que sea interactivo.   Otras piezas que presenta es cerámica, obra que reflexiona del transcurrir, del tiempo y registros de civilizaciones que fueron nómadas, las que ahora reinterpreta; la cerámica como un registro que pasó a través de la tierra, el agua, el calor y el viento.   Además demuestra que no hay nada estático y mientras haya vida siempre habrá movimiento, a veces consciente o natural, pero que a que también se vuelven escultural, “eso trato de plasmar, el impulso natural, lo nómada”.   A continuación se reproduce un texto elaborado por el escritor Leonardo Da Jandra que titula “Escenografías Nómadas”:   En el Tratado de nomadología de Deleuze y Guatari hay una referencia decisiva a la relación promiscua entre las herramientas y las armas: las primeras producen bienes, las segundas destruyen hombres. Y la degradación de los sistemas de valores, éticos, estéticos y filosóficos ha llegado “hasta el extremo de que parece muy difícil proponer una diferencia intrínseca entre armas y herramientas”.   Repárese en que estamos hablando de la experiencia decisiva en el paso del primate al hombre, el momento en que la relación mano-pensamiento permite la domesticación del mundo. En el guerrero nómada los modos primordiales de supervivencia son el arco y la lanza; en el pastor el cayado y la honda; en el agricultor el arado y la coa. Cada vez que el hombre cambia de instrumentos, cambian con él los modos de percibir e interactuar con el mundo. El guerrero nómada deja de buscar y se enraiza, la agricultura se convierte entonces en la base sustentadora de todo forma de cultura. Y ya sabemos que el corazón de la cultura es el arte.   Pero Deleuze y Guattari en la frase arriba citada solo hablan  de armas y herramientas, no de artefactos. La expresión es dieciochesca, aunque de profunda raigambre virgiliana: arte factus, hecho con arte. A diferencia del arco, el cuchillo o la coa, el artefacto no es ni productor de bienes ni destructor de hombres. Los instrumentos que usaba el chamán en la cueva dejan de pronto de ser armas o herramientas para adquirir la aureola de ritualidad que rodea a todo verdadero arte.   En los rituales plásticos de estos ocho proyectos de nomadismo hay un anhelo común: romper con el sedentarismo estético mediante una serie de artefactos que ponen deliberadamente en movimiento la sensibilidad del perceptor. Nada está fijo, la mirada fluye tratando de despertar al nómada que todos llevamos adentro. ¿Hacia dónde apunta la flecha? No importa, lo que aquí interesa es la búsqueda no el resultado. La posibilidad de alcanzar un deslumbre de grandeza en el transitar permanente a que se ve condenado todo auténtico artista.   Disección y sátira a un tiempo, estas escenografías nómadas o artefactos  migrantes proponen una percepción que se remonta a los orígenes: viento, piedra, sombra, luz…; al final la mirada agradece las propuestas arriesgadas de estos jóvenes nómadas que se atrevieron a lanzarse a una aventura que, en esencia, representa el genuino modo de ser del arte: búsqueda incesante. La otra opción ya la conocemos de sobra a fuerza de padecerla en la vida cotidiana, un mundo fijista y repetitivo donde los que buscan la utilidad confunden neciamente el artefacto con la herramienta y el arma.