| | Oaxaca de Juárez |
Miércoles 20 de noviembre, 2024.
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Esta muestra compuesta por obras de diferente formato, relata esas manifestaciones negras de su natal Colombia, pero “también es un homenaje a la Galería Quetzalli, a Oaxaca y a mi trabajo”, admite el autor.
Es precisamente en esa galería donde este viernes a las 20:00 horas será abierta en el marco del Festival Humánitas que tiene como invitado a Colombia; es ahí donde el artista dialoga sobre esta presencia.
Algo que llama la atención de esta muestra, son los formatos; “Existe un contraste entre el gran y el pequeño formato, destaca el autor que remarca un encuentro entre el mundo de la estampa y lo pictórico, pues hay una estigmatización a la gráfica por el valor que se da como pieza maestra, lo cual es un arrastre de la modernidad, no de la contemporaneidad”.
En este proceso, explica Ricuarte, intervienen los materiales, la madera y el papel que aparentemente son soportes neutros esperando ser medios para la estampa; las placas de madera adquieren una forma pictórica por su textura natural que se combina con la imagen.
Respecto a la estampa, apunta que el papel se convierte en un moldeador de la imagen, es decir, que no es solo un soporte inerte, sino que adquiere formas y da sombras y volumen a la imagen.
Por ello, para el artista es muy importante el formato, pues la tecnología lo que va a hacer es achicar ese espacio, mezclando la gráfica, la pintura y la escultura, hacia un lenguaje autónomo.
Es aquí donde interviene la lasergrafía, al conseguirse una matriz digital puesta en el papel sobre el que se pueden hacer cortes y se hacen tridimensionales a partir de un elemento gráfico que está vectorizado, que la convierte en una matriz visible pero intocable.
Sobre esta técnica presenta en para esta muestra lasergrafía sobre madera y sobre piel –silla confeccionada por Norma Figueroa-, así como laserxilografía, lo que implica entintar la placa, generar la estampa a partir de una matriz, lo que implica una transferencia.
Detalla que el lasser trabaja como una simple impresora, cuya cabeza se mueve emitiendo el rayo sobre la superficie que la altera, siendo la luz la que afecta molecularmente esa superficie.
Mientras emplea su paleta electrónica (Paint table) para mostrar las posibilidades que desde el dibujo mismo da esta herramienta tecnológica, explica que con esa matriz digital puede reproducirse en diversos medios, formatos y soportes.
Al ser esta matriz corregible, moldeable y reproducible, cita Ricuarte, contradice el discurso de Walter Benjamin que advertía que con la tecnología se perdía la “aureola” a la obra, sin embargo con esta gráfica, pues cualquier cambio o reproducción que se haga de la matriz digital, también se genera una “aureola” para ese hecho y que salga un único.
Un aspecto que podría resultar riesgoso, es esa gama de posibilidades, aclara, pues si bien modificar hasta la imagen puede satisfacer los deseos del artista para con la obra, también puede llegar al vicio de corregirla hasta el infinito, “Termina siendo un afán infinito”.
“Yo Luis Ricuarte, cuando acabo una obra, termino con esa relación y le digo que está lista para hablar por sí misma. Lo que me interesa de la obra es que haya menos discurso y que haya más empatía con ella”.
Respecto a los jóvenes que se dedican al graffiti, consideró prudente realizar talleres con quienes empiezan para que comprendan la importancia de la preservación del patrimonio y de las posibilidades creativas de esos medios.
Se trata de integrarlos, no de corretearlos, dijo, por ello es importante que las mismas autoridades propicien talleres que les permita desarrollarlo de una manera más creativa, aunque tampoco se debe encasillar dentro de un museo, pues “la gráfica urbana es la piel de la ciudad”.
Entre esas expresiones y el arte, existe un equilibrio, sostiene el artista, un equilibrio entre lo estético y lo visual, incluso a nivel académico, donde no lo hay es el el mercado, pues sería muy difícil vender un muro, “es un tatuaje de la ciudad que dialoga con nosotros y muchas veces encontramos más sentido en ello que en lo que hay en un museo”.
Por ello, en el Taller de Experimentación Gráfica (TEG) –que Ricuarte encabeza-, se apoya a jóvenes con talleres, aunque la labor es más de investigación que de taller y se concibe como un laboratorio de experimentación.
Para Oaxaca, dijo, tiene algunos planes, principalmente en cuanto a la promoción de la gráfica, aunque no se ha aterrizado un proyecto concreto.
En este momento apoyan la realización de Humanitas, entre el TEG y La Curtiduría, dando continuidad a una trabajo que hace tres años empezó con una residencia de Omar Delgado y que ahora viene a hacer una intervención urbana y a trabajar en talleres.
Adelantó que tiene programada una exposición en el Museo del Arzobispado de la SHCP y realizará una intervención en el Museo de la Estampa en la Ciudad de México, con apego a la protección del patrimonio histórico, por ello empleará un material que ayudará a limpiar ese edificio.Te podría interesar...
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