La Revolución, pretexto oficial para justificar la destrucción de México

UAM/Historia Oaxaca, México.- Entre 1930 y 1980 se destruyó en la ciudad de México un edificio con valor histórico y cultural cada mes en promedio, lo que denota el desprecio de los gobiernos posrevolucionarios por la cultura, afirmó el doctor Alberto Pérez-Amador Adam, investigador del Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana, luego de sustentar la conferencia magistral del Congreso Internacional Entre dos centenarios, organizado por el área de Literatura Hispanoamericana de la Unidad Iztapalapa.   El doctor en Filosofía por la Universidad de Wuppertal y en Literatura Comparada por la Universidad de Berlín advirtió que en el contexto de las celebraciones por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, México vive un momento “sumamente peligroso”, porque el gobierno intenta restaurar un discurso nacionalista propio de los años 30, cuando se construyó una interpretación oficial de la historia para justificar la existencia de los gobiernos posrevolucionarios “que destrozaron a este país durante 80 años”.   A cien años de la Revolución “no tenemos nada de qué estar orgullosos”, porque ésta tuvo como consecuencia “el salto mortal de las puertas del primer mundo al patio trasero del tercer mundo”, dijo el investigador, quien enfatizó que su afirmación no debe causar sorpresa, pues sólo basta abrir y leer los periódicos para constatar el “inmenso desastre” que dejaron “80 años de criminales en el poder”.   El académico de la UAM sostuvo que frente a estos esfuerzos gubernamentales por restaurar el discurso nacionalista, los intelectuales y académicos mexicanos deberían, en el contexto de las efemérides, profundizar la crítica y abordar en forma seria la historia de México, que es mucho más rica de lo que se ha difundido como historia oficial.   Durante su conferencia, el doctor Pérez-Amador Adam, quien coordinó las ediciones alemanas de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, José Gorostiza, César Vallejo y Xavier Villaurrutia, afirmó que “el mayor destructor de la cultura del siglo XIX fue Benito Juárez, en cuyo régimen se acabó con palacios, conventos, archivos y documentos, bibliotecas, archivos musicales, retablos, libros, manuscritos y la literatura del virreinato sólo por destruir la cultura virreinal”.   Esta propensión a la destrucción cultural no cambió en los años posteriores a la Revolución, pues entre 1930 y 1980 se acabó en promedio con un edificio de importancia en la ciudad de México, afirmó.   En su ponencia, el doctor desarrolló el tema La idea de nación en la ópera mexicana de finales del siglo XIX e inicios del XX, periodo que constituye una parte fundamental de la historia cultural del país.   La tradición de la ópera mexicana empezó a forjarse desde 1711, por lo que consideró que el próximo año, en un esfuerzo por revalorarla, “deberíamos festejar el tricentenario de la ópera en México”, pues existen obras maravillosas, como Cuatimozin, de Aniceto Ortega; Atzimba, de Ricardo Castro, y Anita, de Melesio Morales.    La doctora Ana Rosa Domenella, investigadora del Departamento de Filosofía, destacó que la novela de la Revolución fue muy importante para toda América Latina, porque fue el “primer movimiento social a escala mundial” en el siglo XX. Hoy se reflexiona sobre los dos acontecimientos, porque es necesario rescatar la memoria y hacer una reflexión, por ejemplo, de cómo se fue construyendo la idea de nación en los países latinoamericanos a partir de las primeras décadas del siglo XIX.   El Congreso Entre dos centenarios busca revisar la significación del bicentenario y el centenario en la literatura, el arte y la historia, comentó la doctora Rocío Antúnez Olivera, coordinadora de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Unidad Iztapalapa.