FIL 2010
Oaxaca, México.- ¿Es casualidad que todos sepamos sacarnos los mocos?, ¿que el dedo quepa tan bien en las fosas nasales? No. La investigadora Julieta Fierro explicó que las mucosas nasales tienen más anticuerpos que cualquier otra zona, así que al sacarnos un moco inmunizamos ese dedo y eso es prácticamente como vacunarnos.
La investigadora, una de las científicas más populares debido a sus programas de televisión, radio y conferencias, estuvo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en la charla “La ciencia es espectáculo”, y de pronto… ¡Mocos!, lanzaba un libro al aire para que lo agarraran los presentes. Era una metáfora viviente de su labor: una mujer que arroja textos esperando que le caigan justo al lector que los necesita.
[caption id="attachment_82492" align="alignleft" width="300" caption="Julieta Fierro en su plática "La Ciencia como Espectáculo" en el Coloquio Internacional de Cultura Cientifica / © Cortesíaa FIL Guadalajara / Pedro Andrés"]
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De pie, sin dejar de moverse, confesó que para divulgar ciencia hay que amar esa labor y que ella no repara en técnicas para atrapar al público. En sus conferencias, por ejemplo, incluye danza. Algunas veces, mamberas explican los descubrimientos de los astros; otras, bailarinas de ballet representan el amor entre la tierra y la luna.
Una vez organizó un espectáculo en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México. Los asistentes recibirían una clase de mambo, pero un sismógrafo indicaría en qué zona del lugar se bailaba mejor: “así que aprendieron dos cosas, a ‘mambear’ y de sismografía”.
Artilugios caseros para explicar la relación entre fricción y fuerza de gravedad, globos que simbolizan salchichas voladoras que chocan con hoyos negros, pergaminos enormes para explicar la importancia de la narrativa mesopotámica, ningún recurso es vano: “Para cualquier acto de divulgación, hay que adaptarse al público. No es igual hablar para mujeres zapatistas que para un público masivo en la plaza de toros”.
La investigadora del Instituto de Astronomía parecía saltar de tema en tema, pero todo la llevaba a lo mismo: hay que hacer que la ciencia sea atractiva para la gente: “Solamente divulgando ciencia sobrevivirá la naturaleza humana”.
Sobre el sistema educativo lanzó una crítica, los maestros pierden mucho tiempo en enseñar las reglas, pero se olvidan de la creación: “A los jóvenes presentes yo les recomiendo que piensen por lo menos quince minutos a la semana, a la misma hora. Seguramente su mamá llegará a pedirles que hagan algo, defiéndanse, digan ‘No, estoy pensando’, enarbolen su momento de pensar”.