Jesús MIRAMONTES
Oaxaca, México.- Imagina un mundo sin papel. Sin tinta, sin goma, sin pastas de libros. Una tierra en estado de sitio intelectual donde todo impreso descubierto es de inmediato arrojado al fuego, víctima por difundir una opción de libre pensamiento. Dicha es la trama de
Fahrenheit 451 (1953), célebre novela del escritor norteamericano Ray Bradbury la cual sirvió como punto de partida para la plática “¿Por qué y para qué leer?” dirigida por la profesora Juana Beatriz Maceda Salinas.
La ponencia, organizada por al Dirección General de Orientación y Servicios Educativos (DGOSE) de la UNAM en el marco de las Jornadas Juveniles de la XXXI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), es provechosa en la coyuntura permanente de un país con pocos lectores. Según la Encuesta Nacional de Lectura 2006 un tercio de la población mexicana no lee en absoluto.
[caption id="attachment_44376" align="alignleft" width="300" caption="Por un país de lectores"]
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“Leer no significa repetir los signos escritos. Leer significa también interpretarlos, explicarlos, darles sonidos”, apuntó la profesora Maceda quien tendió un lazo comunicativo directo con su público a quien cuestionaba, como lo hace cualquier maestro en su aula de escuela.
La charla fue derivando entonces a los diferentes mosaicos del espectador. Lo que pensaban niños, jóvenes y adultos de todas las edades sobre el hábito de la lectura y su capacidad extensiva de cognición. Cómo para la mayoría de los presentes representa entretenimiento y diversión.
“¿Para qué leer?”, se preguntó la profesora Maceda hacia el final de su breve exposición: “cada cual tendrá su respuesta” y efectivamente, así sucedió.