José Luis BLANCARTE/Conaculta
Oaxaca, México.- Teniendo como patrón a Erasmo de Rotterdam (28 de octubre de 1466-12 de julio de 1536), quien además de sabio, traductor y erudito, fue corrector y editor durante toda su vida, el sábado se llevó a cabo por cuarto año consecutivo la celebración del Día Internacional de la Corrección de Estilo, en las instalaciones de la Biblioteca de México José Vasconcelos.
En la inauguración de los trabajos de dicha reunión, Laura Emilia Pacheco, directora de Publicaciones del Conaculta, recordó que “durante muchos, muchos años, viví de la corrección de estilo, así que comprendo perfectamente este trabajo que es una profesión, una vocación, una pasión y se convierte en un vicio, porque nunca lo vamos a dejar de hacer”.
En representación de Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, la titular de la Dirección de Publicaciones se congratuló por la celebración del Día Internacional de la Corrección de Estilo y aseguró que “no hay nada que sustituya la percepción del ser humano, ningún programa de computadora sabe interpretar un texto, porque no reconoce las sutilezas del lenguaje, no sabe distinguir las excepciones o los juegos de palabras; por esa razón nuestra profesión es maravillosa”.
Pacheco destacó que la labor del corrector es importantísima y por ello felicitó a la asociación convocante, Profesionales de la Edición A.C., y ofreció el apoyo de Conaculta para la organización de futuras actividades.
Por su parte, Ana Lilia Arias, presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición A.C., comentó que la iniciativa del Día Internacional de la Corrección de Estilo nació en 2005 en Argentina, al año siguiente se sumaron México y España y, actualmente, se celebra también en Perú y Colombia.
Arias adelantó que en septiembre de 2011 se llevará a cabo el primer Encuentro Internacional de la Corrección de Estilo en Buenos Aires, Argentina y que, para 2012, México ha solicitado ser la sede para la segunda reunión internacional de la especialidad.
Vía Internet se realizó un enlace con España, donde Antonio Martín, presidente de Único, la asociación de Correctores de España, señaló que la reunión del próximo año en Buenos Aires se va a enfocar a fortalecer los lazos de unión entre los profesionales de la edición y la corrección, así como a cuestiones gremiales para “que se nos conozca con voz propia”, dado que la corrección de estilo es una profesión muchas veces menospreciada.
El objetivo principal, señaló Martín, “será consolidar nuestro trabajo y que se nos valore como es debido, para que también podamos ser equitativamente remunerados como profesionales del lenguaje”.
En la primera mesa de trabajo de la reunión participaron Andrés Ruiz González, coordinador de la Contraloría Editorial del diario
La Jornada y Javier Ledesma, coordinador del Departamento de Cuidado Editorial del Fondo de Cultura Económica.
Ruiz, quien abordó la especialidad de corrección en periódicos, recordó que en la pasada década los empresarios del norte de México “expandieron sus copias del periodismo texano y, con el desdén propio de quien cree que sólo existen los verbos en presente, de un plumazo eliminaron la mesa de redacción, ese que al parecer era un pesado fardo para su utilidades, ciertamente, tuvieron ahorros en su nómina pero más contundentemente en el ámbito de la calidad”.
El ejemplo norteño fue seguido por otros empresarios de la edición, que se dieron a la tarea de eliminar las mesas de redacción de los diarios: “el resultado, literalmente, está a la vista”, comentó.
Más adelante, Ruiz se refirió a cómo era el aprendizaje de corrector al interior de un periódico: “Durante muchos años, los aprendices –cuya redacción era profusa, difusa y confusa– se embarcaban de la mano de sus maestros, donde suplían deficiencias, limaban asperezas, se pulían talentos y desarrollaban sus aptitudes; sin embargo, ese paso ha sido barrido por una educación escolarizada divorciada de la práctica y porque a los diarios ya no les interesa formar profesionales”.
Aseguró que la corrección es un oficio y también un arte “donde hay reglas pero no recetas, incluso los manuales, a mi juicio, sólo deben de trazar las líneas generales, las grandes coordenadas en las cuales enmarcar los textos”, porque el contexto y la vastedad cultural del corrector hacen la diferencia.
En su oportunidad, Javier Ledesma, músico de profesión y corrector de estilo por vocación, se refirió ampliamente a la corrección de estilo en la edición de libros. Detalló las diferencias y distintos enfoques que se aplican al corregir textos literarios y textos de divulgación o académicos, pues mientras los primeros persiguen fines estéticos para los segundos su vocación es eminentemente comunicativa.
“En los textos literarios, a diferencia de los que no lo son, el estilo básicamente no se toca. Nuestra labor consiste en todo caso en seguir los pasos del autor y encontrar sus descuidos y gazapos, incongruencias o fallas de precisión. Siempre con la intención, en nuestra calidad de primeros lectores, de hacer sugerencias y aportaciones a quien tuvo la primera y tendrá siempre la última palabra: el autor… No podemos alterar la forma, porque ella es consustancial al fondo”.
Ledesma concluyó que las características de un corrector de textos literarios son la honestidad y la complicidad con el autor, aunque ésta vaya en contra de lo que mandan los diccionarios y las gramáticas, pues “se vuelven más importantes otros recursos y aptitudes: como leer con gran atención e imaginación, comprender y recordar fielmente el argumento, ser en suma buenos, buenísimos lectores”.
La reunión por el Día Internacional de la Corrección de Estilo también incluyó dos clínicas de corrección a cargo de Martí Soler, decano corrector, quien ha trabajado muchos años como editor en el Fondo de Cultura Económica, y de Carlos López, editor de poesía; además de la mesa de debate sobre
La corrección de estilo en los géneros discursivos, con la participación de Jaime Soler Frost (material de consulta), Miriam Ruiz (perspectiva de género) y Esther López (texto científico). Para mayor información visitar la página:
www.profedi.com