México carece de un régimen democrático: Ávalos Tenorio

UNAM/Ciencias Políticas Oaxaca, México.- En el  país no se ha instaurado un régimen democrático o una forma estatal republicana, pese a los cambios institucionales importantes, afirma el doctor Gerardo Ávalos Tenorio, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en el artículo “México: nudo poder y disolución del Estado”, publicado en Veredas. Revista del pensamiento sociológico.   El gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) ha continuado el neoliberalismo priista, pero sin acompañarlo de la prudencia ni la sabiduría práctica, esos ingredientes sin los cuales no puede haber política, ni gobierno, ni Estado, aseveró el profesor del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad Xochimilco. Se ha impuesto una lógica de nudo poder sin autoridad, desarticulando al Estado mismo en tanto forma de convivencia normativizada. Esto permitió a la alta tecnoburocracia política incubada en la entraña misma del antiguo régimen acceder al poder en alianza implícita con Acción Nacional, al grado de someter al aparato estatal a una dinámica empresarial. Al mismo tiempo –continua el académico–, la estructura autoritaria implantada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) nunca fue desactivada; por el contrario, fue utilizada y, en algunos casos, fortalecida para ampliar y profundizar el saqueo de la riqueza nacional y la anulación práctica de los derechos sociales. El poder estatal mexicano, en algún momento considerado como “cesarista” o “bonapartista” por su gran autonomía sobre las clases económicamente dominantes, ha perdido capacidad legislativa y gubernativa para garantizar las condiciones de paz y estabilidad sociales, sentenció Ávalos Tenorio. Las reformas legales impulsadas por el gobierno panista –asegura el investigador– apuntan al fortalecimiento de la acumulación del capital, al incremento de la represión y a la violación de las garantías individuales, así como a la criminalización de la protesta social. La actual administración reformó la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, lo cual privatiza y capitaliza los fondos de ahorro y las pensiones de los empleados del sector público. Aunque modificada, también se aprobó una reforma petrolera, cuya primera versión trataba obviamente de privatizar esta industria. En la misma tesitura, se liquidó a la Compañía Luz y Fuerza del Centro, “barriendo” con legendario Sindicato Mexicano de Electricistas, recapituló el especialista en ciencia política. Como saldos de la política económica panista se encuentra la concentración de la riqueza y el incremento de la desigualdad y la pobreza. El experto puntualiza que entre 2006 y 2008 el número de mexicanos en pobreza patrimonial pasó de 46.1 millones a 50.6 millones de personas.   Además, en 2008, 19.5 millones de los mexicanos (18.2 por ciento de la población total) se encontraban en pobreza alimentaria, esto significa que sobrevivieron con 2.25 dólares al día en zonas urbanas y con 1.68 dólares en zonas rurales. En tanto, 10 por ciento de la población, aquella de mayores recursos, acumula 36.3 por ciento de los ingresos totales del país. Lo anterior deja a gran parte de la población excluida de los servicios de salud, educación y vivienda. Por ejemplo, 65 por ciento de la población económicamente activa en 2008, no era derechohabiente de alguna institución de seguridad social. Así, la reorganización neoliberal del capitalismo en México ha sido todo un éxito, logrando el incremento de la acumulación del capital; pero ha sido devastadora desde una perspectiva humana y para la economía nacional. El supuesto tránsito de un régimen autoritario a uno democrático iniciado en el año 2000, se interrumpió abruptamente durante 2005-2006, cuando el bloque de poder dejó claro que no permitiría, bajo ninguna circunstancia, el triunfo pacífico de una opción reivindicadora de la soberanía nacional y de una redistribución moderada de los ingresos.