UAM/Investigación
Oaxaca, México.- El neoliberalismo impuso cambios en los procesos de trabajo en México como la subcontratación laboral, la flexibilidad y la polivalencia a partir de los años 80 del siglo pasado. El resultado de este proceso es que los trabajadores perdieron derechos laborales y los sindicatos se vieron debilitados o finiquitados.
En esos términos, el doctor Arturo Anguiano Orozco investigador del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), evaluó la situación que viven los trabajadores y los sindicatos independientes en la actualidad, debido a los cambios en la política laboral del gobierno mexicano desde el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado
[caption id="attachment_57309" align="alignright" width="250" caption="El lastre para la clase trabajadora como el outsourcing por el modelo neoliberal"]
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Con las reformas en la economía a nivel mundial y sus impactos en el mundo del trabajo, el gobierno mexicano buscó reestructurar las condiciones laborales y aplicar una reconversión industrial que llevó al desmantelamiento de los contratos colectivos de trabajo, apuntó el profesor de la Unidad Xochimilco.
En el marco del Seminario Café Debate de Cultura Política. Movimiento Sindical (SME): Anatomía de la Lucha Sindical, el especialista reafirmó que a partir de los años 80 del siglo pasado operó una reducción de los derechos laborales contenidos en los contratos colectivos, los cuales en muchos casos cambiaron para ser inferiores a los establecidos en la Ley Federal del Trabajo.
Durante esa década se acuñaron los términos flexibilidad laboral y polivalencia, que en opinión del investigador significan que el capital puede disponer libremente de la fuerza de trabajo, controlando todo el proceso laboral para convertir a los empleados en “mil usos”.
Así mismo, al amparo de la flexibilidad laboral se modificó la jornada de trabajo con el propósito de trabajar más de ocho horas diarias y que el trabajador no tuviera un horario específico, pero también se destruyó la estructura del escalafón y se generó una dependencia de la productividad para mejorar los ingresos salariales.
Anguiano Orozco mencionó que el sistema político mexicano, de corte corporativo, entró en crisis e inestabilidad a causa de las luchas de los trabajadores ferrocarrileros, los maestros y los médicos y también por el movimiento del 68; Ante este panorama el acuerdo estatal empezó a debilitarse.
A la par, señaló el especialista, el milagro económico mexicano llegó a su fin y afianzó al país como una “economía de invernadero”, con grandes barreras arancelarias y de protección para la industria nacional.
En el panorama mundial de esos años Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, y Margaret Thatcher, primera ministro de Inglaterra, impulsaron un viraje de las grandes tendencias internacionales con la imposición del neoliberalismo.
Este proceso, dijo Anguiano Orozco, representó un nuevo modelo de acumulación capitalista y obligó a cambios en los procesos productivos, en la relación capital-trabajo y también entre sindicatos y patrones.
Según el modelo neoliberal los sindicatos debían liquidarse, pues representaban una barrera para imponer los nuevos criterios de contratación, como sería la disposición de una mano de obra escasamente remunerada.
Hacia los años 70 del siglo pasado surgió un movimiento urbano popular a causa de la precarización de la población, a ello se sumó la movilización de sectores sociales que demandaban una reforma política. La lucha sindical se centró en la metalurgia y en el diesel nacional, por citar algunos casos.
A la postre nació un movimiento de sindicatos autónomos que trató de romper el corporativismo del Congreso del Trabajo, sin embargo, los grandes sindicatos como la Confederación de Trabajadores de México, se han mantenido afiliados a aquel.
Finalmente, el control corporativo se resquebrajó ante la demanda de los sindicatos por democratizar al Congreso del Trabajo, ese elemento estratégico coincidió con el viraje neoliberal en México, indicó el investigador.
Los gobiernos y empresarios acabaron con la negociación colectiva y los logros laborales, además de que instauraron el modelo de subcontratación que desarticula el proceso laboral, evita el reclamo de los trabajadores ante el patrón y debilita el poder sindical.