Vidal Pineda VASQUEZ
Oaxaca, México.- Hoy sólo las imágenes y amigos hablarán de él, Gerardo Nigenda, fotógrafo ciego importante para el desarrollo de esta disciplina en Oaxaca, falleció el sábado en punto de las 14:30 horas en el Hospital de Especialidades, después de que sus riñones, atrofiados por una diabetes con la que vivió durante casi 30 años, no resistieran una operación.
Gerardo Nigenda fue una de las personas que abrió los ojos de su corazón después de que, a la edad de 25 años, la misma enfermedad que acabó con su vida, le ocasionara una ceguera que, a más de dificultarle la vida, le obligó a revivir el resto de sus 5 sentidos con los cuales trabajó muy emotivamente haciendo imágenes que sólo pueden ser percibidas por los ojos del alma.
[caption id="attachment_53884" align="alignleft" width="300" caption="En medio del reposo (Autorretrato) © Gerardo Nigenda"]
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A la edad de 43 año, Nigenda, originario de la ciudad de México, deja un vacío en la fotografía local, pues fue impulsor de muchos talleres que hacía a un lado la percepción convencional, incitando a muchos jóvenes a sentir con el corazón, utilizar las manos, distinguir los sonidos del entorno, descubrir con el olfato la esencia de la vida para poder fotografiar esos instantes que sólo aparecen en los momentos menos esperados.
Siempre con un hablar pausado y una enorme sonrisa atendía a sus amigos, platicaba de proyectos que tenía, de los sueños y logros que había obtenido a pesar de ser ciego. Su tranquilidad la transmitía a quienes se acercaban a él. Nigenda, ese fotógrafo que inició dando clases de Bariller, hace ya algunos años, en la biblioteca “Jorge Luis Borges”, espacio abierto por el maestro Francisco Toledo y que formaba parte del Centro Fotográfico “Manuel Álvarez Bravo”.
Fue en ese lugar dónde encontró la magia de la imagen. Desde entonces, el interés por hacer fotografía fue creciendo hasta convertirlo en uno de los fotógrafos ciegos más importantes ya que a través de sus imágenes lograba construir discursos estéticos que otros fotógrafos no lograban.
Sus fotografías han sido publicadas en “Luna Córnea”, “Cuartoscuro”, “Equis”, el catálogo “Diálogo en la oscuridad”, entre otras publicaciones. En 2008, participó en la II Bienal de Arte Contemporáneo de la Fundación ONCE en España cuya obra ahora forma parte de la colección de esta organización.
Sobre él se ha escrito mucho, y recientemente el cineasta Alberto Resendiz realizó el documental “Susurros de luz”, en el que aborda la historia del fotógrafo, mismo que se iba a presentar en el mes de julio en el cineclub “El Pochote”, días después de Nigenda culminara el taller de “Percepción no visual” que impartiría en el Centro Fotográfico “Manuel Álvarez Bravo”.
Cabe señalar “Susurros de luz”, fue reconocido en la sexta edición del FICM con una mención especial, ya que ganó, en 2009, el premio de Mejor Corto Documental en el Festival Latino de San Diego.
Del Istmo las últimas imágenes de Nigenda
Lamentando su muerte, Gustavo, hermano del fotógrafo, mencionó a este medio que el último trabajo en el que se concentraba Gerardo era en una serie de fotografías que realizó a las mujeres de Juchitán en la pasada semana santa.
A esa región calurosa viajó a lado de la brasileña Ángela Piñeiro, quien le pidió a Nigenda la oportunidad de verlo trabajar ya que actualmente prepara un libro sobre fotógrafos ciegos del mundo. Animado, Nigenda viaja al Istmo y busca retratar la esencia de las mujeres de esa región, caracterizadas por su porte y sus majestuosos trajes regionales.
Como una persona muy activa y animada a seguir trabajando lo recuerda su hermano, quien además mencionó que Nigenda tenía la intención de regresar al Istmo para concluir sus imágenes, ya que hasta antes de su muerte sólo había logrado captar pocas escenas.
“Quizá hizo como 25 fotografías, no eran todas, tenía planeado regresar para culminar el trabajo, este proyecto lo tuvo en la cabeza y no lo pudo concretar hasta ahora, y lamentablemente no pudo concluir, las imágenes aún están sin editarse, ya veremos la manera para que puedan publicarse”, comentó el entrevistado.
Aunque hasta ahora no se sabe si en la capital oaxaqueña se le rendirá un homenaje póstumo, lo que sí es seguro es que el 1 y 2 de julio, Benjamín Mayer, amigo de Gerardo, ha programado en la ciudad de México una exposición con la cual se recuerde el legado del fotógrafo que nació el 16 de enero de 1967 en la capital de la república, pero que vivió en Oaxaca durante 15 años.
“Estaba muy contento y tenía muchas ganas de hacer este trabajo desde hace mucho tiempo”, finalizó su hermano.