Ciudadania Express
Sábado 30 de octubre, 2010. 03:26 pm

Comparsas de barrio, la tradición del Día de Muertos en Oaxaca

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Fortino Torrentera O   Oaxaca. México. Como cada año, las comparsas de los diversos barrios de la ciudad saldrán a las calles; a pesar de los grandes esfuerzos económicos por no contar con apoyos institucionales, éstas constituyen un patrimonio cultural de Oaxaca en estas festividades en torno al Día de Muertos.   La comparsa de muertos, es una tradición vigente en Oaxaca desde hace varios siglos que perdura con el esfuerzo de la juventud y que paradójicamente son los adultos quienes menos interés muestras por su conservación   A pesar de la significación religiosa que esta costumbre tiene, este festivo tributo a los desaparecidos, también es uno de los medios de expresión social e incluso de parodia de la realidad que se vine en populares barrios y comunidades oaxaqueñas, donde esta tradición cada año se extingue.     [caption id="attachment_79000" align="alignleft" width="300" caption="La vistosa comparsa de Cinco Señores, ejemplo de promoción cultural."]La vistosa comparsa de Cinco Señores, ejemplo de promoción cultural.[/caption] Ha sido más el entusiasmo de la barriada, de los jóvenes y niños por participar en este ritual, que la voluntad del gobierno por preservarlo, ya que cada año, a pesar de las promesas de apoyo de los funcionarios, es la propia comparsa la que debe costear todos los gastos de esta tradición.   Sin que los funcionarios de cultura lo sepan –ya que como en este año se ausentan para aprovechar los puentes vacacionales-, es el turismo y escasos vecinos, quienes acuden a apreciar esta colorida y pícara representación de la muerte.   La comparsa, lejos de mermar por las condiciones económicas del país, se ha fortalecido en el gusto de las nuevas generaciones que materialmente se apropiaron, pero que vislumbran un futuro incierto en la preservación de esta colonial costumbre.   El barrio, perseverancia y tradición   Y nuevamente la banda saldrá a la calle, pero esta vez disfrazados, lo mismo vestidos de enfermeras o sacerdotes que de duendes irlandeses para llenar de picardía y música los barrios de esta ciudad. El polvo, Cinco Señores y Jalatlaco.   Es la juventud la que este uno de noviembre saldrá a las calles en su reencuentro anual con las tradiciones, con la magia de la comparsa.     [caption id="attachment_79001" align="alignleft" width="300" caption="La comparsa, un espacio para la crítica social y el humor."]La comparsa, un espacio para la crítica social y el humor.[/caption] La más antigua, es la del Barrio de El Polvo, la comparsa Cervantes que organiza sobre la calle de Guerrero esa familia desde 1948, partirá este 1 de noviembre a las 20:30 horas.   Roberto Manuel Cervantes, uno de los principales organizadores de esa tradicional parada, lamenta que durante muchos años han carecido de apoyos tanto del gobierno del estado como del municipal, pero siempre el barrio ha respondido.   “nos da mucha alegría presentar la comparsa de muertos de este año, no solo porque tuvimos que hacer un gran esfuerzo para que se realizara, sino porque vemos que nadie está dispuesto a perder esta costumbre, pero por desgracia es cada vez es más costoso salir a la calle este Día de Muertos”, dijo con quebranto.   Las dependencias culturales, ni siquiera están enteradas que la comparsa de “El polvo” cuenta con un prestigio internacional, pues en los últimos años han venido televisoras norteamericanas para grabar esa tradición.   “Es una lástima que los propios oaxaqueños no conozcamos la tradición de nuestros barrios, de la ciudad, por ello consideramos importante realizar este festejo que nos hace recordar nuestras raíces con el barrio, pero también esa dualidad entre la vida y la muerte; el respeto y la convivencia con los seres ya no están entre nosotros”.   Lo anterior lo fundamenta con el trabajo de investigación que sociólogos alemanes han realizado en años anteriores, conociendo más de nuestra cultura que los propios oaxaqueños, investigación que recoge las formas de organización en el barrio y la convivencia del festejo   Y es que para la realización de ese festejo se requiere de trajes nuevos cada año, trajes que realizan en terciopelo, por lo cual cada traje tiene un costo mínimo de mil 800 pesos, más las máscaras, las cuales algunas las compran en establecimiento o bien las elaboran con cartón, además de los trinches, guadañas y otros accesorios de los chocarreros personajes. Así unos 25 personajes que ensayan con anticipación los picarescos parlamentos, al igual que otros que se suman en las vísperas, deben erogar en la compra del traje que solo utilizarán una vez.   De igual forma, deben pagar unos 12 mil pesos para contratar una banda de música que desde meses antes es necesario contratar, como en este año lo hicieron aunque ahora no reúnen el dinero para cubrir siquiera ese servicio de la música.   Esta festividad, reconoce, es un punto de unidad, donde además se busca que los jóvenes enfoquen sus energías en algo constructivo, que los haga reflexionar sobre sus raíces y de paso no tomen caminos equivocados, pero para las autoridades, este esfuerzo no tienen ningún valor.   A unas cuadras, también se celebra la comparsa del barrio de la Trinidad de la Huertas que partirá este un de noviembre de la calle de Leandro Valle 501 a partir de las 20:00 horas.     La magia de “Cinco señores”   A la misma hora, el Colectivo Cultural “La idea” saldrá el uno de noviembre a las calles de la agencia de “Cinco Señores” para compartir con el vecindario la alegría de la comparsa.   Sin escatimar esfuerzo en su organización, más de 20 integrantes impresionan por la originalidad de su vestuario, realizado en su mayoría por los propios participantes de esa agencia municipal citadina que roban la atención.   Con la fuerza inyectada por los hermanos López, jóvenes que todo los años esperan esta fecha para reforzar una herencia de abuelos, que identifica a una barriada que cada vez se renueva, a pesar de lo complicado que resulta llevar a cabo esa fiesta.   Algunos vestidos de enfermeras con ligueros o sacerdotes de mitra, sin faltar los personajes de la colonia, el doctor, el padre que cobran vida en una de las formas teatrales más importantes y más críticas que se dan en los barrios como lo es la comparsa.   Pero también se hace presente la picardía y sarcasmo propio del carácter mexicano, cuando aparecen personajes de la política hasta de la misma la agencia con el escarnio gustoso de los vecinos.   Antes de la comparsa se realizan bellos tapetes de arena, como una exposición que organiza el Colectivo Cultural “La idea” para confirmar por qué es tan fuerte nuestra tradición cultural y cómo un grupo de jóvenes se compromete con su identidad.   También con 50 años de tradición, esta comparsa actualmente está en manos de un grupo de jóvenes que de manera entusiasta organiza sin ningún apoyo institucional este festejo con un lema muy claro: “Para qué importar costumbres tal vez respetables pero totalmente ajenas, si en México tenemos valiosas tradiciones”, dijo el principal organizador, Martín López.   “Lo que nos mueve son las raíces que tenemos de la colonia, las cuales se han heredado de nuestros abuelos a tíos y padres y ahora nosotros tenemos una responsabilidad  como jóvenes de organizar la comparsa” comenta el coordinador del grupo.   “Sabemos por nuestros abuelos que es una tradición prehispánica que se realiza tradicionalmente y que une a la colonia, por eso la continuamos, ya que hubo un tiempo en que se estaba perdiendo pero se ha retomado y desde hace tres años como grupo cultural nos propusimos a fortalecerla”   En tal sentido, reconocen que han encontrado una muy buena respuesta de los nativos de la colonia, de las primeras familias que siempre los apoyan, aunque lamentablemente nuevos vecinos que llegan a vivir un tiempo o definitivamente, no muestran interés.   Un hecho que estimula es que los nietos de las familias nativas de Cinco Señores continúan participando con disfraces o con el apoyo en la organización de esta tradición.   Recuerdan cómo sus antepasados elaboraban sus disfraces con máscaras de cartón o de madera, lo cual están continuando para evitar el plástico o las imágenes que nada tienen que ver con la festividad original de muertos “como lo es el halloween, una fiesta extraña a nosotros, por eso somos antihalloween”.   A futuro, se han echado a cuestas el compromiso de continuar organizando ese festejo tradicional, “hasta que seamos grandes, transmitirla a nuestros hijos y a los que vengan, porque ya es parte de nosotros”, remata.   Esa chispa en “Cinco Señores” se multiplicó, pues a solo uno par de cuadras otras dos comparsas juveniles son representadas, aunque acompañadas por música extranjera emulando el ambiente macabro, pero que trastoca la tradición musical de la banda, cada vez más inalcanzable para los organizadores.   Simultáneamente en el barrio de Jalatlaco se protagoniza una comparsa que también ya es tradicional en esta capital, donde a diferencia de otros años, se ha ido perdiendo el interés de los vecinos, como también de las autoridades a este tipo de expresiones populares de la cultura.   Destacan algunas pequeñas comparsas en San Juanito y Xoxocotlán, donde el interés de los jóvenes contrasta con la de los viejos, -unos en desacuerdo con el libre lenguaje de los parlamentos, otros simplemente desidiosos de apoyar esa expresión popular.     La celebración de los Días de Muertos en Oaxaca es una ceremonia popular que invoca a los espíritus de los ancestros para invitarlos a “convivir” en el mundo terrenal, por lo que se procura agasajarlos en la forma más atenta. Su visita entre nosotros obedece a un permiso obtenido desde el más allá para que las ánimas de los difuntos puedan visitar a sus parientes. Los muertos retornan a su hogar por que son atraídos por sus antiguas pertenencias o por el amor de sus deudos que requiere de nuestro acompañamiento.   Ese transitar de un mundo a otro sustenta la realización de las comparsas, que también representan una forma de invocar e invitar a nuestros difuntos que cada año bailan, comen y beben con los vivos, en los barrios y comunidades oaxaqueñas en una tradición que en definitiva se niega a morir.
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