Ciudadania Express
Martes 16 de noviembre, 2010. 09:20 am

El ajedrez, en la enseñanza-aprendizaje y el Alzheimer

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UNAM/Centenario

Oaxaca, México.- La memoria es un proceso de entrenamiento. Muchas veces, con un recuerdo nebuloso, el sistema nervioso busca vías alternas para recuperar esa información almacenada.

Mientras el sistema nervioso central y la memoria funcionen adecuadamente, y las “rutas cerebrales” estén bien “trazadas” y “pavimentadas” con entrenamiento, podremos sacar rápidamente esa información.

ajedrezniños“En la infancia, el sistema nervioso central tiene una gran capacidad de aprendizaje. Un niño que ha estado en contacto con el ajedrez, los videojuegos o los juegos de computadora es capaz de desarrollar estrategias mentales para resolver un problema determinado”, dijo Rosalinda Guevara Guzmán, investigadora de la Facultad de Medicina.

Es decir, a un niño se le pueden enseñar las mejores estrategias para obtener un resultado y, por lo tanto, para saber cómo y dónde guardar esa información. De este modo, las estrategias que utiliza para ganarle a un contricante en un juego como el ajedrez son las mismas que pondrá en práctica para alcanzar un objetivo. En opinión de Guevara Guzmán, el ajedrez, específicamente, podría favorecer el desarrollo cerebral infantil y la formación de niños mucho más activos mentalmente, con más herramientas para resolver problemas.

Asimismo, la investigadora universitaria considera que en la UNAM se podría hacer un estudio comparativo con jóvenes que han jugado, con cierta frecuencia, ajedrez.

“Permitiría ver, por ejemplo, cómo están sus habilidades para resolver exámenes, si de alguna manera el ajedrez ha influido en su desarrollo cognoscitivo. Ésta sería sólo una variable, entre otras, debido a lo cual habría que medir su peso en el éxito conseguido por cada estudiante.”

A lo largo de varios años

Por lo que se refiere a la enfermedad de Alzheimer, si un niño trae consigo una carga genética para desarrollarla, no se puede hacer mucho.

“Sin embargo, en teoría, con el ajedrez también se podría retardar la aparición o el desarrollo de ese mal y ofrecerle a la persona una mejor calidad de vida. Ahora bien, tengo que decir que nadie nos puede asegurar que esto sucederá porque no hay estudios, o al menos yo no conozco ninguno, que relacione al ajedrez con las enfermedades neurodegenerativas, específicamente con la de Alzheimer”, advirtió la investigadora universitaria.

Para que un estudio así fuera válido, se tendría que llevar a cabo a lo largo de varios años con personas que hubiesen jugado ajedrez en la niñez o la juventud, y habría que determinar, ya en su edad adulta, qué tanto riesgo corren de desarrollar la enfermedad de Alzheimer; o bien, si en los últimos años han jugado ajedrez, compararlos con los que no lo hicieron, y ver quiénes desarrollaron el mal. “Sería un estudio interesante. Pero, en todo caso, es muy difícil evaluar el ajedrez como una variable única en el retardo de la aparición o el desarrrollo de la enfermedad de Alzheimer”, apuntó Guevara Guzmán. En las enfermedades neurodegenerativas como la de Alzheimer, el deterioro es inevitable e irreversible. Con todo, hay que señalar que no es lo mismo una caída en vertical que una caída atenuada, gracias a la cual la gente podría tener una mejor calidad de vida durante más tiempo. El Alzheimer es multifactorial, sobre todo la idiopática. Por ello, según Guevara Guzmán, en dicho estudio se tendría que tomar en cuenta cada una de las variables que influyen en su aparición.

Como se sabe, 10 por ciento de los casos de esta enfermedad tiene un origen genético; y 90 por ciento, otro: un traumatismo, un virus que daña las neuronas o la falta de irrigación sanguínea en el cerebro.

 

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