Ciudadania Express
Miércoles 08 de diciembre, 2010. 11:22 am

En un escritor todo está en el futuro no en el pasado: Gonzalo Celorio

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Marisela ÁLVAREZ C./Conaculta Oaxaca, México.- El escritor mexicano Gonzalo Celorio (Ciudad de México, 1948) prefiere considerar el Premio Nacional de Ciencias y Artes, al que se hizo merecedor este 2010, como un estímulo, antes que como un reconocimiento a su larga trayectoria. “Sin duda esto último me envejece. Cuando uno es un escritor todo está en el futuro y no en el pasado. Este premio implica un reconocimiento pero también un compromiso, una deuda y un estímulo muy poderoso para seguir trabajando, porque todavía tengo muchas cosas que decir, muchos proyectos en mente”.   gonzalocelorio2El cronista, ensayista y narrador es uno de los ganadores del galardón más importante que otorga el gobierno mexicano para enaltecer las destacadas aportaciones que mexicanas y mexicanos de excepción realizan para el desarrollo nacional.   Desde 1945, cada año, la Nación expresa su elevado reconocimiento a los profesionales más sobresalientes por su obra en las letras, las bellas artes, la historia y las ciencias sociales, las ciencias exactas y la tecnología. También se hacen acreedores a este premio quienes con sus actividades creativas o comunicativas, contribuyen a la difusión, preservación y engrandecimiento de las artes y las tradiciones populares de nuestro país.   Celorio, quien siempre ha asegurado que antes de ser escritor generalmente se es lector, asegura que para dedicarse a la literatura no sólo se necesita vocación, entusiasmo y gusto, sino también trabajo, disciplina, rigor y perseverancia. Por ello, dedicó unos minutos para hacer una reflexión sobre la literatura y su importancia en los tiempos actuales.   “Cuando uno es lector asiduo, apasionado y tiene vocación y pasión por las letras, es bastante natural el deseo de dar ese salto a la escritura. Yo pienso que un escritor joven debe de ser fundamentalmente un lector. Alfonso Reyes decía que a los jóvenes hay que enseñarles que antes que nada deben saberlo todo. Quizá era bastante exigente, pero es que hay algo de permeabilidad, de adherencia en la juventud que resulta verdaderamente prodigioso porque lo que se lee y se aprende a edades muy tempranas sin lugar a dudas va a formar parte de un patrimonio indeleble a lo largo de toda la vida.   Claro que con el tiempo uno va ganando en experiencia, en malicia y cierta sabiduría, en la utilización de recursos, la afinación de sus propias herramientas, pero el impulso juvenil es insustituible”, consideró el autor de las novelas Amor propio (Tusquets, 1992), Y retiemble en sus centros la tierra (Tusquets, 1999) y Tres lindas cubanas (Tusquets, 2006).   Celorio elogió que en México existan diversos estímulos para los jóvenes creadores. “Me parece muy notable que en este país haya un apoyo a la creación artística y literaria, que evidentemente puede tener irregularidades, impresiones o errores, pero en general es un sistema donde hay una apuesta por los jóvenes y apoyos, después hay reconocimientos para la edad madura y los premios que ya son para el reconocimiento final. Yo creo que sí hay posibilidad de que un joven escritor realmente pueda dedicarse a la escritura. Todos los escritores que ya lo somos por haber dedicado la vida a esta actividad, nos las arreglamos para poder comprar un poco de tiempo para dedicarlo a vivir”.   golazalocelorioEl también doctor en Lengua y Literaturas Hispánicas, especializado en literatura hispanoamericana, por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, habló acerca de la importancia de la literatura en la actualidad. Aseguró que la literatura no sirve para nada en un sentido pragmático del término porque no es utilitaria, y que en cuanto se vuelve utilitaria deja de ser literatura.   “Lo que es cierto es que la literatura tiene la capacidad de cumplir una función cognoscitiva que quizá sea más amplia y más profunda que otro tipo de discursos no literarios. Yo siempre digo que se puede conocer mejor el campo mexicano a través de la lectura de Juan Rulfo que a través de una serie de estudios de carácter histórico, sociológico, político o estadístico, porque la literatura amplía las escalas y categorías de la realidad y puede hacer calas más profundas en ella.    “Particularmente creo que la novela siempre tiene una dimensión crítica, aunque no sea el punto de partida ni la intención de su escritor. Hay algo que me parece muy significativo: que durante todo el periodo colonial de nuestros países latinoamericanos no surgió realmente ninguna novela que pudiera llamarse como tal en un sentido moderno del término, cuando El Quijote se había publicado en los albores del siglo XVII, ¿Por qué no hubo novela en América? Bueno, pues porque de alguna manera su escritura fue prohibida, inhibida y poco estimulada, porque la novela es un género peligroso.    “No deja de ser muy significativo que la primera novela de nuestro continente, que es El Periquillo sarniento, sea del año 1816, es decir, cuando ya se ha iniciado nuestra revolución de Independencia. En ese sentido, la literatura tiene la gran capacidad de poner el dedo en la llaga, es un instrumento que hace una radiografía de la sociedad, aunque no sea necesariamente una novela realista. La novela, como decía Balzac, es la vida íntima de las relaciones. En este sentido creo que no se puede enfrentar una situación crítica, como la que estamos  viviendo tan penosamente en México, si esa realidad no se conoce primeramente. Creo que una manera de conocerla es a través del discurso de quienes tienen la sensibilidad y la capacidad para poder hacer calas más profundas en la realidad a través de la palabra creativa”, precisó el escritor.   Durante su trayectoria, Gonzalo Celorio ha sido profesor en la Universidad Iberoamericana, en el Centro de Estudios Literarios de El Colegio de México, el Instituto Politécnico Nacional y en la Facultad de Filosofía y Letras; secretario de extensión académica, secretario académico del Colegio de Letras y director de la FFyL; coordinador de Difusión Cultural de la UNAM; director de Literatura del INBA, de Los Universitarios y del FCE. Actualmente es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Consejo Consultivo de la Cátedra Alfonso Reyes del ITESM.   Celorio es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 1993. Ha recibido diversos reconocimientos como el Premio Periodismo Cultural 1986 por Los subrayados son míos; la Orden por la Cultura Nacional 1996, otorgada por el Ministerio de Cultura de Cuba; el Premio Des Deux Océans 1997, por El viaje sedentario; el Premio Nacional de Novela IMPAC/CONARTE/ITESM 1999, por Y retiemble en sus centros la tierra
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