Ciudadania Express
Jueves 17 de junio, 2010. 01:37 pm

Francisco Morales, maestro del grafito da voz al vacío en la Quetzalli

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Fortino TORRENTERA O.   Oaxaca. México. “Paneles o lares” es el nombre de la impresionante exposición del artista plástico Francisco Morales que en el marco del Festival del Centro histórico de Oaxaca se exhibirá en la Galería Quetzalli desde la noche de este viernes.   El artista ya anteriormente había expuesto en Oaxaca, dando muestra de su trazo virtuoso logrado con el grafito, con un simple lápiz y que ahora lo ha proyectado en volumen.     [caption id="attachment_59834" align="alignleft" width="225" caption="El virtuoso trazo de Francisco Morales en “Paneles o lares”."]El virtuoso trazo de Francisco Morales en “Paneles o lares”.[/caption] Uno de las aportaciones de esta producción a decir del autor es resignificar el valor de los materiales, MDF, grafito y madera, para elaborar un estudio de virtuosa proyección arquitectónica.   La serie parte de una figura, de un textil, se trata del entramado de una tela tipo escocés o mascota como aquí la llamamos; imagen que proyecta con una perspectiva urbana donde hay calles y cuadras.   No es de extrañarse que nuevamente haga alarde de su trazo preciso que con finísimas líneas va dibujando en directo sobre la madera y donde el detalle de exactitud resulta sorprendente.   Dentro de esta serie se encuentran obras donde da profundidad a esa imagen y con minuciosos cortes realiza paneles, digamos que como una maqueta en positivo y negativo que pueden ensamblarse “llenando el espacio y dando voz al vacío”, dice el artista.   Esta misma figura es desarrollada en un amplio estudio donde juega lo mismo con las transparencias creadas que con la textura; un par de cuadros pareciera haber sido desprendido desde una esquina y aparece el negativo u otro que da la impresión de estar forrado de tela.   Aquí Morales aprovecha la luz propia que da la brillantez del grafito, hasta alcanzar su propia textura, pero que repite una y otra vez en esta serie.   Otro elemento vital en esta propuesta es la trama, la red: “Estamos inmersos en redes, redes sociales, redes urbanas como las calles, elemento que está presente en toda la obra”   Precisamente sobre esta muestra titulada “Paneles o lares”, el crítico Jaime Moreno Villarreal, refiere: La obra de Francisco Morales se estructura sobre patrones que evocan tanto telas y tapices como edificios y trazas urbanas.  En su tendido se reconoce el paradigma —sistema de tensión y contacto de todos los puntos— que es hoy armadura de lo social y de su dimensión informática: la red.   Por su reiterada aparición en el arte abstracto europeo y norteamericano, la red ha sido objeto de estudio y aun de polémica como formato característico del arte del siglo XX.  En general, se admite que el patrón visual de la retícula habría surgido de las parcelaciones cubistas del plano.    La crítica Rosalind Kraus, en un muy conocido ensayo que data de 1978,  rastreó la genealogía de la compartimentación cuadriculada del espacio pictórico hasta las proyecciones renacentistas de las líneas de fuga sobre una trama, y la derivó hacia los estudios de óptica del siglo XIX y su concreción en la figura de la ventana simbolista como pantalla perceptiva de la luz, con su opacidad y transparencia traducidas en espiritualidad, para hacerla desembocar en Mondrian y Malévich:  en ellos, al tiempo que se recorta, la trama se extiende al infinito y en todas direcciones.    De ahí, Kraus siguió hacia artistas como Jasper Johns, Robert Ryman y Agnes Martin.  Enfrascada en un debate sobre la contradicción entre la materialidad de la trama y las lecturas metafísicas que ha prohijado (como expresiones del ser, del espíritu o la universalidad, finalmente como un mito), la crítica estadunidense no recaló en el uso de la trama reticular como imagen de un sistema y sus aptitudes de comunicación, tal como se expresa ya por ejemplo en el célebre Broadway Boogie Woogie (1942-43) de Mondrian.    El hecho es que actualmente la retícula no puede dejar de referirse a modelos de relacionales de interconectividad, a esquemas de informática y comunicación, así como a las formas de organización de los sistemas vivos y a la cognición.   La obra plástica de Francisco Morales avanza en este sentido.   Por momentos, sus fuentes son los diseños de patrones de los paños de lana escoceses (tartans) que sirven para diferenciar a los miembros de los clanes.    Otros diseños de referencia son los adornos en forma de hoja de palma (palmettes) característicos de los sellos y tejidos imperiales ingleses, inspirados a veces en patrones orientales (tal como aparecen en las alfombras), y que se reproducen tanto en los escaparates de las tiendas británicas como en el papel tapiz más común para decorar los muros.    Hasta aquí, parecería que el trabajo de Morales haría sencillamente una relectura iterativa de diseños en la trama visual, pero el título de la muestra nos introduce al sentido potenciado de estas repeticiones:  hay una ambigüedad fónica en el título Paneles o lares, que nombra por principio un elemento constructivo y otro doméstico, pero que puede entenderse también como “paneles solares”.    Y en efecto, es clara la semejanza entre las tramas de Francisco Morales y dichos paneles de celdas que captan energía solar para transformarla en calor o electricidad.  El artista señala así una equivalencia estructural entre los tejidos tradicionales, la arquitectura y los sistemas modulares de energía, equivalencia que desarrolla al proyectarlos en tercera dimensión.    En este juego de correspondencias, la retícula reaparece como un armazón o formato de organización de una amplia variedad de entidades que puede ampliarse más y más, hacia otros sistemas de patrones en red, desde los sistemas celulares hasta los flujos cibernéticos enlazados mediante la clave www, que expresa a su modo iterativa y visualmente una trama.   Los elementos están dados.  El artista señala la existencia de un modelo comunicativo de orden y distribución que va de las telas a las edificaciones, y del trazado de las ciudades al dominio de la física y la informática.  Sin embargo, la red es sólo una metáfora que facilita la comprensión.  Y esa red que es modelo de interconectividad no es necesariamente cuadriculada ni constituida por componentes diferenciados.    Por lo mismo, debe recalcarse que Francisco Morales no se ha propuesto dar forma a esquemas complejos de organismos vivos, ecosistemas o sistemas sociales, cuya expresión gráfica no es en absoluto regular, y cuya expresión matemática puede ir más allá de la tercera dimensión.    Su tarea apunta más bien al tendido y al ensamblaje de tramas y módulos donde lo orgánico convive con lo lineal a través del grafito, usado como modesto instrumento de trazo que instaura la autonomía de los componentes de la red, nunca idénticos, siempre individualizados: el grafito, al fin, que da valor de lenguaje a la estructura y escritura del universo.   Esta muestra conformada por 20 piezas de mediano formato y dos maquetas, será inaugurada este viernes a las 19:00 horas en la Galería Quetzalli ubicada en Constitución 104-1, Centro Histórico.
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