Fortino TORRENTERA O.   Oaxaca, México. Testimonios en distintos momentos, diversas civilizaciones, apuntan que el 2012 será lo que la iglesia llama del “juicio final”, pero la ciencia ha descartado tales interpretaciones, aunque confirma el deterioro ambiental predicho por los mayas.   Entre estos testimonios, los Mayas, las profecías Egipcias, de Nostradamus,  de Hopi –anciano indoamericano-, de Lenardo Da Vinci o el I Ching, refieren de la histórica alineación planetaria en que la tierra entrará, esperándose efectos ambientales.   [caption id="attachment_42857" align="alignleft" width="201" caption="Especialistas aseguran en que en mundo no se va a acabar, no obstante alertan de los drásticos cambios visto por los mayas."][/caption]   Galina Ershova, directora del Centro de Estudios Mesoamericanos "Yuri Knórosov" de la Universidad Estatal de Rusia de Ciencias Humanas, aseguró hace un par de días que la teoría maya sólo pronosticó la presencia de sequías y enfermedades en los próximos 20 años a partir de su escritura.   Lo cual coincide con la interpretación del Códice Dresde que hace el profesor de astrología, Vicente “Tito” Maciá al estimar que 2012 será un tiempo de cambios climáticos, con gran influencia sobre la vida social y económica en el orbe,   Pero asegura que esos tiempos ya han iniciado, pues ese manuscrito astrológico prehispánico contiene 20 maneras de computar los tiempos, de prevenir la llegada de las lluvias, advertir de los tiempos de sequías, inundaciones o huracanes, entre otros fenómenos naturales.   Reveló el experto que los calendarios mayas son para identificar ciclos y sobrevivir, porque por ejemplo construyeron los islotes o especie de pirámides que eran construidos para cuando llegaban las grandes inundaciones.   Por ello, afirma que el 21 de diciembre de 2012, fecha en que concluye en ciclo, no es el fin del mundo, es el fin de un tiempo, donde se realizará un importante cambio climático, que ya ha pasado en los últimos tiempos, es un reajuste de la naturaleza.   Y puntualiza: "No creo que vaya a caer un meteorito o haya una catástrofe universal, es un tiempo de grandes cambios climatológicos que obligará a un cambio de conciencia de la humanidad, para aprovechar mejor y revalorar el agua y la energía".   Ese día, ha confirmado la ciencia astronómica, se producirá una alineación perfecta entre Venus, la Tierra, Júpiter y la Galaxia; pero no un desastre universal, como suponen algunos.   El 21 de diciembre de 2012 varias agujas se pondrán juntas, como ocurre con un reloj, antes el 25 de mayo de 2012 habrá un eclipse; ahí empieza a ajustarse el reloj; la segunda manecilla que se ajustará será en junio del mimo año cuando se dé el eclipse de Venus sobre el Sol; y por último, la alineación perfecta que habrá entre Júpiter y Venus el 21 de diciembre de 2012.   El astrónomo español  advirtió que aquellas poblaciones que no se preparen les irá mal y ya son responsables los gobiernos por no ocuparse de las precisiones meteorológicas que se nos avecinan los próximos años pues no tendrán grandes espacios para evacuar las aguas”.   Afirma el traductor especialista de los siglos XI y XII, que “estamos ante un tiempo en que tendremos que modificar muchas cosas a nivel general. Cuidar la energía, el aprecio del agua limpia porque el agua sucia está en todas partes, el aire que respiramos. Estamos viviendo el final de una etapa que se nota en el cambio climático, pero en paralelo aparecerán nuevos valores”.   Por su parte, Galina Ershova, agrega que los textos astronómicos no hablan de ninguna profecía "Los mayas no habían dicho eso en ninguno, ellos eran mucho más inteligentes".   La especialista en arqueoastronomía añadió que "los textos mayas no sólo son una visión del universo, sino una reflexión de nosotros mismos para ver en qué mundo vivimos".   En todas las afirmaciones, se ha dejado ver que esos tiempos de extremos climáticos ha llegado y una inminente inundación masiva con repercusiones en las placas tectónicas, ya se empiezan a hacer continuas en el planeta, lamentablemente ante la indiferencia de la propia humanidad.