UAM/Ciencias Sociales
Oaxaca, México.- La intervención de Estados Unidos para ayudar a los damnificados por el terremoto en Haití es discutible, porque el interés de fondo es consolidar la intervención militar, más que el apoyo y la coordinación de los habitantes en este momento de crisis, señaló el doctor Sergio Tamayo Flores-Alatorre, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El especialista en participación política y autor de investigaciones sobre la reconstrucción y organización social de la ciudad de México en el sismo de 1985 estableció que el gobierno estadounidense teme movimientos sociales profundos en Haití, por ello el despliegue de 10 mil soldados.
[caption id="attachment_40691" align="alignleft" width="250" caption="Discutible apoyo de Estados Unidos al gobierno de Haiti"]
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La tragedia, puntualizó, es de grandes dimensiones pues además de la pérdida de vidas –entre 150 y 250 mil muertos–, existe un contexto caracterizado por la inexistencia de un gobierno que encabece las labores de rescate y la falta de coordinación de las autoridades con las fuerzas militares.
El académico del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco consideró que es crítico que a una semana del siniestro, el rescate y la distribución de suministros estén sin efectividad, por lo que consideró fundamental establecer una estrategia para hacer eficiente la distribución de agua y alimentos, además de organizar campamentos con el fin de sustituir las viviendas derruidas.
También propuso implementar programas de reconstrucción de Haití por medio de la organización civil de los habitantes. Esto debe desarrollarlo la gente misma, porque la experiencia es que las autoridades siempre han golpeado a la población entera.
La tragedia, puntualizó, es de grandes dimensiones pues además de la pérdida de vidas –entre 150 y 250 mil muertos–, existe un contexto caracterizado por la inexistencia de un gobierno que encabece las labores de rescate y la falta de coordinación de las autoridades con las fuerzas militares.
El académico del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco consideró que es crítico que a una semana del siniestro, el rescate y la distribución de suministros estén sin efectividad, por lo que consideró fundamental establecer una estrategia para hacer eficiente la distribución de agua y alimentos, además de organizar campamentos con el fin de sustituir las viviendas derruidas.
También propuso implementar programas de reconstrucción de Haití por medio de la organización civil de los habitantes. Esto debe desarrollarlo la gente misma, porque la experiencia es que las autoridades siempre han golpeado a la población entera.
Tamayo Flores-Alatorre subrayó que un referente importante en cuanto a organización social fue lo acontecido en el terremoto de México en 1985, con sus debidas proporciones porque se trata de naciones distintas en desarrollo económico, social y político, y contextos históricos diferentes a 25 años de distancia.
En México, apuntó, aunque hubo una ausencia de los gobiernos Federal y local, lo fundamental fue la acción organizada y autónoma de los habitantes de la capital, quienes apoyaron en la distribución de víveres y los rescates.
Con dicho movimiento organizativo de la sociedad mexicana se lograron impactos sociales y políticos importantes, que se tradujeron en la apertura de espacios democráticos no sólo en el Distrito Federal sino en el resto del país.
La diferencia entre ambos países en los impactos en los respectivos sismos es grande por las construcciones y el número de víctimas, en la ciudad de México sólo algunas zonas se dañaron, de tal manera que hubo gente que pudo apoyar a los afectados.
Sin embargo, la capital de Haití –que cuenta con cerca de tres millones de habitantes– quedó derruida, entonces no hay entre los haitianos quién piense en organizarse para ayudar, y si a eso se suman las condiciones de pobreza histórica, todo se complica.