Amelia GARCÍA
Oaxaca, México.- La
rosca de Reyes es un pan dulce festivo de forma anular, adornado con rodajas de fruta cristalizada o confitada de colores variados, que se come en España y otros países hispanos, principalmente México, el 6 de enero, acompañada de una taza de chocolate.
El origen de la rosca, no tiene nada que ver con la llegada de los Reyes Magos a Belén para adorar al niño, sino que parece estar relacionado con las saturnales romanas, aunque en la actualidad se le relaciona de forma directa con una representación complementaria y comestible de la corona de adviento.
[caption id="attachment_38600" align="alignleft" width="250" caption="La rosca y el muñequito, tradición mexicana"]
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Ya en el siglo III, en el interior del dulce se introducía una haba seca y el afortunado al que le tocaba era nombrado
rey de reyes durante un corto periodo de tiempo establecido de antemano.
En la actualidad, y especialmente en México, a quien le toca el muñeco en su rebanada es comprometido a ofrecer una cena o comida con tamales el 2 de febrero “Día de la Virgen de la Candelaria”.
En México, la representación de la Natividad se incorpora a la
Rosca de Reyes, al incrustar en el pan uno o varios muñequitos (a veces llamados
monitos, aunque algunos autores y catedráticos defienden el tèrmino de
El Niño por respeto a la persona de Jesús, lo correcto según la iglesia católica es llamarlo “Niño Dios”), y por lo tanto escondidos.
Esto representa que el niño tuvo que ser escondido y protegido en los días del relato bíblico.
Originalmente, el muñeco se hacía de porcelana o cerámica, y actualmente es de plástico resistente al calor.
Normalmente, la cantidad de niños en el pan dulce son de acuerdo con al tamaño de la rosca o puestos por el panadero(a) a petición especial.
A pesar de la crisis económica, la Rosca de Reyes no puede faltar y de ahí que en este día se vendan al por mayor.