Fortino TORRENTERA O.
Oaxaca. México. Especialistas en arquitectura, sociología, diseño y arte coincidieron que el stencil es ante todo un medio de expresión de un grupo social que ha sido marginado en Oaxaca, la juventud; medio que se ha extendido a otros sectores y ya alcanza el nivel de arte.
Este mediodía en el auditorio Proceso Sánchez Ortega del Instituto de Estudios Superiores de Oaxaca acudieron a la mesa de discusión “El uso del stencil como medio de expresión en los movimientos sociales de la capital de Oaxaca”, el doctor en sociología, Arturo Cano Cabrera; la arquitecta, Wendy Margarita Montes Ponce, el artista plástico, Vidal Ambrosio Barrita y el diseñador gráfico, Eduardo Ramírez Salazar.
[caption id="attachment_50730" align="alignleft" width="300" caption="El stencil ha cobrado en Oaxaca un nivel artístico, coincidieron en la mesa redonda realizada en el IESO."]
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Desde la perspectiva sociológica, Cano Cabrera, miembro del Colegio de México sostuvo que “Oaxaca no sabe qué hacer con sus jóvenes”, pues se carecen de espacios de expresión al talento y la convivencia, por ello el grafitti y el stencil se han convertido en medios naturales de comunicación para ellos.
Recordó que desde el 2002, bandas de cholos se hicieron presentes en las bardas de la ciudad para marcar sus territorios, encabezando la expresión de una juventud que nota la indiferencia de la autoridad y la falta de espacios.
Admitió que existen obras de la gráfica urbana que forma parte ya del escenario citadino, lo cual se propagó con el conflicto del 2006, pero que actualmente es retomado por una generación más creativa y respetuosa, pues ahora piden permiso para trabajar en muros, donde encuentran respuesta en una ciudadanía que los ha acogido.
En ese sentido, el sociólogo egresado de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán, estimó que el stencil es ya una expresión artística cada vez más elaborada y que se verá con mayor fuerza en los siguientes años.
“Se ha convertido en un proceso más sofisticado para regocijo de los propios creadores, en obras e las que cada vez se suman más imágenes comunes… EN un futuro será una carta de naturalización”.
Destacó que actualmente se han sumado las mujeres, como puede constatarse en un grafitti que a la letra dice “Ni estado, ni partido, ni marido” y si ahora ellas lo hacen, descubren en esta expresión nuevos matices a la que se irán sumando otros sectores.
“El stencil y el grafitti siguen trascendiendo, incluso más allá de las propias reivindicaciones, se constituye como el medio de expresión accesible y creativo que son contrapeso de los estereotipos televisivos”.
Coincidió con el maestro Barrita en el sentido que en comunidades y ciudades de la entidad estas manifestaciones están adquiriendo cada vez más fuerza, “si dejamos de pensar que Oaxaca capital es el ombligo erótico del estado”.
Y acotó: “En cinco o seis años esta forma crecerá en nuevas formas para redefinirnos en la historia”.
Por su parte, la arquitecta Montes Ponce, quien se ha especializado en historia y arquitectura urbana, señaló que una tendencia académica de los arquitectos es planear espacios limpios, lo que se contrapone al sentido del grafitti, al que se califica de antiestético.
Citó al reconocido arquitecto Fernando González Gortázar quien aseguraba que el arte rompe la intelectualidad del espacio y sale a los museos, lo cual habla del valor de la gráfica urbana, “por ello ya existe una lectura mural en cada una de esas expresiones, llevando consigo una carga social o no”.
Es necesario, dijo, que los profesionales de la construcción aprendan a leer imágenes, pues se ha establecido una escuela heredada desde Luis Barragán en el uso intensivo de los llamados colores mexicanos, aún cuando tenemos una tradición muralista en el país.
Estas expresiones también han servido a empresas, como el caso de COMEX que ofreció una pintura que supuestamente evitaba el daño a muros, la cual la descomponía más y cuyas demandas quedaron archivadas por justificar que no había sido retirado el grafitti debidamente.
Ello trajo como consecuencia que muchos arquitectos prefirieran la colocación de herrería, pero a raíz de la ola delincuencial en el país se ha retornado a los muros, lo cual se convierte en un espacio idóneo para la expresión gráfica urbana.
Al respecto, indicó que existen lineamientos para solicitar permisos a Obras Pública del Estado, municipal y el Centro Histórico, en los que no hay un estudio de diagnóstico con relación a la seguridad, pues es la delincuencia elige casas “bonitas” que una grafiteada, lo que implica que sea un candado contra la inseguridad.
“Frente a todos esos lineamientos, es de extrañarse que muchas edificaciones antiguas no son intervenidas, consolidadas o restauradas, pero existe una persecución a estas expresiones populares”
Asimismo, descartó la justificación que los grafitis alteren las superficies, especialmente los aplanados, pues la pintura se seca con facilidad y no produce humedad, a diferencia de algunas películas “protectoras” que pueden provocar más daño.
Recordó que incluso el CONACULTA ha convocado a concurso de arte urbano, movimiento que se ha ido consolidando, aunque aún falta reconocer el nivel de importancia que estas expresiones pueden tener.
Impulsar estudios sobre la estética popular o urbana, recomendó al igual que prever en la arquitectura el repintado de bandas, lejos de la persecución o vanos remedios que se han visto no funcionan.
Criticó al igual que Eduardo Ramírez que en la ciudad es común la “basura visual” que es publicidad que atenta más que las expresiones populares contra el escenario de la ciudad, creando un efecto de “ruido óptico”.
En su intervención, Vidal Ambrosio Barrita, sostuvo que estas manifestaciones gráficas también son herencia de una larga tradición artesanal que se ha logrado reinventar, como sucede con el grafitti o el stencil.
Estas obras que calificó de un valor artístico que ya está en las galerías y colecciones de arte en el mundo, habla del valor que tiene como imagen permanente de la ciudad, lo que puede constatarse en piezas que ha perdurado durante muchos años.
Desde el punto de vista artístico, aseguró, hacer grafitti o stencil, requiere de saber dibujar, del buen trazo y de una habilidad sorprendente de quienes en minutos pueden hacer una obra de arte en los muros, lo que habla de un conocimiento técnico preciso.
Actualmente, el stencil ha rebasado los muros e incluso se ha convertido en arte decorativo y en galerías, se cotiza, por ello, las nuevas generaciones, afirmó el artista, tienen la responsabilidad de generar nuevas propuestas y la oportunidad de ir más allá para encontrarnos con los “nuevos héroes de la cotidianidad”.
También el diseñador, Eduardo Ramírez, autor de una obra emblemática titulada “La Virgen de las barricadas”, reconoció que en Oaxaca, este movimiento urbano viene de una tradición gráfica que como en las grandes civilizaciones refleja su urbanización, procesos que ahora se da en todo el estado.
“Desde el 2006, la ciudad se convirtió en un gran lienzo en donde se han plasmado los sueños y las creencias de los jóvenes, donde la sociedad apenas empieza a entender, a leer en imágenes”.
Destacó ese esfuerzo comunicativo de la juventud, “pues si en el mundo cuesta producir estos trabajos, en Oaxaca donde la economía popular es raquítica, es de resaltarse la necesidad de expresión que implica realizar estos trabajos”.
También criticó que exista de parte de la autoridades una oposición a estas expresiones, mientras permite que la ciudad se llena de aparatosos anuncios, espectaculares, bardas donde se anuncian bailes o contrastante parabuses que chocan con esa tendencia proteccionista que se niega a cualquier otra expresión “no autorizada”.
Finalmente coincidieron que sería conveniente conocer el punto de vista de quienes se oponen, pues muchas veces se desconoce el valor artístico y se fundamentan daños que si se analizan podrían encaminarse a formas de expresión libres, pero ordenadas, como ha ido sucediendo en esta capital.
Esta mesa redonda fue organizada por estudiantes del séptimo semestre de la Licenciatura de Ciencias y técnicas de la Comunicación del IESO, moderando esta mesa el coordinador de comunicación, Víctor Manuel Grandes Colunga.