Ciudadania Express
Martes 07 de diciembre, 2010. 02:07 pm

Primero de diciembre

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A Alfredo de la Rosa y Víctor Alejo,  promotores del cambio. Isidoro YESCAS Oaxaca, México.- En el acto de toma de protesta del gobernador Sabino Esperanza de aquel primero de diciembre del 2010  abundaron las  definiciones y compromisos políticos con todos los sectores sociales: en 15 apretadas cuartillas el enterrador del unipartidismo desgranó su proyecto de gobierno  ante diputados , invitados especiales, exgobernadores, periodistas, empresarios, políticos del viejo régimen, damas de la alta y de la baja,  colados, presidentes municipales,etc. Aunque  el aplausómetro se movía a cada rato, su graduación nunca alcanzó el rojo intenso, reflejo, tal vez, de la desorganización del evento y   del  ambiente tenso que se respiraba afuera de  la explanada en donde  las expresiones más  radicales del Sindicato de Sindicatos  y células  del Frente por la Liberación de la  Etnia Triqui hacían sentir su presencia y  capacidad  de presión.  Era para despedir a Tirano Contreras, justificaban sus líderes, pero éste no llegó como  ya lo había anticipado y sin embargo los actos de provocación no cesaron: bloqueos en los accesos a las instalaciones del recinto parlamentario, agresiones verbales, empujones, piedras arrojadas a los helicópteros oficiales, y todo un mitote armado para  que de una vez quedara claro que “la lucha sigue” y que los viejos métodos de protesta social y política no cambiarían con un nuevo régimen. gabinogabinete2El  prolongado  discurso del Primer Mandatario Demócrata  a veces provocaba inquietud entre  la selecta muchedumbre , agobiada por el ruido, los  demoledores rayos solares y las ansias para conocer la lista de los que integrarían el gabinetote. No más  corrupción, impunidad, violaciones a la ley y exclusión social,  ofrecía  Sabino Esperanza. No más miedo ante la autoridad que a partir del primero de diciembre del 2010 se convertiría en un aliado del pueblo de Oakafka, ahora esperanzado que todo empezaría a ser diferente. Y como  para no olvidarse del mítico Subcomandante Marcos, el gobernador   Sabino Esperanza fue enfático cuando resumió en dos palabras su proyecto sexenal: ¡gobernar obedeciendo!                                                       °°°°°° Ya instalado en el Palacio gubernamental, que Tirano Contreras lo había convertido en Museo  de la Diversidad Sexual  y Salón Vip de Usos Múltiples, se despejaron las dudas y vinieron los peros al conocerse  la relación de los nuevos funcionarios: muy buenos, buenos, regulares, pero también malos y muy malos. Un auténtico y monumental  quesillo doble crema, excelente para  proponerlo al  Record Guiness, sugirió un experimentado gabinetólogo. Muchos los llamados, pocos los escogidos y de éstos ¿cuántos  estaban preparados para desempeñarse con eficacia, profesionalismo y honradez? ¿Un gobierno de coalición? Nada indicaba que así fuera  y mas semejaba  a un gobierno de composición  y transición electoral,   plural sin duda, pero sobre todo armado al calor de atropelladas negociaciones con partidos aliados,    grupos de poder, organizaciones sectoriales, cofradías  y con todos los que se sintieron con derechos  para ocupar un lugar en el nuevo régimen. No dejaron de llamar la atención dos grandes ausencias: la de Fredy  Rosales  y Victor Melgarejo, dos hombres claves en la campaña electoral, uno como estratega en el cuarto de guerra, y el otro dando la batalla legal y política en la Comisión Electoral para evitar todo tipo de trapacerías de sus autoridades y el Partido Hecho Gobierno.  En realidad el primero, aclararía después el poderoso y  truculento  Yagoda Robledo, no aceptó el Ministerio de Educación y prefirió una opción de bajo perfil. ¿Y Víctor? le inquirieron en rueda de prensa. - Bueno, bueno, es un caso aparte y de eso luego hablamos, respondió evasivo. Pero en círculos cercanos al  gobierno constitucional   flotaba el rumor de que dentro del Partido Naranja Dulce, transfigurado ya en partido gobernante, la  purga se había iniciado.                                                              °°°°° Consumado el segundo momento del gran festejo cívico y político en que se convirtió el fin del viejo régimen y el ascenso de Sabino Esperanza, vinieron después las salutaciones, el ágape en Santo Domingo en donde un ejército de edecanes se hacía bolas para atender a la clase política, empresarios y periodistas de la República de Aztlán. Aurora Trastadas,  vieja amiga y cómplice de la bella Jezabel en la Secretaría de Turismo en los tiempos de gloria de Tirano Contreras, no se dejaba ver por ningún lado para aclarar tanto desorden. Claro, ya designada Directora de Relaciones Públicas, y asegurado su primer negocio con su empresa organizadora de eventos sociales  (y todo a nombre de la transparencia)   poco le importaba los  contratiempos y el relajo originado por su ineficacia. Casi al caer el día, el Zócalo  y la Alameda central   se convirtieron en escenarios para  que el pueblo disfrutara de la música y la voz de conocidos artistas, amigos del nuevo régimen  que de esa forma  contribuían a alegrarle un poco la vida a los todavía escépticos habitantes de Oakafka, testigos al fin de  un hecho insólito en la vida política de  entidad: la  derrota del viejo partido y de un  puñado de políticos corruptos  que por  décadas los había sojuzgado y engañado. Ahora, se empezaban a escuchar y ver  en la radio y la televisión los primeros spots de que el cambio  había llegado y que ya nada sería igual.   Pero un nuevo crimen en la convulsionada región triqui les recordó a gobernantes y gobernados que el cambio no sería tan fácil y que en otras latitudes de esta bella provincia los vientos del primero de diciembre aún no los alcanzaban. Diciembre 7  del 2010. isidoroyescas@yahoo.com.mx
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